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Bolsas amigables para cuidar el planeta… y el bolsillo

En Así de fácil te proponemos estas alternativas para que, con mucha creatividad y desde el pedacito que representa nuestra vida cotidiana, podamos contribuir a preservar la salud del medioambiente

Autor:

Isairis Sosa Hernández

Las bolsas de plástico de un solo uso representan un grave problema para el planeta, pues para producir una tonelada de estas se requiere aproximadamente una decena de barriles de petróleo, lo que equivale a más de 1 700 litros de combustible. Además, su reciclaje es muy costoso y tarda cientos de años en degradarse; y al ser tan livianas, son capaces de trasladarse largas distancias, contaminando en esa travesía a playas, mares, bosques y desiertos.

Está claro que representan un símbolo de la insostenible práctica de «usar y desechar» en la que vivimos inmersos. Pudiéramos pensar que son «un mal necesario»; sin embargo, podemos asumir también que tenemos el poder de cambiar en parte esa realidad. Basta con comenzar a introducir, poco a poco, más cambios que nos hagan sentirnos conscientes y responsables de cada una de nuestras conductas.

Por eso en Así de fácil te proponemos estas alternativas más duraderas, cuyo uso frecuente deviene estupenda manera para que, con mucha creatividad y desde el pedacito que representa nuestra vida cotidiana, podamos contribuir a preservar la vida en el planeta con hábitos amigables hacia el medioambiente.

Con estas ideas podrás reunir, en una misma pieza, lo útil, lo bello y lo ecológico. Tengo una amiga que tiene, en el brazo del sofá, todo lo que necesita cada noche cuando se dispone a disfrutar la TV: los espejuelos para ver de lejos y los de cerca, el cepillo para alisarse el cabello, una pequeña lima de uñas, el libro de turno, el control remoto del televisor, y el teléfono. Y lo tiene dispuesto de tal manera que quien llega a su casa no se percata de que, del otro lado del mueble, una ocurrente fundita «ultracompartimentada» le hace la vida más fácil.

Muchas de estas sugerencias podrás ponerlas en práctica, incluso, si no sabes tejer o coser en máquina, pues siempre podrás valerte de un viejo abrigo tejido en desuso u otra pieza de ropa cuya tela tenga una textura lo suficientemente gruesa como para sostener los objetos. Y los diseños que reutilizan pulóveres, camisas, blusas o camisetas también se pueden confeccionar a mano.

Recuerda que en Así de fácil convertimos una simple idea en una gran solución, y si es ecológica, ¡mejor!

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