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Matanza israelí cumple tres meses sin derrotar a Hamás

A 94 días de iniciar el baño de sangre en Gaza, Israel sigue bombardeando la Franja, dos millones de civiles perdieron sus hogares, más de 23 000 murieron y casi 59 000 resultaron heridos, pero la Resistencia Palestina sigue en pie

Autor:

Leonel Nodal

Mientras un Gobierno israelí cada vez más dividido habla de nuevos objetivos para la guerra de Gaza, ninguno de los cuales se ha logrado, el conflicto amaga con extenderse a Líbano, e incluso alcanza las lejanas costas de Yemen.

La Resistencia Palestina continúa haciendo retroceder los avances militares israelíes en varios frentes de Gaza, incluidas las regiones del norte de la Franja. Al punto de que en la propia prensa israelí calificaron la jornada como «El día más duro» para Israel en Gaza. Según medios sionistas, nueve oficiales y soldados israelíes murieron y otros resultaron heridos en dos ataques separados en la Franja de Gaza en las últimas 24 horas.

Al-Jazeera reportó enfrentamientos violentos entre la resistencia palestina y las fuerzas de ocupación israelíes, en medio de feroces bombardeos aéreos y de artillería en la ciudad de Al-Zawaideh y los campamentos de Al-Maghazi y Al-Nuseirat en el centro del enclave.

Al final de la jornada del lunes, un informe del ejército del sionismo confirmó que 19 soldados resultaron heridos durante las últimas 24 horas en los combates en curso, en el «día más duro» para el ejército israelí desde el comienzo de la guerra.

Por su parte, el movimiento libanés Hezbolá reportó el lanzamiento de misiles contra emplazamientos de tropas sionistas en Ruwaisat Al-Alam en las granjas libanesas ocupadas de Shebaa y un ataque a una reunión de soldados israelíes en el sitio de Shtoula frente a la frontera libanesa.

Asimismo,  Hezbolá anunció el asesinato del comandante de campo Wissam Tawil, como resultado de un bombardeo israelí en el sur del Líbano.

El ejército israelí dijo que un soldado resultó herido como consecuencia del disparo de un misil antitanque contra la zona del Monte Dov, en la frontera con el Líbano.

Por otro lado, la operación punitiva indiscriminada del Estado sionista contra la población civil en Gaza incluyó 17 masacres, con un saldo de 249 muertos y 510 heridos, lo que elevó el número de víctimas mortales a 23 084 muertos y 58 926 heridos.

Las estimaciones palestinas e internacionales señalan que la mayoría de los muertos y heridos son mujeres y niños.

El ministerio de Salud de Gaza dijo que los hospitales del sur de la Franja de Gaza han perdido su capacidad para albergar a los heridos en todos los departamentos, incluidos los de cuidados intensivos.

En otro indicador de la gravedad del genocidio en curso, el Coordinador de Naciones Unidas para la prevención del hambre alertó que el riesgo de hambruna en Gaza aumenta cada día y el tiempo se acaba. Necesitamos urgentemente un alto el fuego en Gaza por motivos humanitarios.

A pesar de los pronunciamientos a favor de una guerra prolongada, que pudiera extenderse durante un año más, del primer ministro Benjamín Netanyahu, su futuro político parece cada vez más comprometido por el evidente fracaso en alcanzar los objetivos anunciados al desencadenar la genocida ofensiva en Gaza.

Decenas de manifestantes tomaron parte este lunes en una protesta ante el Parlamento de Israel (Knésset), en Jerusalén, donde exigieron la renuncia de la coalición de gobierno de Netanyahu y la convocatoria de elecciones anticipadas.  Con anterioridad, el sábado, miles de israelíes se movilizaron en Tel Aviv, Haifa y Cesarea, ciudad costera donde se halla la residencia privada de Netanyahu, y criticaron su gestión del conflicto y demandaron que se negocie con el movimiento palestino Hamás para el retorno de los rehenes.

En tanto, el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, prosigue su cuarta visita a Oriente Medio desde el estallido de la guerra en la Franja de Gaza el 7 de octubre.

Blinken, quien se reunió con el príncipe heredero saudí, Mohamed bin Salmán, continúa de gira por Oriente Medio en una evidente «operación de control de daños» a la imagen de Estados Unidos.

Sin duda, la tenaz Resistencia Palestina (Hamás, Jihad Islámica, Frente Popular y otros) le ha rayado a Washington la pintura de superpotencia todopoderosa.

Su complicidad abierta, protagónica, como proveedor de armamentos de uso prohibido a la incontrolable mano asesina israelí, lo ha dejado muy mal parado ante la opinión pública internacional y en el ámbito de la política doméstica. Mucho más en un año electoral en el que el guerrerista Joseph Biden pretende revalidar el título presidencial. Y para eso requiere evitar que su despliegue militar provoque un incendio en la rica región petrolera y gasífera de Oriente Medio, el Golfo arábigo-pérsico y el mar de Omán, hasta donde se extiende ahora el conflicto con la entrada en acción de los Huthies de Yemén  con sus cohetazos hacia Israel.

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