JERUSALEM, abril 5.— La Organización de las Naciones Unidas (ONU), la Liga Árabe y varias naciones condenaron la agresión perpetrada por policías israelíes contra cientos de fieles musulmanes en la mezquita de Al Aqsa, en Jerusalén, hecho que se saldó con al menos 350 heridos y una cifra superior a los 400 detenidos.
La invasión tuvo lugar en la madrugada de este miércoles, cuando los uniformados penetraron en ese recinto, ubicado en la Ciudad Vieja de Jerusalén Este, territorio ocupado, en pleno mes de Ramadán, conmemoración sagrada para los musulmanes porque marca la revelación de los primeros versos del Corán por parte de Alá al Profeta Mahoma.
Allí dispararon balas de goma, granadas aturdidoras y gas lacrimógeno para desalojar a los fieles. Además, golpearon a musulmanes que se encontraban arrodillados y empujaron a otros que rezaban en la Explanada de las Mezquitas.
En un comunicado, el coordinador especial de la ONU para el proceso de paz en Medio Oriente, Tor Wennesland, expresó que estaba horrorizado por los enfrentamientos que ocurrieron en el templo y mostró preocupación «por la aparente golpiza contra palestinos por parte de las fuerzas de seguridad israelíes y el gran número de arrestos», reportó Telesur.
El funcionario de la ONU también rechazó «el almacenamiento y uso de fuegos artificiales y rocas por parte de palestinos» cuando se enfrentaron a la violenta intrusión, poniendo en un mismo rasero a los agresores y a las víctimas, instó a las partes a «rechazar la incitación, la retórica incendiaria y las acciones provocadoras», así como a mantener el statu quo de los lugares sagrados de Jerusalén, que fueron visitados por alrededor de 600 000 personas desde que comenzó el Ramadán.
Por su parte, el secretario general de la Liga Árabe, Ahmed Aboul Gheit, condenó en términos enérgicos la redada, el ataque a los fieles y los arrestos. Subrayó que acciones como esta «afectan los sentimientos religiosos de millones de musulmanes en todo el mundo, especialmente en el mes sagrado de Ramadán».
Asimismo, exigió al Gobierno israelí respetar la fiesta sagrada para los musulmanes, anunció una reunión urgente este miércoles sobre el incidente y demandó al Consejo de Seguridad presionar a Israel para que detenga la violencia.
La Sociedad de la Media Luna Roja Palestina en Jerusalén denunció que los policías israelíes impidieron el ingreso de médicos para ayudar a las personas lesionadas. Videos en las redes sociales muestran a soldados destruyendo el centro médico en el complejo de la Mezquita.
Las Fuerzas de Seguridad desalojaron a las mujeres y niños de la mezquita, y luego comenzó el enfrentamiento con los hombres, que según fuentes policiales citadas por medios israelíes, confrontaron a los agentes con palos, piedras y fuegos artificiales.
Según medios palestinos, el portavoz de la Presidencia palestina, Nabil Abu Rudeineh, advirtió a las fuerzas israelíes de que «no crucen líneas rojas» en los lugares sagrados, asegurando que serán responsables de los daños y alertando de que una escalada de violencia «tendrá consecuencias peligrosas para todos».
Tras el hecho, milicias palestinas lanzaron una decena de proyectiles contra Israel desde la Franja de Gaza y, en represalia, Tel Aviv atacó con su aviación dos cuarteles del movimiento Hamás en dicho enclave. La redada y golpiza israelí también fue rechazada por los Gobiernos de Egipto, Arabia Saudí, Jordania, Qatar, Emiratos Árabes Unidos, Irán, Yemen y Türkiye, entre otros.
