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Una red bien enredada

En una sociedad de la información cada vez más dispar a nivel mundial, la brecha digital se sigue acentuando a pesar de los crecimientos en dígitos

Autor:

Amaury E. del Valle

Datos recientes de la Unión Internacional de Telecomunicaciones de las Naciones Unidas (UIT) revelan que para finales de 2014 habrá cerca de 3 000 millones de usuarios de Internet, lo que significa que casi el 40 por ciento de la población mundial estará conectado a la red de redes.

Sin embargo, la fuente atestigua que más de tres cuartas partes de estos cibernautas estarán en países desarrollados, mientras que una cuarta parte provendrá de los mal llamados «países en desarrollo».

Del resto de los habitantes de la Tierra que no tendrán acceso a Internet, en las naciones pobres estará casi el 90 por ciento de ellos, mientras que según la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) hay todavía 793 millones de analfabetos, de los cuales el 64 por ciento son mujeres y niñas, quienes difícilmente algún día serán cibernautas si no saben leer y escribir.

Las cifras anteriores —muchas de las cuales se divulgaron por diferentes medios de prensa a raíz de la celebración, el 17 de mayo, del Día Mundial de las Telecomunicaciones y de la Sociedad de la Información—, evidencian que a pesar de los vítores por los indudables adelantos en materia de conectividad a nivel mundial, esta ha venido aparejada de un incremento en la llamada «brecha digital».

Esa disparidad en el acceso a las tecnologías de la información, determinada por razones históricas, económicas y culturales, hace que cada vez sea más evidente que la sociedad de la información no es para todos por igual, ni se comporta de la misma forma en diferentes regiones del mundo.

Así, por ejemplo, en África apenas estará enlazada a la red de redes, a finales de este año, una quinta parte de la población; en las Américas solo lo harán dos tercios de los habitantes (una cifra no muy real, pues los números incluyen a Estados Unidos y Canadá), y en cambio en Europa la penetración llegará al 75 por ciento, un poco menos que en la región de Asia y el Pacífico, que tiene la mayor población de usuarios de Internet, con casi el 80 por ciento «enredados».

Son números para reflexionar. Si tomamos además el Mapa Mundial de Internet, veremos que estas estadísticas representan diferencias abismales incluso entre zonas y países de una misma región, pues hasta en la superconectada Europa hay disparidad entre el occidente y el oriente.

Banda ancha

Si los datos de la conectividad global se han ido transformando a través del tiempo, también lo han hecho los hábitos de los ciberusuarios de la aldea global conectada.

Servicios como las redes sociales, los contenidos multimedia, la banda ancha móvil y otros, ganan cada vez más espacio, modificando a su paso las formas y usos que se le dan a las infocomunicaciones.

Las conexiones móviles, por ejemplo, se imponen como la forma definitiva en que se enlazarán los ciudadanos de este siglo, y especialmente la banda ancha, que a finales de este año alcanzará a 2,3 mil millones de personas a nivel mundial, paradójicamente con más del 50 por ciento de sus usuarios en países del denominado Tercer Mundo.

La explicación a este fenómeno estriba en que al ser los últimos que han llegado a acceder a los enlaces digitales, las capacidades que se instalan en ellos son directamente de conectividad inalámbrica, algo que no sucede en los países más desarrollados, que ya contaban con una extensa red de cables de banda ancha para darle servicios a sus usuarios.

No obstante, los datos de la Unión Internacional de Telecomunicaciones indican que la banda ancha fija pierde terreno, pues incluso disminuyen los usuarios de telefonía fija, como ha venido sucediendo en los últimos cinco años, pues se estima que en 2014 habrá unos cien millones de suscripciones menos que en 2009.

Mientras, los celulares han ganado definitivamente la pelea. Se prevé que haya más de 7 000 millones de líneas a finales de 2014, cifra que superaría incluso a la población mundial. Curiosamente los países subdesarrollados, con mayor población numérica, englobarían el 75 por ciento de los usuarios, aunque muchos de ellos tengan servicios en su teléfono que no pueden usar, simplemente porque no saber leer y escribir.

Correo electrónico, el gran perdedor

Un estudio de la empresa de inteligencia de mercados Domo, publicado en el contexto del Día Mundial de las Telecomunicaciones y la Sociedad de la Información, reveló que los patrones de uso de Internet se han ido modificando en apenas muy pocos años.

Por ejemplo, si en 2009 el más grande buscador de la red, Google, recibía cada minuto más de dos millones de consultas, ahora la cifra se ha multiplicado por dos. En aquel mismo año, cada 60 segundos la red social Facebook acogía 684 000 post, y ahora recibe nada menos que 2,46 millones.

En la actualidad, cada minuto en Internet equivale a 416 000 perfiles vistos en Tinder, 347 000 fotos enviadas en WhastApp y 277 000 mensajes compartidos en Twitter. Y el sitio YouTube verá que sus usuarios subieron cien horas de nuevos videos.

En ese mismo lapso de tiempo, actualmente los adscritos a Instagram —un espacio para compartir imágenes— «postean» 216 000, y el sitio de ventas on line Amazon comercializa artículos por valor de 83 000 dólares.

También el mundo de las aplicaciones móviles se mueve, con los poseedores de los iPhone de Apple en un lugar destacado, ya que cada minuto descargan nada menos que 48 000 app (aplicaciones).

El gran perdedor, en cambio, es el para muchos ya anticuado correo electrónico, cuyas cifras se mantienen casi invariables a pesar de los años —con 204 millones de mails por minuto—, pues muchos prefieren ahora comunicarse a través de las redes sociales o por mensajes entre móviles.

Los datos anteriores indican, además, que definitivamente también en el mundo de los contenidos y servicios llevan la voz cantante las conexiones móviles, y por ende los aparatos que sirven para estas, que ya superaron ampliamente en número a la suma de las computadoras de escritorio y las portátiles.

Una web en colores

El mundo del hoy, y con más razón el del mañana, será móvil e interconectado. Ya es casi imposible vivir aislados de la inmensa telaraña de las infocomunicaciones a nivel mundial, de ahí la importancia de no solo continuar invirtiendo en las infraestructuras que garantizan su extensión, sino también la de pensar en la batalla cultural que hoy se dirime en torno a los contenidos.

Y es que las cifras son extremadamente dispares y dan mucho que pensar, pues si bien más de la mitad de los usuarios de telefonía celular están actualmente en países pobres, estos apenas producen el 20 por ciento de las aplicaciones que se instalan en los aparatos.

A la vez, en el tema de los idiomas, a pesar de los avances de lenguas como el español o el chino, sigue la amplia preponderancia del inglés en los programas, informaciones y servicios, por lo cual en números quizá la red sea variopinta, pero todavía sigue siendo muy occidental.

Es precisamente en el campo de los contenidos donde se libra hoy la batalla más fuerte por las mentes de los cibernautas, y por ende será donde se defina en el futuro la verdadera cara de Internet.

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