Goicochea se llevó el título en su división, en Asunción 2025. Autor: Roberto Morejón/JIT Publicado: 16/08/2025 | 09:57 pm
ASUNCIÓN.— Dalia Henry, desde La Habana, me responde por WhatsApp que nadie de su familia ha salido de casa este sábado. La razón de tanta quietud es que su hijo, Yoikel Goicochea, está compitiendo en los Juegos Panamericanos Junior de Asunción. Dalia —exbasquetbolista, bronce mundial en Malasia 1990 y comisionada nacional de baloncesto— y su gente han seguido la evolución de Yoikel, que no juega básquet y sí practica taekwondo. Ha ganado dos combates y está en la final de la división de +80 kg.
Su oponente se nombra César Silva. En Colombia, su país natal, lo conocen como Búfalo. Es el primero del ranking panamericano sub-22, pero cuatro meses atrás perdió con Goicochea en la ciudad mexicana de Querétaro. El choque fue en la pugna por la corona. Ayer, Silva tuvo chance de desquitarse, mas no la aprovechó.
El cubano fue un tren desde el principio hasta el final. Mayor iniciativa de ataque, más efectividad y mayor estatura fueron la amalgama ideal para que el hijo de Dalia Henry quedara campeón y colocara la tercera diadema de la delegación antillana en estos Juegos.
Yoikel, triunfador por 2-0 (12-9, 14-8), declaró sentirse muy feliz porque este título equivale al sacrificio de más de un año de intensa preparación. Explicó que al ser él uno de los menos pesados y el más alto de su división, concentró su estrategia en controlar las distancias y atacar primero en la corta.
Por su parte, desde la capital cubana, Dalia explota de felicidad a través de un audio vía WhatsApp. Las palabras salen una por una, suavemente. Confiesa no creer lo que está viviendo, ella, otrora deportista que bien sabe lo que son las emociones. Agradece a todos los que de una u otra manera han repercutido en que su hijo hoy sea monarca continental juvenil.
Da un dato más. Los vecinos, gritando, salieron a la calle para felicitarla a ella y a su familia. Antes de concluir, recalca que hay que crecerse ante los momentos difíciles de la vida y Yoikel, tan distante de Cuba, lo ha hecho con agresividad y estricto nivel.
Una leona y su mordida letal
Un segundo para que Anaisel León (67 kg) pierda su combate por el bronce. La pizarra electrónica indica 5-7. Pestañeo y el marcador es 8-7. Fue una escena surrealista. El deporte y sus maravillas. La pinareña hizo una wi andary que puso la pizarra y la pelea a su favor definitivamente. Como leen, la cuarta medalla de bronce de la delegación cubana apareció en el justo instante en que los mexicanos empezaban a subir sus manos y a aplaudir en gestos de victoria. Una pena para ellos.
Anaisel, superior a la azteca Julia Ramírez por 2-1 (10-4, 3-3, 8-7), confesó a la prensa cubana que esta fue su primera presea internacional. Relata que antes del pleito conclusivo estaba muy presionada, y su entrenador Arnoy Rojas le indicó que se dedicara únicamente a escuchar sus instrucciones desde la esquina. Eso hizo y así se logró la presea más emocionante de la comitiva insular en Asunción.