¿Qué pasa con la juventud en estos tiempos? Me hago la pregunta y no precisamente porque esté muy alejada de ese rango de edad que, a nivel mundial, se identifica con esa bella etapa de la vida. Sucede que me distancio, pues no imagino, incluso décadas atrás de mi vida, que pudiera caer en las trampas en que, en la actualidad, no pocos adolescentes y jóvenes caen.
Ciertamente, en mis años mozos no existían las redes sociales, con su robo de tiempo y emociones a diestra y siniestra. No obstante, siempre había quien proponía desafíos o pruebas de valor en el grupo y, claro, alguien sucumbía a ellas, por muy disparatadas que parecieran. Lo preocupante, antes y ahora, es que se ponga en riesgo la salud o la propia vida, y los muchachos y muchachas no lo perciban.
Alarmante ha sido para estomatólogos y odontólogos que se haya hecho viral en Tik Tok el uso de gomas dentales para decorar los dientes o conseguir el efecto casero de la ortodoncia, juntándolos sin control. Lo que se hace con medidas específicas y de manera personalizada, ahora algunos lo hacen de manera improvisada, pero esa fuerza aplicada sobre los dientes provocará a la larga su movimiento y fácil caída.
Y si de peligros se trata, la «talla cero» continúa en la mirilla de nutricionistas y endocrinólogos, porque, aunque los cuerpos extremadamente delgados salieron de los principales desfiles de la moda hace un tiempo, sigue consolidándose en adolescentes y jóvenes la creencia de que la delgadez es el camino directo a la belleza.
Por otra parte, hasta las autoridades policiales en varios países se han manifestado y advierten a los familiares de intrépidos muchachos y muchachas sobre ese famoso «48 hours challenge» que ha estremecido a más de un hogar.
Quienes se arriesgan se creen infalibles, y sin previo aviso desaparecen dos días de la casa, las escuelas y las rutas habituales sin establecer contacto ni dejar rastro. En tiempos en los que no pocos secuestros o casos de homicidio disparan las alertas, ¿qué tipo de juegos son esos?
Algunos, incluso no tan jóvenes, se las dan de sabelotodos y se inscriben en el Condom snorting. En este caso el desafío es introducirse un preservativo por la nariz y extraerlo por la garganta, y si lo logran resultan aplaudidos, en dependencia del tiempo que demoren en la faena.
La verdad es que muchos se han asfixiado, o han padecido infecciones derivadas de esta práctica, como también ha sucedido con los seguidores del Tide Pod Challenge: los masticadores de cápsulas solubles de detergente, de los cuales la mayoría termina en el cuerpo de guardia de un hospital.
Desde la rotura de la nariz hasta fatídicos traumatismos craneales van las consecuencias del reciente Rompe bocas challenge que también emergió en Tik Tok, como los anteriores. ¿Qué gracia tiene que una persona nos sorprenda mientras estamos de pie y nos haga caer de boca hacia el piso? Pues de que los hay, así de graciosos, los hay.
También parecen divertirse mucho quienes se apuntan en el aparentemente inofensivo Cha Cha Slide Challenge y ponen a bailar el vehículo que manejan. ¿Y si se sale del carril o de la carretera? ¿Y si se provoca una colisión? No solo la maestría del «jugador» estará en tela de juicio.
Supongo que existan otros inventos, tan o más riesgosos que estos que he mencionado, pero lo más importante es encontrar la respuesta a la interrogante con la que inicié estas líneas. Obviamente, no puedo generalizar, pero es impresionante la cantidad de personas, en su mayoría de pocos años, que pretendan impregnarles emoción a sus vidas de esta manera.
Peligro podemos encontrar en cualquier actividad que no se realice con las precauciones requeridas, como nadar, lanzarse de un paracaídas, montar a caballo, patinar o teñirse el cabello. Pero las incorporamos a nuestra existencia en el ánimo por disfrutar, sin perder de vista las precauciones, porque justamente está en juego la vida, que se quiere tanto…
¿Por qué la misma red social que lidera este tipo de desafíos no propone otros retos relacionados con lecturas, bailes de salón, artesanías, aprendizaje de idiomas, buenos modales o similares? ¿Acaso sería aburrido? No lo creo… Lo insensato es desafiar, tan burlonamente, a la muerte.
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