Un fenómeno conocido como Fading Affect Bias que ocurre cuando la información de emociones negativas se borra de la mente más rápidamente que las positivas, nos ayuda a lidiar con situaciones desagradables y a mantener una actitud positiva ante la vida
Aferrarnos a los buenos recuerdos y dejar atrás los malos nos ayuda a lidiar con situaciones desagradables y a mantener una actitud positiva ante la vida, advierten los sicólogos.
Ello se debe a un fenómeno conocido como Fading Affect Bias (FAB), que ocurre cuando la información de emociones negativas se borra de la mente más rápidamente que las positivas.
Los primeros investigadores que estudiaron este proceso señalaron que con el tiempo sucede un desvanecimiento general de las vivencias, su contenido emocional y su intensidad, en relación con eventos específicos de la vida, independientemente de que sean positivos o negativos.
Sin embargo, pesquisas posteriores revelan que es mayor la capacidad del cerebro para disipar los recuerdos de experiencias negativas, lo que se traduce como un mecanismo natural del ser humano con vistas a seguir adelante en la vida, tras etapas difíciles.
Además, se ha descubierto que los seres humanos tienen la tendencia a alterar sus emociones negativas y a buscar las aristas de enseñanza, como parte de lo que llamamos experiencia.
La idea de que los recuerdos malos se desvanecen más rápidamente se propuso por primera vez en el mundo en los años 30 de la pasada centuria, cuando los especialistas recogieron lo que quedaba en la memoria de las personas tras las vacaciones y clasificaron sus recuerdos en agradables y desagradables.
A partir de esta y otras pesquisas, los expertos han concluido que la desaparición rápida de memorias desagradables ocurre en todas las culturas y ayuda a procesar la negatividad y a adaptarse a los cambios de lo que les rodea mientras tienen una actitud positiva ante la vida.
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