Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Lo que tienen en común el síndrome de Asperger y la lucha contra el cambio climático

De un modo muy curioso, el síndrome que acompaña a la prestigiosa activista Greta Thunberg está desempeñando un papel en la lucha contra el cambio climático. Hoy repasamos cómo ambas áreas coinciden

Autor:

Iris Oropesa Mecías

 

Mientras Toronto, Montreal y Ontario acogían la marcha de miles de jóvenes, el Museo de Hospitalarios del Mont-Diem era escenario de la reunión en que una chica de 16 años le reprochaba al primer ministro canadiense, Justin Trudeau, por «no hacer suficiente». El dignatario no tuvo otro remedio que agradecer la «inspiración» por «hacer más».

La muchacha también había impresionado a varios estadistas en la Cumbre para la Acción Climática al exponer un discurso conmovedor sobre la inacción de los decisores. Sus ojos llorosos y su expresión iracunda revelaron que cuando hablaba de salvar el planeta iba más allá de números y datos, y se defendía desde el dolor de su generación. Donald Trump, por su parte, solo alcanzó a intentar ridiculizarla desde Twitter, al llamarla «una joven muy feliz mirando hacia un futuro brillante y maravilloso», ironizando sobre el tono grave de Greta.

Como si no fuera suficiente, el tuit de Trump se produjo poco después de que en su cadena de televisión favorita, Fox News, el presentador Michael Knowles atacara directamente a la jovencita sueca y a su familia al afirmar que es «una niña sueca mentalmente enferma de la que se están aprovechando sus padres y la izquierda internacional».

Los prejuicios de ambos están asociados al «superpoder» de Greta, quien vive con trastorno de Asperger.

Sin embargo, de un modo bien curioso, puede que los rasgos de esa condición estén actuando muy a favor de la joven activista y de su contundente obra contra el cambio climático, si lo miramos más de cerca.

EL PASADO DE LA ACTIVISTA MÁS POPULAR

El trastorno que vive Greta afecta la sociabilidad, pero supone ventajas intelectuales importantes. Foto: Archivo digital JR

Cuando Greta Thunberg comenzó su activismo contra el cambio climático ya había sido diagnosticada. Solía quedarse en casa, aislada, y padecía de un trastorno alimentario. Pero halló remanso en el estudio de los datos sobre el desastre ambiental que causaba la contaminación, y comenzó a identificar su lucha y a comprometerse con ella.

Eso la llevó a dejar de asistir a la escuela los viernes para protestar ante el Parlamento de su país y pedir mejores decisiones ambientales. Lo que muchos no calculamos era que Greta se convertiría en la llama que encendería el enorme fuego de Juventud por el Clima, un movimiento de jóvenes y adolescentes que el pasado 20 de septiembre logró la mayor movilización mundial por temas medioambientales.

Aunque muchos se han detenido en el tema de su lucha, por la cual está nominada a un Premio Nobel de la Paz, pocas veces reparamos en que Greta tiene en su síndrome un arma que bien puede ser una ventaja.

El trastorno se incluye dentro del espectro autista (TEA) y se caracteriza por provocar dificultad para la interacción social, rutinas y conductas repetitivas en quienes lo padecen. Además, los individuos con síndrome de Asperger pueden tener peculiaridades en el habla, como el uso de un lenguaje muy formal o sofisticado. Asimismo, algunos pueden destacar por sus capacidades intelectuales y otros pueden obsesionarse por temas específicos, llegando a convertirse en verdaderos expertos, pues suelen poseer un coeficiente intelectual superior a la media.

Pero lo que para el presidente Trump pareció motivo de burla, para la lucha ambiental presenta muchas bondades. De hecho, tras un largo período en que la bibliografía al respecto parecía enfocarse en las limitaciones, actualmente hay una tendencia a considerar las ventajas o los factores positivos de este y otros trastornos: la llamada neurodiversidad.

