Con la alegría y el compromiso renovados, los representantes de las juventudes democráticas del mundo tienen ante sí la responsabilidad de pensar y, sobre todo, actuar, desde la Federación, «como una sola voz, un solo movimiento y una sola fuerza contra el imperialismo».
Con la alegría y el compromiso renovados, los representantes de las juventudes democráticas del mundo tienen ante sí la responsabilidad de pensar y, sobre todo, actuar, desde la Federación, «como una sola voz, un solo movimiento y una sola fuerza contra el imperialismo».