La juventud lleva intrínseca esa soltura y vivacidad que no cree en riesgos y poco a poco avanza en busca de sus metas. Está claro que tiene otras maneras para comunicarse, e incluso, a veces, para crear. Sin embargo, algunos que dudan siempre de ella se preguntan por estas fechas, si un proceso tan decisorio e importante en el país como lo son las elecciones municipales llegará a calar en la preocupación de los jóvenes.
Hablamos del proceso democrático más cercano al pueblo, pues cada ciudadano mayor de 16 años puede proponer y ser nominado como candidato a delegado a la Asamblea Municipal del Poder Popular, al igual que elegir y resultar elegido, según los procedimientos fijados en nuestra Ley Electoral.
De ahí la responsabilidad en este acto cívico que comienza en la circunscripción, en el barrio, en el consejo popular, en el espacio más inmediato de nuestra convivencia y nuestro desarrollo. Escenarios a donde en los últimos años se ha volcado la juventud como voluntarios en los tiempos duros de la COVID-19, o como parte de la transformación de las comunidades; e igualmente, formando parte de intervenciones artísticas y en la realización de donaciones…
La Cuba de hoy se transforma y es esa una realidad que nos circunda a todos. Encaminarla hacia el futuro desde lo que seamos capaces de construir en el presente es la razón para que hagamos ahora y cambiemos aquello que obstaculiza continuamente los pasos de la creatividad e inventiva de los jóvenes.
Nuestro Presidente, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, durante el último Pleno Extraordinario de la UJC, hablaba de prioridades cuando se refería a la «representatividad» de la juventud y decía: «Hay que encontrar las motivaciones de los jóvenes, no solo de los militantes, y atenderlas con la labor de la organización. Esto no puede reducirse a llamados y a exhortaciones, sino a la implementación de fórmulas para detectar hasta qué punto en nuestros cuadros y militantes funciona la ética, la responsabilidad y el compromiso que deben asumir».
Y ese compromiso de representar nuestras ideas con el frescor y la tenacidad característica de esta etapa de la vida, se encuentra actualmente en los jóvenes que ejercen por primera vez su voto, en los nominados como candidatos, en los que trabajan en los colegios electorales y en quienes velan por garantizar que todos los cubanos con capacidad legal acudan a las urnas el próximo domingo 27 de noviembre a ejercer este derecho ciudadano.
Siempre habrá quienes duden de una juventud real y comprometida, pero serán los mismos que aún hoy no perciben la grandeza de una generación que se enfrentó de manera más reciente a la vorágine de la pandemia, al Saratoga, al incendio de la base de supertanqueros, al escenario desolador en Vueltabajo después del paso de Ian.
Hoy la motivación está en sentirnos participantes activos del momento histórico y en la generación de cambios para avanzar como país, pues ningún proceso nos es ajeno. El de la nominación de candidatos a delegados a las asambleas municipales del Poder Popular constituye otra oportunidad para la participación democrática en Cuba, en la cual los jóvenes no solo cuentan, sino que son protagonistas.
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