Cerca de 2 500 de esas copitas coloridas fueron donadas desde 2021 por el proyecto habanero de desarrollo local La Mina y Tercer Paraíso Cuba
EN la pasada feria por el aniversario 25 de la sección y en la intervención comunitaria de nuestra plataforma Senti2Cuba en Isla de la Juventud, resultó especialmente provechosa para diversos públicos la iniciativa Copas para Cuba, dirigida a promover el uso responsable de las copas menstruales en aras del bienestar de las mujeres en toda su etapa reproductiva.
Cerca de 2 500 de esas copitas coloridas fueron donadas desde 2021 por el proyecto habanero de desarrollo local La Mina y Tercer Paraíso Cuba, gracias a una cooperación internacional para financiar esta alternativa sostenible, económica y saludable para la gestión de la sangre menstrual.
La cifra es pequeña si contamos los millones de mujeres cubanas que pudieran beneficiarse de ese cambio conceptual y tecnológico en algo que es parte esencial de sus vidas, pero no es nada despreciable cuando se piensa en el precio de cada una de esas piezas de silicona médica (casi 30 euros), certificadas por autoridades sanitarias internacionales y con un potencial de utilidad de entre diez y 15 años.
Hablamos entonces de una inversión para al menos 120 meses, en los cuales no tendrás que preocuparte por tampones o toallas sanitarias, que además de abultar en la cartera no te libran de incomodidades como las manchas en la ropa, las limitaciones para usar prendas entalladas, hacer deportes o pasear y otras incordias que vive toda mujer, a veces desde temprana edad.
A través de talleres y espacios de sensibilización (en los que también han participado hombres), las embajadoras de Copas para Cuba fomentan el diálogo abierto, desmitifican tabúes y fomentan una comunidad inclusiva que apoya a quienes menstrúan, también en contextos vulnerables, como puede ser el caso de los trans masculinos.
Otra virtud de estos artículos reusables es su menor huella ecológica. La copa se lava con agua tibia par de veces al día, al extraerla para vaciar el contenido (puedes mantenerla en la vagina 12 horas seguidas). Cuando termina la regla debes lavarla con esmero, secarla y hasta el siguiente mes.
Imagina cuánto riesgo biológico y material contaminante evitaría nuestra sociedad si popularizamos este método, y aunque la inversión inicial es alta, el costo a largo plazo es significativamente menor: vale la pena ahorrar para su adquisición, como se guarda para otros rituales de pubertad.
Eso sí: el uso es personal e intransferible. Si en casa hay varias mujeres en capacidad reproductiva, cada una debe tener su propia copa. De hecho, hay varias tallas a elegir, según la edad, el volumen del sangramiento y si has tenido partos.
Para aclarar dudas y abundar sobre su empleo, el PDL La Mina organiza talleres en su sede (Consulado, No. 310, entre Neptuno y Virtudes, en Centro Habana) y por toda la ciudad, a pedido de las demandantes. Además, han estado en otras provincias y sus embajadoras están dispuestas a ir adonde se las convoque.
Como todo lo novedoso, las copas tienen voces defensoras y detractoras. Las primeras agregan el menor riesgo de ITS u otras infecciones, son amigables con anticonceptivos tipo DIU, no dejan salir olores, no resecan las paredes de la vagina, jamás molestan, no usan químicos alergénicos, te puedes bañar con ellas (en la ducha, una piscina o el mar) y duermes más tranquila, entre otras virtudes.
Los testimonios en contra se deben muchas veces a una mala experiencia con productos falsos, no certificados ni ajustados a estándares adecuados.
Nuestra sugerencia es desconfiar si la copa es demasiado barata, y desestimar si no tiene la flexibilidad necesaria para doblar su anillo en el momento de colocarla y luego recuperar su forma alrededor del cuello uterino.
Además, la original tiene cuatro huequitos en el borde para garantizar el vacío (no dos), pero no deben ser tan pequeños que no se vean ni tan grandes que dejen escurrir la sangre.
La iniciativa Copas para Cuba donó 60 copas menstruales en dos talleres impartidos en Isla de la Juventud.
Otra polémica sobre las copas tiene que ver con el uso por parte de muchachas que no iniciaron aún su vida sexual, pero no por razones médicas, sino por limitantes moralistas de quienes creen aún necesario preservar el himen como prueba de castidad, tema que abordaremos en Sexo sentido próximamente.
Si te interesa conocer más del tema, adquirir tu propia copa y ayudar a otras mujeres a emplear este método, o si conoces de vías para incrementar esta opción en el país, escríbenos al 52164148 y te conectaremos con La Mina y sus entusiastas embajadoras de Copas para Cuba.
LA ciberviolencia abarca todos los actos intencionales mediante la tecnología y el uso del espacio virtual para ejercer una acción violenta contra una persona determinada, bajo el marcado propósito de causar un daño emocional y sicológico, o inducir a la víctima a realizar determinados actos que puedan implicar una afectación directa o indirecta a su persona.
Con un panel compuesto por la jurista Arlín Pérez y las informáticas Ailyn Febles y Dayalé Torres, el servicio de noticias SemLac abordó este tema, que también afecta a Cuba, pues no existen fronteras para este tipo de conductas.
Entre las manifestaciones más
conocidas, las expertas mencionaron el ciberbullying entre menores o adolescentes; el sexting no consensuado o envío de mensajes, fotos y videos de contenido erótico; el espionaje o stalker; el grooming o acoso de una persona adulta a menores con fines sexuales; el shaming o humillación por la apariencia física y otras cualidades, y el doxing o recopilación de información personal para chantaje o publicación en línea.
También insistieron en la necesidad de educar a las familias e instituciones para detectar y contrarrestar esos actos, hoy tipificados como delitos en nuestro país, lo cual permite su denuncia ante la fiscalía o la policía y a través de la línea 18810, número único para atención a la población abierto por la Oficina de Seguridad de Redes Informáticas.
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