Miedo a la debacle. Así explica el diario Página 12 una de las razones que explica el triunfo del gubernamental La Libertad Avanza (LLA) en las elecciones legislativas de este fin de semana en Argentina; una victoria labrada por el presidente Javier Milei con el arado endeudador que le facilitó Donald Trump: ahora el país tendrá que pagar 40 000 millones de dólares que se suman a su enorme endeudamiento, y no se sabe las condiciones que el magnate impondrá al salvataje.
Aunque el partido en el Gobierno obtuvo mayor puntaje que el peronista Fuerza Patria (40,84 por ciento frente a 34,8), los asientos obtenidos tras la votación este domingo de 127 escaños en la Cámara de Diputados y 48 en el Senado no lo dota todavía de la mayoría absoluta, por lo que seguirá necesitando aliados para imponer las reformas que ha prometido implementar en terrenos tan sensibles como la educación y la salud, y que serán el primer costo que paguen los argentinos por el salvavidas lanzado por el Presidente de Estados Unidos… y por los resultados del ejercicio del sufragio.
No obstante, hay una lectura política positiva para LLA, pues el puntaje obtenido significa un espaldarazo que recupera la imagen de Milei luego de la derrota sufrida hace escasas semanas en las elecciones parlamentarias en la capital, Buenos Aires, y que fueron interpretadas como la muestra del cansancio ante sus políticas de ajuste; un agotamiento expresado, además, en las movilizaciones de los diversos sectores que cada miércoles se suman a los jubilados, quienes como antaño, en la era de Carlos Saúl Ménem y otros seguidores de su modelo neoliberal, mueven a la sociedad con su reclamo de mejores pensiones, y desafían valientemente la represión.
A todo correr, el salvataje de Trump —consistente en la apertura de una línea swap por 20 000 millones y un canje por el mismo monto—, fue presentado a la ciudadanía como indispensable para evitar un total derrumbe de la economía, y para ello LLA debía ganar estos comicios legislativos. Ese fue el gancho manipulador.
El hecho de que la maniobra funcionara evidencia que, pese a su pérdida de aceptación, el Presidente argentino conserva capacidad de dirigir la barca con el apoyo de la administración republicana, y que una buena parte de la sociedad todavía está presta a otorgarle nuevas cartas blancas para que demuestre la viabilidad y el éxito de su modelo «liberalizador», que quita todo al Estado y lo deja al mercado, mientras deposita el peso del ajuste sobre los hombros de la gente.
Así, los preocupantes problemas de la macroeconomía que hacen necesario el préstamo, escándalos de corrupción dentro del ejecutivo, descontento social por los recortes y las denuncias por la actuación represiva de las fuerzas de seguridad quedaron opacadas el domingo para una parte del electorado, por la esperanza que vieron en la urgente operación de salvamento estadounidense.
Analistas locales, sin embargo, se muestran preocupados por el alcance del acuerdo pactado entre ambos jefes de Estado —que no ha trascendido totalmente—, y temen que afecte la soberanía, tomando en cuenta el interés de EE. UU. en los recursos naturales de Argentina y de toda América Latina.
Se desconoce lo que Trump ha pedido o pudiera imponer a cambio.
Encuentros entre militares de alto rango de ambos países, visitas reiteradas de la exjefa del Comando Sur, Laura Richardson, y ejercicios conjuntos, preceden a este acuerdo del que, modesto como siempre, se ha ufanado el Presidente estadounidense, robando protagonismo al triunfo electoral que se anota Javier Milei.
Trump, quien todavía deberá enfrentar inconformidades de sectores de su administración con el pacto, vociferó sin recato que su aliado tuvo una «gran ayuda» de EE. UU. «Le di un respaldo, un respaldo muy fuerte», añadió.
Ahora los argentinos deberán esperar lo que viene.