Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

El Bolton en la rapiña contra Venezuela

La orden ejecutiva de la Casa Blanca contra el pueblo venezolano busca derrocar al presidente Nicolás Maduro y, considerando la teoría del dominó, quebrar a la Revolución Cubana

Autor:

Juana Carrasco Martín

«El tiempo del diálogo ha terminado, ahora es el momento para la acción». Directo y brutal, en un acto de gangsterismo internacional, John Bolton, el asesor de seguridad nacional de Donald Trump, expuso este martes en Lima la más reciente medida de congelación de activos venezolanos, firmada por el mandatario el lunes, y apuntó que así como «funcionó en Panamá, en Nicaragua» —haciendo referencia a las agresiones del pasado siglo para deponer los Gobiernos de esos dos países centroamericanos—, lo hará ahora «en Venezuela y Cuba».

La orden ejecutiva de la Casa Blanca contra el pueblo venezolano busca derrocar al presidente Nicolás Maduro y, considerando la teoría del dominó, quebrar a la Revolución Cubana. Lo más probable, una vez más, es que se les hinchará el dedo atrapado con la puerta.

El Presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, en una reiteración del compromiso y la solidaridad de Cuba con la hermana Venezuela, tuiteó este martes: El Gobierno de los EE. UU. frustrado ante el valor y la resistencia de la Revolución Bolivariana acude ahora cobardemente al bloqueo de los activos venezolanos. Es un despojo, un robo, un ensañamiento brutal que no debemos permitir. Nuestra solidaridad con Maduro y el pueblo chavista».

Como es de suponer, Bolton apeló a burdas mentiras para expresar pretextos y justificaciones ante un robo más que evidente con el cual pretenden completar el despojo de Venezuela en la intención de doblegarla y dominar su petróleo y otras muchas riquezas de la nación bolivariana.

La orden de Trump establece que «todos los bienes e intereses en propiedad del Gobierno de Venezuela que se encuentran en EE. UU. […] están bloqueados y no pueden ser transferidos, pagados, exportados, retirados ni tratados de otra manera», al tiempo que también «autoriza sanciones a las personas extranjeras que brinden apoyo, bienes o servicios a cualquier persona sancionada, incluido el Gobierno de Venezuela».

Como agregó Bolton están «enviando una señal a terceros que desean hacer negocios con el régimen de Maduro», y les dicen que «no hay necesidad de arriesgar sus intereses comerciales con EE. UU.».

De esta manera, ante los países que asisten a la reunión convocada en Perú bajo el apelativo de «por la democracia en Venezuela», Washington les exige subordinación para poner en práctica sus planes expoliadores, y junto al asesor de seguridad nacional, la delegación de bandoleros también estuvo integrada por el encargado de la política antivenezolana, Elliot Abrams, el halcón en política con cara de ave de rapiña.

Bolton no conoce medias tintas y la altanería es tal que a las claras pone sobre la mesa sus objetivos: «Estamos dando este paso para negarle a Maduro el acceso al sistema financiero global y para aislarlo aún más internacionalmente». En ese contexto no fue remiso en las bravuconadas: «Tanto para Rusia como para China, decimos que su apoyo al régimen de Maduro es intolerable», y apeló a la Doctrina Monroe de América para los americanos, un apelativo que solo les sirve a ellos: «En este hemisferio, es nuestro imperativo moral defender a nuestros vecinos contra cualquier amenaza, interna o externa, que socave la paz, la seguridad y la prosperidad».

Que Washington y su trumpismo están abocados a una apuesta militar contra Venezuela no le caben titubeos, como no sea el que algunos de esos «vecinos» parecen no estar dispuestos a poner la carne de cañón, y sigue activo el diálogo entre las partes políticas venezolanas (conocido como Oslo-Barbados).

Pero aprietan el dogal desde las sucias campañas propagandistas hasta el ahogamiento económico, al punto que admiten que sus sanciones van «mucho más allá de todo lo que hemos hecho antes».

La Cancillería venezolana denunció que la orden de Trump formaliza el «criminal bloqueo económico, financiero y comercial ya en marcha» y constituye «el más grotesco y descarado saqueo del cual se tenga registro en la historia contemporánea de las relaciones internacionales» y ha ocasionado severas heridas a la sociedad venezolana con el propósito de «ahorcar al pueblo venezolano para forzar un cambio de Gobierno inconstitucional en el país, en abierta violación a los principios y propósitos de la Carta de las Naciones Unidas».

Trump está repitiendo agresiones que han demostrado ser obsoletas contra Cuba, la República Popular Democrática de Corea, Irán y Siria. Ahora eleva la hostilidad a niveles superiores, aunque olvida, como siempre, a los pueblos.

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