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Apple Vision Pro en la zona mixta

La empresa creadora del iPhone se lanza de lleno al mercado de la realidad aumentada y virtual con un equipo que pretende revolucionar la computación moderna de consumo

Autor:

Yurisander Guevara

Como su primer gran producto en varios años. Así podemos considerar las Apple Vision Pro, las gafas de realidad mixta —virtual y aumentada— que la empresa con sede en Cupertino, Estados Unidos, presentó hace unos días por todo lo alto.

A juzgar por lo visto, y por todo lo que se ha dicho y escrito luego, estamos ante un equipo diferente que, de la mano de Apple, pretende revolucionar la historia de la computación. Y ya sabemos que esta marca lo ha logrado antes, así que es mejor prestar atención a lo que está por venir cuando se lancen al mercado a inicios del próximo año.

Qué son las Apple Vision Pro

Las gafas Apple Vision Pro son nuevas y, al mismo tiempo, viejas. La paradoja se explica si tomamos en cuenta que el mercado de la realidad aumentada y virtual ha sido explorado —y explotado— durante años, aunque ello no signifique que sea una tecnología de masas.

Con sus gafas de realidad mixta Apple se adentra en un mercado escabroso, dominado por Meta y sus productos Quest, que ofrecen las experiencias de realidad virtual más extendidas del momento.

Las Apple Vision Pro, sin embargo, parecen estar en un punto más alto, y no solo por su exorbitante precio de 3 500 dólares, siete veces mayor al que tendrá Quest 3, de Meta, un producto similar presentado también hace unos días.

Los de Cupertino apuntan a transformar la computación como la conocemos. Para ello han dotado a su nuevo equipo de unas especificaciones técnicas muy singulares. Lo primero que destaca es su par de pantallas micro OLED de cerca de una pulgada de tamaño, cada una con una resolución 4K y una tasa de refresco de 96 Hz (no muy alta, la verdad sea dicha, para lo estándar de estos tiempos). Ajustada cada pantalla a uno de nuestros ojos, brindan una visión muy detallada de los productos digitales que se muestran en nuestro entorno real.

El equipo depende del potente procesador M2 —el mismo que emplean en sus computadoras portátiles—, y un procesador R1 de nueva creación que deberá encargarse de manejar aspectos visuales y las cámaras.

Ya que hablamos de cámaras, se conoce que incluye 12, así como cinco sensores para monitorear los gestos de las manos, seis micrófonos y una revolucionaria y precisa tecnología de seguimiento ocular.

De acuerdo con reporteros de la BBC y Wired que pudieron probar el producto durante su lanzamiento, además de Marques Brownlee, el prominente youtuber dedicado a temas tecnológicos, el seguimiento ocular se combina de forma impecable con los sensores de movimiento para brindar reacciones en tiempo real.

Y es que el funcionamiento de las Apple Vision Pro es también diferente: prescinde de los controles hápticos. Hasta ahora los equipos de realidad aumentada o virtual incorporan este tipo de controles para que el usuario pueda interactuar con el entorno. Pero los de Apple apuestan por otro concepto: las Apple Vision Pro no son más que unas gafas conectadas a un cable que se extiende hasta una batería de gran tamaño, la cual puede ser puesta en un bolsillo. Los controles, en este caso, se realizan con nuestras manos y ojos.

Lo descrito por quienes emplearon el equipo indica que, tras encenderlo con un botón situado encima, se presentan ante nuestros ojos y en medio del entorno en que nos encontremos las mismas aplicaciones que hoy vemos en la pantalla de un teléfono. Basta con mirar una aplicación y esta sobresale, como a relieve, y ya se puede seleccionar con solo juntar dos dedos. Así de sencillo.

Apple se adentra en el mundo de la realidad mixta con sus nuevas gafas que verán la luz a inicios de 2024. Foto: Apple

Las gafas tienen también otras ventajas: con un botón físico es posible aumentar el nivel de «inmersión» del usuario, lo que significa que crea alrededor de su foco de atención un entorno diferente al físico, para una experiencia de mayor aislamiento. Sin embargo, los probadores aclararon que si alguien se cruza enfrente y a corta distancia sí lo veremos, algo que parece una medida de Apple para evitar la total enajenación del mundo físico.

A ello se une que las gafas son capaces de interactuar con el ecosistema de Apple y es posible, por ejemplo, conectarlas a una MacBook y, a partir de ese instante, emplear las aplicaciones de productividad, como procesadores de texto o imágenes, en entornos 3D y en la escala que deseemos.

En la demostración se ve a personas rescalar el tamaño de las ventanas de los programas a su gusto, además de otros ajustes relacionados con la opacidad y resolución.

Punto y aparte merece el contenido interactivo. Apple insistió mucho, por ejemplo, en la posibilidad de disfrutar de películas como nunca antes: no se depende de un televisor tradicional, y con la función de inmersión es posible dibujar el entorno como si fuera un cine, el medio de un lago bajo las estrellas o los helados paisajes del norte bajo las auroras boreales.

Reacciones y desventajas

Como en este mundo no todo es blanco y negro, veamos los tonos grises. Lo primero es el precio. Los 3 500 dólares de entrada resultan prohibitivos para la mayoría, por lo que no estamos ante un producto de masas.

Luego, todavía no queda claro el tema de la privacidad en un equipo repleto de cámaras y micrófonos.

Además, en términos puramente técnicos, la publicitada batería externa dura dos horas. Son múltiples las películas modernas que hoy sobrepasan ese tiempo. Cierto es que el usuario puede conectar a esa misma batería un cable y de ahí alimentar el aparato con corriente alterna, pero ya en ese momento se limita la movilidad.

Los materiales también pueden ser un arma de doble filo. Siendo Apple, y llevando el equipo el término Pro en su nombre, no podíamos esperar otra cosa que un producto premium: las gafas tienen un cuerpo de metal y vidrio y se ajustan con una correa ergonómica en la parte posterior de la cabeza, mientras que en la cara están adjuntas a un tipo de almohada facial que evita el contacto directo con el equipo. Sin embargo, la periodista de The Wall Street Journal que las probó, terminó con zonas enrojecidas de la cara tras media hora de uso, acaso por el peso que supone usar cristal y metal en un equipo que hoy se fabrica mayoritariamente de plástico. Apple aclaró, por su parte, que estas correas de ajuste tendrán varias medidas en el lanzamiento.

También están las reacciones a este producto. Por supuesto que todos los fans de la marca lo apoyan, y eso está bien, pero hay opiniones opuestas y hasta burlescas. Internet se cebó de memes tras la presentación, incluido uno del magnate Elon Musk, quien mostró las gafas junto a un paquete de setas alucinógenas que prometen ver extraterrestres y naves especiales por solo 20 dólares.

Bromas aparte, Mark Zuckerberg, el presidente ejecutivo de Meta, compañía que incursiona con una fuerza tremenda en el tema de la realidad virtual, con miles de millones invertidos, aseguró que «el dispositivo de Apple no presentó ningún avance tecnológico importante que Meta no haya explorado ya», y agregó que su visión de cómo la gente usará el dispositivo «no es la que yo quiero».

En ese sentido, machacó a Apple por mostrar a usuarios aislados, inmersos en sus experiencias de uso, y no conectados entre sí, lo que, dice Zuckerberg, busca en primer lugar Meta con sus Quest.

 

 

 

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