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Las nubes calientan y refrescan la superficie terrestre

La mayoría de las nubes tiene un efecto refrigerante neto, pero los científicos necesitan medir con precisión cuándo ejercen con mayor potencia su efecto refrigerante y en qué circunstancias actúan con más eficacia para calentar la superficie de la Tierra

Autor:

Juventud Rebelde

El efecto que la luz solar dispersada por las nubes tiene sobre el balance energético de la Tierra depende de la longitud de onda de la luz más de lo que se creía.

En la regulación de la temperatura, las nubes desempeñan un doble papel, calentando la superficie de la Tierra a la vez que la refrescan. Enfrían la Tierra al reflejar parte de la luz solar de retorno al espacio exterior, y la calientanal reflejar otra parte hacia la superficie. En conjunto, la mayoría de las nubes tiene un efecto refrigerante neto, pero los científicos necesitan medir con precisión cuándo ejercen con mayor potencia su efecto refrigerante y en qué circunstancias actúan con más eficacia para calentar la superficie de la Tierra. Sólo de este modo será posible crear modelos más fiables del clima que representen a las nubes con más veracidad.

Sin embargo, eso es muy difícil de lograr. Los cúmulos, esas enormes nubes blancas de apariencia esponjosa, hacen rebotar la luz por todas partes. Pueden lograr que el cielo a su alrededor parezca más luminoso. Además, se mueven y cambian de forma constantemente. Por su parte, las gotas de las nubes y las partículas de aerosoles en el cielo dispersan la luz siguiendo sus propias pautas, lo que agrega un nivel más de dificultad al cálculo del balance de la radiación solar entrante y saliente.

El equipo de Evgueni Kassianov, del Laboratorio Nacional estadounidense del Pacífico Noroeste, ha completado un estudio sobre cómo las nubes amortiguan la cantidad de luz solar disponible para calentar la tierra. Y ha descubierto que esa amortiguación depende, más de lo creído, de la longitud de onda que se esté midiendo. Este resultado, un tanto inesperado, ayudará a los investigadores a mejorar la representación de las nubes en sus modelos.

Kassianov y sus colegas también han comprobado que la luz esparcida por las nubes, conocida como radiación difusa, que es la causante de que los bañistas puedan sufrir quemaduras solares en la playa incluso en días nublados, es un componente importante en la contribución de las nubes al balance de energía de la Tierra. Discernir tales contribuciones mejorará la precisión de los modelos climáticos.

Tomado de: www.noticiasdelaciencia.com

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