Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Construyamos nuestra radio entre todos

Autor:

Ana María Domínguez Cruz

Cien años cumplió este 22 de agosto la radio cubana y de esos cien, 12 he estado ahí. Es poco tiempo, claro, pero si cuento los años en los que desde chiquita leía en voz alta frente al ventilador para que la voz me vibrara (como imaginaba yo que sucedía en la cabina real) y los que puedo sumar desde que la escuchaba cuando mi abuelo sintonizaba su programa de danzones y Alegrías de sobremesa, o cuando mi mamá no quería perderse la radionovela del momento y Nocturno, o cuando la mejor vía para mantenerse informado era con Radio Reloj al despertar y Haciendo Radio con su regalo para los pequeños, entonces son más…., sin llegar a cien, porque llevo solamente 36 en este mundo.

Pero de esos 36, esos 12 años han sido intensos, de aprendizaje diario y de mucho crecimiento, a la par de mi desempeño en este diario y en otros espacios. He conocido personas valiosas, quienes hoy son entrañables para mí, aunque no se los diga todos los días. He ganado amistades, he conocido actitudes que me impulsan a seguir y hoy no puedo vivir sin esa atmósfera que se impregna en los poros del cuerpo de quien, un día, decidió entrar en el mundo radial.

A todos los que me han permitido llegar hasta donde estoy y seguir, a todos los que me han ofrecido las oportunidades que he sabido aprovechar, les agradezco infinitamente. Me preocupa, eso sí, como a muchos en el medio, que, a cien años de la primera transmisión radial en Cuba, no sea mayor el número de adolescentes y jóvenes que escucha radio y que no siempre se valore la posibilidad de desprendernos de arcaicos códigos.

La radio no puede ir a una velocidad diferente a la que vive el mundo. La tecnología crece, se diversifica, se impone. No se puede ignorar y menos aún, las dinámicas que genera en las personas. Manolo Luis, director fundador del programa A buena hora, en Radio Taíno, defiende la idea de que la innovación tecnológica sustenta el surgimiento de un nuevo modelo de producción radial, pues la radio se convierte entonces en un cibermedio de comunicación, y la manera de gestionar los contenidos cambia, y el concepto y la manera de asumirlo también.

Que la radio nuestra no se quede atrás. Contemos los contenidos de maneras más interesantes, amigables, personalizadas. La radio es más mía, suya, de aquel y de aquella y no solo de los cables y micrófonos de una cabina. ¿Acaso los podcasts no han ganado audiencia justamente por eso? También vayamos a ambientes no convencionales. Visualicemos el éter. Interactuemos con el público. ¿Acaso no sucedía con los espectáculos radiales años atrás?

Agarremos del brazo a aquel que tiene a la mano otras posibilidades para la información y el entretenimiento, porque si la radio ha superado las crisis que la televisión y el cine le impusieron décadas atrás, ahora no puede quedarse estática. Es mucho el sacrifico y la dedicación de los que trabajan en la radio en sus diferentes roles. Cada uno de ellos tiene ideas propias. Oigámoslas. Construyamos entre todos la radio más auténtica que queremos.

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