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Estadounidenses no quieren otro Irak

La repulsa al involucramiento de Estados Unidos en la agresión israelí contra Irán aumentó luego de los irresponsables bombardeos ordenados por Donald Trump a tres plantas nucleares de la nación persa

Autor:

Marina Menéndez Quintero

La repulsa al involucramiento de Estados Unidos en la agresión israelí contra Irán aumentó luego de los irresponsables bombardeos ordenados por Donald Trump a tres plantas nucleares de la nación persa, y debe ser más amplio luego de que el Pentágono sufriera el primer ataque iraní de respuesta, infligido a la más importante de sus bases en el Medio Oriente, Al-Udeid, en Catar.

Luego de protestas contra la guerra que, según fuentes de prensa, llegaron a muchos estados de la Unión, el Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica, en quien el Ayatola Jomeini delegó las acciones, ejecutó lo que llamó un «devastador y poderoso ataque con misiles» contra la instalación ubicada en Catar, y la caracterizó como «el cuartel general del Mando Central de la Fuerza Aérea y el mayor activo estratégico del ejército terrorista estadounidense en la región de Asia Occidental».

Algunas horas antes, las manifestaciones en Estados Unidos superaban en número y participación a las que en días anteriores protestaban contra la política migratoria de Donald Trump bajo la singular convocatoria de No Kings.

El movimiento que promovió las manifestaciones de este fin de semana contra la guerra se denomina 50501 —50 protestas, 50 estados, un movimiento—, y en él «militan» veteranos de la guerra en Irak que organizaron protestas en distintas ciudades, dijeron reportes.

Los actos fueron notorios en Nueva York, donde se coreó «No a la guerra con Irán», y ante la Casa Blanca en Washington. Los congregados en la capital repudiaron las acciones de Trump y lo que llamaron «su racista guerra».

También evocaron la forma en que se han usado las mentiras para justificar las guerras, tal como pasó en Irak en el año 2003, bajo el Gobierno de George W. Bush.

Lo mismo sucedió en ciudades como Cincinnati, Boston, Atlanta y en el estado de California, informaron medios alternativos.

El rechazo es consecuente con las encuestas que hace una semana arrojaron que un 60 por ciento de los consultados se oponían a la participación de Estados Unidos en la agresión a Irán. Sobre todo, cuando hay fuentes que especulan con la posibilidad de un despliegue terrestre, y sigue presente en la sociedad estadounidense el terrible daño físico y sicológico que dejó la invasión a Irak en los soldados estadounidenses.

Las manifestaciones de repudio no se limitan a Estados Unidos y se han extendido a otros países como México, India, Reino Unido, España y Grecia.

 

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