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Con vocación nuestramericanista

Economía es el eje transversal de la presidencial de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América. Haití podría incorporarse al bloque regional

Autor:

René Tamayo León

CARACAS.— Haití y otros países del Caribe pudieran hoy iniciar aquí su proceso de ingreso pleno a la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP), que agrupa ocho naciones de la región.

El mandatario anfitrión, Hugo Chávez, señaló que en las sesiones de la XI Cumbre del bloque, el mismo se estará reafirmando «como plataforma de unión política y económica y de construcción de un mundo de paz».

Las delegaciones de Venezuela, Cuba, Bolivia, Ecuador, Nicaragua, Antigua y Barbuda, Dominica, y San Vicente y las Granadinas —países titulares— tienen lo económico como eje transversal de la reunión.

El objetivo de esta es, en definitiva, seguir avanzando en el acompañamiento a los procesos políticos de sus miembros y consolidando la esfera económica y productiva.

Constituye un encuentro determinante. Este será un año con elevados márgenes de incertidumbre debido a la continuación y agravamiento de la crisis en Europa y Estados Unidos, y las amenazas bélicas en Medio Oriente, que impactarán de forma directa en aspectos como los precios del petróleo y los alimentos.

Unión y emancipación

Durante un intercambio con JR, la televisión y la radio cubanas, Amenothep Zambrano, secretario ejecutivo del ALBA, señaló que la alianza «está conduciendo a la unión y emancipación de la región, brindando la mayor atención posible al accionar de los movimientos sociales, y estableciendo un nuevo patrón de comercio incluyente y mitigador de inequidades, con inclusión de nuevos sujetos económicos».

Desde su fundación el 14 de diciembre del 2004 en La Habana, el ALBA «se ha convertido en un amplio marco alternativo respaldado por nuevos principios, y en una realidad que se ha hecho sentir en los pueblos de nuestra América.

«La solidaridad, la complementariedad económica, el comercio justo, la cooperación integral y el respeto estricto de nuestra soberanía, son sus ideas fundamentales», agregó.

«Estas ideas, patentes en la práctica, constituyen una ruptura radical con los clásicos esquemas capitalistas, basados en la competencia desleal, la hegemonía, la ficción de un libre mercado y la intención de lograr la dominación política.

«En tal sentido, el ALBA coloca a los pueblos como centro de su acción política, económica y social, que se distingue de otros mecanismos por su visión sociocéntrica del desarrollo, critica los sistemas de integración mercadocéntricos y reclama a Estados Unidos el respeto para los Gobiernos legítimos de América Latina y el mundo».

Un nuevo modelo de desarrollo

Con especial énfasis en la articulación Sur–Sur, en lo político el bloque también lucha contra el intervencionismo —en  especial las amenazas y agresiones militares de los centros hegemónicos de poder— y por la preservación y el restablecimiento de la paz mundial.

Al mismo tiempo, ha sido capaz de ir creando un nuevo modelo de desarrollo. Ha allanado, por ejemplo, el camino para un comercio justo y equitativo; ofrecido un trato especial a los productos de exportación; y reconocido las diferencias de producción de sus países integrantes.

También ha sido capaz de ir estructurando una nueva arquitectura financiera, a través del Banco del ALBA y la creación de una  moneda, hasta ahora, virtual, el SUCRE. Y si bien su estrategia económica beneficia en primer plano a sus ocho miembros, tiene una vocación latinoamericanista y caribeña. Incluyente.

Es así, un bloque flexible, capaz de articular al resto de los países de Nuestra América, o de articularse a los mecanismos integracionistas más amplios de la región, como la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) o la Unión de Naciones Sudamericanas (UNASUR).

Sin economía no hay política

Venezuela, Cuba, Bolivia, Ecuador, Nicaragua, Antigua y Barbuda, Dominica, y San Vicente y las Granadinas no son precisamente las economías más fuertes de la región. Exceptuando Venezuela, su potencial económico puede calificarse de medio-bajo o bajo. Sin embargo, en los últimos años han acumulado índices de crecimientos relativamente altos y estables.

