Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

¡Juguemos!

A través de los juegos redescubrieron sus cuerpos y rompieron prejuicios limitantes

Autor:

Mileyda Menéndez Dávila

Lina y Ernesto llevaban más de 12 años juntos cuando empezaron a notar que algo se apagaba entre ellos. La rutina, las preocupaciones laborales y el cansancio parecían haberse colado en su cama sin permiso. Hacían el amor cada vez menos, y cuando lo intentaban, les costaba conectar. Aunque el cariño seguía intacto, ambos evitaban hablar del tema. «Yo creía que él ya no me deseaba, y él pensaba que yo estaba siempre agotada o desinteresada», recuerda Lina.

Durante un taller comunitario sobre sexualidad, impartido por promotores del Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex) en un barrio capitalino, escucharon que el juego podría ser una herramienta para reactivar el deseo y la comunicación, y aunque la idea les pareció infantil, decidieron probar.

Comenzaron con pequeños desafíos: dejarse notas con pistas, esconder objetos con mensajes eróticos, turnarse para inventar historias sensuales, jugar a las prendas…

Poco a poco recuperaron las caricias, las miradas cómplices, las bromas en la cocina. Aquel tímido inicio devino ritual que los ayudó a hablar sin miedo sobre sus fantasías e incomodidades, y sobre lo próximo que incorporarían a su nueva experiencia lúdica.

A través de los juegos redescubrieron sus cuerpos y rompieron prejuicios limitantes. Aprendieron a no buscar perfección y priorizaron el disfrute mutuo. «Reírnos juntos durante el sexo fue lo que más nos liberó», aseguró Ernesto.

En opinión de ambos, tales retozos salvaron el erotismo de su relación y les devolvieron la confianza para abordar juntos cualquier tema. En especial les enseñaron a no tomarse tan en serio y a escuchar como si todo fuera siempre nuevo, porque a veces es eso lo más saludable para salir del desinterés: jugar, explorar, dialogar, atreverse…

Dímelo jugando

El Día Mundial del Juego es una invitación a reflexionar sobre ese poderoso y relajante camino para sanar, crecer y comunicarnos en pareja y familia, y también para aprender a frustrarnos con paciencia, a fallar sin agonía y reinventar caminos al conocimiento y el placer.

Según estudios internacionales, aunque ahora hay más opciones para acceder a juegos tradicionales de casi todos los países la gente juega menos, incluso en las primeras edades, porque concede más relevancia al entretenimiento mediante pantallas, y es una lástima, porque las dinámicas presenciales fomentan la empatía, la escucha activa, la complicidad y el respeto mutuo, pilares esenciales en los vínculos afectivos.

«Cuando jugamos, nos relajamos y podemos expresar nuestras emociones de forma más auténtica, sin las defensas que a veces nos impone la seriedad de las conversaciones formales», asegura la sicóloga cubana Dayma Echevarría, quien imparte talleres de comunicación familiar en la capital cubana.

También un estudio reciente del Instituto de Investigaciones Sicológicas de nuestro país confirmó que las parejas tienen menos discusiones y mayor satisfacción emocional cuando incluyen actividades lúdicas en su rutina, pues al conectar desde la risa logran explorar temas difíciles con menos tensión, y aceptan que es posible perder, sin perder la lección.

Esas dinámicas son también esenciales con los menores y adolescentes de casa. De acuerdo al Centro de Estudios sobre Juventud, las familias que dedican tiempo a relajarse juntos logran mayor apertura a temas sensibles, como la sexualidad, la autoestima, los límites y las normas.

«A través del juego podemos conocer mejor lo que piensan, sienten y necesitan nuestros hijos, porque se expresan sin filtros», sostiene la socióloga Lidia María Romero.

Además, los juegos contribuyen a desmontar estilos autoritarios de crianza. Al ser espacios más horizontales de diálogo, todos tiene la oportunidad de ser escuchados y de proponer reglas e identidades afines a sus intereses, lo cual favorece el conocimiento mutuo y el respeto a la diversidad.

Proyectos como Familias a juego, impulsado por promotores de educación popular en varias provincias, demuestran que es posible transformar conflictos familiares en oportunidades de reencuentro y crecimiento conjunto. Sus carreras de relevos, juegos de roles y rondas de preguntas divertidas ayudan a resolver dudas y mejoran la comunicación intergeneracional.

Como narraban Lina y Ernesto, en el contexto de parejas adultas el juego es puente para explorar la sexualidad de manera creativa. Con ellos coincide el sexólogo cubano Ramiro Fragas, partidario de prolongar una vida sexual satisfactoria mediante la risa, porque la gente es más feliz cuando aprende a burlarse de sus errores y a compartir sin miedo sus deseos.

En las redes y espacios presenciales de Senti2Cuba nos sumamos a ese reencuentro con la curiosidad y el regocijo para desmontar discursos formales y entender la comunicación, cuando se disfruta, como una herramienta más auténtica, profunda y transformadora.

De las redes

Como se acerca el Día de los padres, un lector de Matanzas propone este juego para ayudarte a conocer mejor al tuyo. Son diez preguntas que le puedes hacer, aún en la distancia. Si se embullan, pueden sumar otras más divertidas, o más serias, y además pueden intercambiar opiniones. Al finalizar, no olviden decirse cuánto se aman y admiran mutuamente: en ese vínculo las palabras nunca sobran.

  1. ¿Qué te gustaba más al crecer en tu ciudad natal?
  2. ¿A qué jugabas de niño?
  3. ¿Qué creías que querías ser cuando crecieras?
  4. ¿Cuáles son tus recuerdos más fuertes de tu papá?
  5. ¿Qué solían decir de ti tus padres y luego resultó ser cierto?
  6. ¿Tuviste mascotas cuando niño?
  7. ¿Cuál era tu tradición familiar favorita?
  8. ¿Qué pasó en el mundo en tu infancia que te impactó más?
  9. ¿Cuándo descubriste que estabas listo para ser mi papá?

Comparte esta noticia

Enviar por E-mail

  • Los comentarios deben basarse en el respeto a los criterios.
  • No se admitirán ofensas, frases vulgares, ni palabras obscenas.
  • Nos reservamos el derecho de no publicar los que incumplan con las normas de este sitio.