Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

¡Acá nos las pasamos…!

Autor:

Nelson García Santos

Cada vez que en Cubita la bella se promueve la siembra en patios, parcelas e incluso en azoteas los papagayos de allá, usted sabe, se explayan en burlas y choteos que acá por supuesto nos ¡pasamos …!

¿De qué te sorprendes? Una burrada más que los mantiene con una ingesta perenne de andanadas en las redes sociales en su baile al compás del billete verde, me sopla el Bobo de Hatillo.

Vuelvo sobre este tema porque el pasado 27 marzo CNN en Español público un amplio reportaje del desarrollado Boston, Estados Unidos, que produce hortalizas y verduras encima de su icónico estadio de béisbol y en  escuelas públicas.

Nada nuevo. La explotación de diversos espacios con esos fines posee sello internacional, y no siempre deviene por una necesidad netamente económica, sigue una añejísima costumbre que confirma cómo resulta posible obtener alimentos hasta más pegaditos a las nubes, que son palabras de peso. ¿Verdad, respetable?

Acá el programa de la agricultura urbana, suburbana y familiar, con un programa bien definido, fue creado el 27 de diciembre de 1987 por iniciativa del General de Ejército Raúl Castro Ruz, líder de la Revolución, y constituye una fortaleza para la consolidación de los sistemas alimentarios locales.

Consecuentemente se desarrollaron a partir de ahí organopónicos, pequeñas y medianas parcelas, cuya reanimación prendió, en mayor o menor medida, en el país, mientras se ha revitalizado y ampliado la agricultura familiar, básicamente destinada al abastecimiento de hortalizas y condimentos frescos.

Sus productores, además de autoabastecerse, ayudan su economía hogareña con la comercialización en su comunidad a precios asequibles.

Los protagonistas son capacitados por especialistas de la agricultura sobre la aplicación de la técnica, la utilización de abonos orgánicos, el manejo del riego, la selección de semillas, en fin, la mejor manera de asegurar los cultivos.

La agricultura urbana, suburbana y familiar no ha marchado a la perfección, pero sí constituye ya una contribución en el empeño de lograr la seguridad alimentaria que crece y beneficia escuelas, hoteles, fábricas, centros de prestación de servicios...

Ese programa de Cuba, hasta la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), lo reconoce en el empeño de acciones hacia la sostenibilidad de sus sistemas productivos y la autosuficiencia productiva y alimentaria.

Esa es la única verdad, señores papagayos. Sigan con su ingesta de burradas detrás del dólar, que acá nos las ¡pasamos…!

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