ASPERGER ¿UN PARTIDARIO DEL MEDIO AMBIENTE?

Según los especialistas Myriam de la Iglesia Gutiérrez y José-Sixto Olivar Parra, especialmente en su libro Autismo y Síndrome de Asperger. Trastornos del espectro autista de alto funcionamiento, hay muchas virtudes poco comentadas en este síndrome, sobre todo para algunos roles profesionales.

Carol Gray y Tony Attwood, por ejemplo, describieron una serie de factores positivos en 1991 que llamaron «ventajas cualitativas». Relatan que las personas con síndrome de Asperger tienen una ventaja cualitativa en la interacción: relaciones con los iguales caracterizadas por una lealtad absoluta y confiabilidad impecable y relaciones sociales libres de las preferencias (prejuicios) marcadas por el género, la edad o la cultura.

También poseen la habilidad para considerar a los otros por lo que valen, o sea, no a través de las jugarretas de la hipocresía social, y de decir lo que se piensa independientemente del contexto social o de la adhesión a creencias personales, con una asertividad sanadora. Asimismo, pueden perseguir una teoría o perspectiva personal con excelencia y el don de buscar amigos capaces de tener entusiasmo por intereses o temas únicos.

Por otro lado, quienes viven con Asperger poseen la virtud de atender mucho mejor a los detalles que otros pierden; pueden escuchar sin enjuiciamiento o asumiendo cosas continuamente; y, en oposición a las tendencias sociales de superficialidad, pueden estar interesados principalmente en las conversaciones profundas, prefiriendo eludir «la charla casual ritual». En lugar de ello, estas personas suelen buscar y cultivar amistades sinceras, positivas y auténticas, en lugar de atarse a conexiones sin sentido.

COMPROMISO PURO Y DURO

Por esas cosas que tiene el universo pareciera que la lucha ambiental y la neurología se unen en un punto común, y Greta cae como anillo al dedo. Su vehemencia en estudiar datos que la apasionan, su coeficiente aventajado y su repulsión hacia las hipocresías políticas, la hacen una candidata perfecta para llevar adelante un movimiento que enfrente a muchos aletargados estadistas con las decisiones que deben tomar.

Encima, el «superpoder» de la sinceridad hace que sus discursos resulten verdaderamente inspirados y conmovedores, pues no se basan tanto en una estructura expositiva usual, sino en sentimientos de preocupación muy reales.

El compromiso con los intereses personales, además, lleva a Greta a perseverar en su objetivo, lo que la convierte en una especie de conciencia moral que alerta a los políticos. Y si añadimos a la fórmula su juventud, es representante absoluta de los centenials y millenials, o sea, de las generaciones que más directamente se verán afectadas por el medio ambiente descuidado.

A pesar de todo eso, es una pena que personajes como Donald Trump y el presentador Knowles no alcancen a comprender que el síndrome de Asperger no es siempre una desventaja. Por ese tipo de prejuicios, la joven Greta había decidido no revelar su padecimiento cuando comenzó a realizar manifestaciones frente al Parlamento sueco.

Hoy, sin embargo, cuando miles de jóvenes en todo el mundo sienten como propio el combate por un planeta más limpio, puede que ese prejuicio quede solo en la mente de los hipócritas, de gente que como Trump o su presentador favorito, no entienden los «superpoderes» mentales de una persona especial, porque realmente a ellos no les conviene.

 

El discurso de Greta Thunberg ante la ONU tuvo momentos muy intensos y fue muy asertivo. Foto: BBC

El trastorno de Asperger afecta la sociabilidad, pero supone ventajas intelectuales importantes. Foto: Tomada de El cubista

Comparte esta noticia

Enviar por E-mail

  • Los comentarios deben basarse en el respeto a los criterios.
  • No se admitirán ofensas, frases vulgares, ni palabras obscenas.
  • Nos reservamos el derecho de no publicar los que incumplan con las normas de este sitio.