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Para izar las defensas

La Biomodulina-T forma parte de los medicamentos cubanos de primera línea para combatir la pandemia

Autor:

Marianela Martín González

Cuando el nuevo coronavirus daba coletazos lejos de nuestras fronteras, ya en Cuba los científicos pensaban en cómo enfrentar a la bestia una vez llegada, pues era inminente. Fue, entonces cuando el Centro Nacional de Biopreparados (BioCen) —entidad de referencia de nuestra industria biotecnológica— propuso incorporar la Biomodulina T al protocolo para combatir la pandemia.

Así, este producto que, desde el punto de vista de las aplicaciones clínicas está registrado en el tratamiento de afecciones respiratorias en adultos mayores, se consideró entre los medicamentos de primera línea para la COVID-19. Sin embargo, como aclaran las autoridades sanitarias, no evita el contagio pero ayuda a estimular el sistema inmune de las personas pertenecientes a grupos vulnerables.

Se trata de un inmunomodulador parenteral con buenos resultados en el tratamiento de distintas patologías que lleva muchos años en el mercado, según la doctora Mary Carmen Reyes Zamora, jefa del Grupo de Ensayos Clínicos del BioCen, institución que acoge la producción íntegra del Interferón Alfa 2B Humano Recombinante, e incluye, como producto endógeno, la fabricación de Biomodulina T.

«Sobre este último medicamento, estudios recientes han demostrado que aumenta la producción, activación y proliferación de células de defensa, que son los linfocitos T; e incluso, a través de estas se consigue la producción de interferones que tienen una actividad antiviral importante», detalla la especialista en Inmunología.

—¿Por ello pensaron en él para enfrentar la COVID-19?

—Las evidencias científicas demuestran que la COVID-19 tiene una mayor mortalidad y riesgo de complicaciones en población de edad avanzada y personas con enfermedades crónicas asociadas, tales como diabetes mellitus, hipertensión arterial y enfermedades cardiovasculares, que tienen afectaciones en sus sistemas inmunológicos.

«Entonces, bajo los fundamentos científicos de la Biomodulina T es que le sugerimos al Ministerio de Salud Pública (Minsap) su empleo de manera preventiva en estos grupos de riesgo. Para usarlo ya estaba registrado, pero a nivel de país, en el contexto actual del nuevo coronavirus, el Minsap debió autorizarlo dentro de sus protocolos».

Producto de origen biológico

El Doctor en Ciencias de la Salud, Alexis Labrada Rosado, director de Investigación y Desarrollo de BioCen, refiere que la Biomodulina T es un producto de origen biológico extraído de una fracción purificada del timo bovino, y que contiene una serie de proteínas polipéptidos con actividad farmacológica relacionadas con la maduración de los linfocitos T de forma natural.

«Como parte de los proyectos relacionados con el producto, en los últimos años esta entidad ha triplicado los volúmenes productivos de este fármaco natural, gracias a cambios tecnológicos importantes introducidos», dijo el investigador, quien precisó que más allá de las infecciones respiratorias en adultos mayores, también ha tenido aplicaciones clínicas diferentes, promovidas por los médicos, algunas de ellas con autorizaciones especiales.

«Los otros usos casi siempre han sido para enfermedades que no poseen un soporte amplio de medicamentos y los pacientes tienen peligro para la vida. Entre estos, los aquejados con padecimientos autoinmunes, pacientes oncológicos tratados con quimio y radio terapias, así como niños con hipoplasia tímica. Hay, también, un nivel de evidencia clínica de que el producto es muy efectivo contra el VIH/sida.

«Existen investigaciones de conjunto con el Centro de Inmunología Molecular sobre los mecanismos moleculares y la acción del producto, las cuales arrojaron en 2019 un artículo publicado en una revista internacional de alto impacto. Fueron las primeras evidencias a nivel molecular del producto aplicado en pacientes adultos mayores con infecciones respiratorias.

«Sin duda, esos resultados nos abren una perspectiva de desarrollo científico desde el punto de vista del diseño de marcadores moleculares, de las variables que deben ser medidas en estos ensayos clínicos», señala Labrada Rosado, quien reconoce que es muy importante el avance que lograron el pasado año, los cuales se aplicaron en los estudios clínicos que se realizaron y los que se desarrollan. Específicamente, los que aseguraron el uso del producto en la COVID-19».

BioCen es responsable de todas las etapas del producto. En una de sus plantas se elabora el ingrediente activo y en la de productos parenterales se hace la formulación y el llenado aséptico. Se trata de un fármaco que integra la lista de medicamentos básicos del país, cuyos volúmenes productivos han ido creciendo en los últimos años.

«Tenemos potencialidades de elevar hasta cuatro o cinco veces los volúmenes productivos teniendo en cuenta la disponibilidad de materia prima. Hay algunos insumos que habrá que gestionar, pero las materias primas biológicas y la capacidad productiva nos permiten ese compromiso», acota el Director de Investigación y Desarrollo de BioCen.

Ganar tiempo

 

En la segunda quincena de marzo se aprobó en Cuba la aplicación, de manera preventiva, de la Biomodulina T para elevar la inmunidad de los adultos mayores ubicados en los hogares de ancianos (155) y en los centros sicopedagógicos (30).

Ello lo explicó este viernes en la Mesa Redonda, la doctora Liliam Rodríguez Rivera, directora del Centro de Investigaciones sobre Longevidad, Envejecimiento y Salud, quien añadió que esa iniciativa comenzó en La Habana y se fue extendiendo hasta incorporar el 5 de mayo al Municipio Especial Isla de la Juventud.

Con esto se logró abarcar a todo el territorio nacional. Holguín, Santiago de Cuba, Mayabeque, Pinar del Río, Camagüey y más del 80 por ciento de los hogares de La Habana ya concluyeron la aplicación de este medicamento.

En la reunión del 29 de mayo del grupo de científicos y expertos que participan directamente en la batalla cubana contra el nuevo coronavirus, se destacó que como un éxito incuestionable de la aplicación de este protocolo, y que permitió que nuestros ancianos se comportaran de manera diferente al resto del mundo, ningún adulto mayor institucionalizado, tratado preventivamente con el medicamento, ha enfermado de la COVID-19.

 

Precisiones necesarias

 

  • La Biomodulina T fue registrada en Cuba en 1994. Al principio se desarrolló en un laboratorio del hospital central Doctor Luis Díaz Soto de los Servicios Médicos de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, conocido como Naval.
  • Desde 2008 se transfirió su producción y desarrollo al Centro Nacional de Biopreparados, que radica en Mayabeque, donde se establecieron mejoras para incrementar la producción.
  • En dos meses de este año se produjo casi el doble de este medicamento que en todo el 2019.
  • Es un producto indicado frecuentemente por los inmunólogos. Se inyecta por vía intramuscular o endovenosa. Es muy efectivo y seguro, con muy pocos reportes de reacciones adversas.

 

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