En realidad, es el comportamiento general de la región. No obstante, el ALBA ha sido fundamental para paliar las debilidades estructurales de estas naciones.

El bloque ha sido capaz de dotar a sus países de una sólida y continuada seguridad energética, a través de Petrocaribe (al que están adscriptos casi una veintena de Estados de la región); ha permitido reactivar la planta industrial, agrícola y de servicios de sus miembros, a través de un intercambio justo, equitativo y equilibrado; y ha facilitado fondos para el desarrollo con intereses racionales y de largo plazo.

Gracias a la Alianza, también son las naciones que en su conjunto reportan las mayores tasas de reducción de la pobreza, mejor distribución de la riqueza, e incremento del nivel de vida y el índice de desarrollo humano, con relevantes programas en salud, educación, cultura, deportes y asistencia social.

Como plataforma de unión e integración que promueve la solidaridad, la cooperación, la complementariedad, el respeto y la equidad, la alianza ha logrado ir contrarrestando los efectos estructurales del capitalismo, su crisis sistémica y sus episodios recurrentes, como el actual.

El ALBA es, en definitiva, el modelo paradigmático de justicia y relaciones entre países que puede permitir solventar los graves problemas económicos, políticos, sociales, culturales y ambientales que sacuden al planeta. No por gusto, sus naciones miembros y sus líderes están entre los más atacados por los centros de poder y la reacción mundial.

Nacen movimientos sociales

Como un nuevo paradigma de integración, el ALBA-TCP incluye un Consejo de Movimientos Sociales (CMS). Este es el mecanismo principal que facilita la integración y participación social directa en el bloque. Se define como «un espacio antiimperialista, antineoliberal y comprometido en trabajar para alcanzar la mayor suma de seguridad social y de felicidad posible, en armonía con la naturaleza, la justicia social y la verdadera soberanía de nuestros pueblos». Su propósito es articular los movimientos sociales de los países miembros y no miembros identificados con esta meta.

Moneda de la unidad

Durante el año 2011, los países del ALBA adscriptos al Sistema Unitario de Compensación Regional de Pagos (Sucre) —la moneda virtual que está destinada a convertirse en la principal unidad de intercambio del bloque— realizaron 431 operaciones comerciales, con un monto de 216 000 000 de sucres.

En número de transacciones, representó un crecimiento de 7 000 por ciento con respecto a 2010. Para el año en curso, está previsto negociar un monto de 700 000 000 de sucres.

Según los expertos, esta unidad de intercambio permite ahorrar divisas, incrementar la actividad productiva, disminuir los costos transaccionales y reducir los riesgos por la volatilidad del dólar y sus perniciosas influencias sobre las economías nacional, regional y mundial; también provee un conjunto de beneficios adicionales que conducen a la soberanía monetaria.

Eudomar Tovar, presidente del Consejo Monetario Regional del Sucre, sostiene que este plantea una forma no convencional de asumir las relaciones comerciales: ofrece prioridad al intercambio recíproco. «Más que a la competitividad este mecanismo apunta hacia la complementación entre las naciones», dijo.

Gran-nación

La XI Cumbre del ALBA-TCP, según trascendidos, también pasará revista al desarrollo de los llamados proyectos grannacionales, un concepto político, económico, social y cultural que rebasa lo meramente productivo, pues está destinado a operar en todos los ámbitos: alimentación, ambiente, ciencia y tecnología, comercio justo, cultura y educación.

También pueden operar en el área de la cultura, la educación, la energía, la industria y minería, la salud, las telecomunicaciones, el transporte y el turismo. Las empresas grannacionales en sí, por ejemplo, son de propiedad absoluta de los Estados, aunque pueden asociarse con el sector privado.

Para la elaboración de este artículo, nuestro enviado especial se apoyó en las presentaciones del sitio oficial del ALBA-TCP (http:// www. alba-tcp.org)

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