La instalación recibe diariamente a público de todas las edades interesados en conocer el preciado grano. Autor: Naturaleza Secreta Publicado: 27/08/2025 | 10:04 pm
SANTIAGO DE CUBA.— «Desde pequeño siempre fui un amante del café. Mis padres me inculcaron el amor por esa bebida. Es prácticamente imposible no despertar y tomarse ese traguito de café; ya es una rutina para nosotros los cubanos. Con el tiempo, me interesé por sus orígenes y descubrí el Centro de Interpretación para la Cultura del Café de Santiago de Cuba, conocido como Casa Dranguet», dijo el joven universitario Andri Cutiño Cabrales, mientras recorría las salas de esta institución que atesora siglos de historia y tradición.
Ubicada en la esquina de las calles Heredia y Corona, en el corazón del centro histórico de Santiago, la Casa Dranguet es un lugar vivo donde el aroma del café se mezcla con el arte, la historia y la ciencia. Inaugurada el 7 de noviembre de 2015, este inmueble colonial de influencia neoclásica fue rehabilitado gracias al apoyo de la Unión Europea, la Fundación Malongo y la Oficina del Conservador de la Ciudad, como parte de las celebraciones por el aniversario 500 de la otrora villa.
Construida entre 1859 y 1861, la casa perteneció a Carlos Dranguet Thomas, un hacendado cafetalero, comerciante y político, hijo de descendientes de franceses, que llegó a Cuba tras las sublevaciones producidas en Saint Domingue Français, hoy Haití. «Los franceses trajeron consigo técnicas avanzadas de cultivo y una cultura del café que transformó el suroriente cubano», explicó Tania Dranguet Guerrero, especialista del centro.
Una sala de exposición permanente, donde se exhiben objetos históricos como cafeteras de porcelana de Francia, Japón y Estados Unidos, tostadoras artesanales y molinillos, junto a paneles interactivos que narran la ruta del café desde su llegada a Cuba en 1748 y una sala transitoria, espacio sede de exposiciones de obras de arte, son de los atractivos que puede descubrir el visitante.
La vivienda —que conserva muebles de la época y fotografías familiares—, pasó por varios usos en el siglo XX, incluida una fábrica de tejidos, antes de convertirse en el epicentro del proyecto Los caminos del café, dedicado a preservar y difundir el patrimonio cafetalero de la región, así como promover su desarrollo sostenible en comunidades rurales vulnerables.
Precisamente en el patio colonial, los visitantes degustan algunas de las variadas formas de preparación de la popular bebida, además de otras ofertas gastronómicas ligeras brindadas por la empresa mixta cubana-italiana BioCubaCafé S.A., fundada hace más de un año.
Buen café y más
Rodolfo Salas Fernández, director de cafeterías de BioCubaCafé S.A., dijo que «no solo vendemos café; ofrecemos una experiencia cultural. Cada taza de Café Dranguet es un viaje a través del tiempo, una mezcla exclusiva que narra la rica historia de este grano en Cuba y el mundo. Queremos que nuestros clientes no solo se deleiten con el sabor, sino que, también, se lleven el conocimiento de sus orígenes, sus tradiciones y el esfuerzo detrás de cada aroma».
Enfatizó que, más allá de ser un producto, el Café Dranguet es una manera de honrar el legado cafetalero de la Isla. «Aquí, cada visita es una oportunidad para aprender, para conectar con nuestras raíces y, sobre todo, para irse complacido, no solo por la calidad del brebaje, sino por la historia que lo acompaña».
En este sentido, precisó que se ofrece el Café Santiago 510, presentado el 25 de junio pasado, el cual se ha convertido en una verdadera sensación para los amantes del café. «Este es ciento por ciento orgánico y cubano, y es cultivado en nuestras montañas del oriente cubano. Ha sido tanta la aceptación que hemos extendido su venta a las comunidades y otras provincias, por un valor de 300 pesos el paquete de 125 gramos».
Por su parte, Michele Curto, presidente de BioCubaCafé S.A., expresó que «gestionar la cafetería de Casa Dranguet va más allá del servicio habitual. Nuestro objetivo es hacer de este espacio una cafetería identitaria, un lugar donde las comunidades puedan disfrutar de esta tradición. Nuestra oferta, sin comprometer la calidad, está diseñada para ser accesible. El café es un ritual que une; nunca debería ser un elemento de división ni de exclusividad».
En este patio, ademas, se realizan actividades culturales nocturnas, peñas o tertulias que promueven el patrimonio cultural de la localidad; conciertos de trova tradicional y jazz, fundamentalmente; así como presentaciones de libros y de grupos teatrales, eventos científicos y exposiciones relacionadas con la temática del café, la cultura y el patrimonio de Santiago de Cuba.
Es hermoso el patio interior del inmueble.
«Uno de los mayores logros de nuestra institución es contar con un centro de documentación donde se pueden consultar textos impresos y fuentes digitalizadas relacionadas con la cultura universal, mayormente sobre la cultura cafetalera y la presencia francesa en Cuba.
«Asimismo, contamos con un estudio de grabación, el cual contribuye a la difusión de los valores más auténticos de la cultura cubana y, especialmente, de la santiaguera. También, con un salón de reuniones, que se utiliza para la docencia y otros eventos teóricos, ya que Casa Dranguet es un espacio para la formación de los estudiantes de la carrera de Historia del Arte de la Universidad de Oriente», comentó con satisfacción Dranguet Guerrero.
Desde los primeros colonos franceses hasta las tertulias de hoy, el café ha sido testigo silencioso de nuestra historia, cómplice de madrugadas, reuniones y sueños. Este rincón santiaguero preserva el alma de una tradición que corre por las venas de Cuba. Aquí, entre paredes coloniales y aromas intensos, el pasado y el presente se entrelazan, recordándonos que el café no es solo una bebida, sino un ritual, un legado, un pedazo de lo que somos.
Exposición de cafetera, tazas y platillos de porcelana.