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¿Qué pasa con las bolsas de colostomía?

El tema es muy delicado, sobre todo para los que lo sufren. Y como varios de ellos me han escrito últimamente con la misma inquietud, es que selecciono, en nombre de muchas personas que viven con una colostomía, varias cartas que claman por una explicación.

Magaly Suárez Blanco (calle 136 no. 29915, entre 299 y 3, Corralillo, Bauta, Artemisa) cuenta que por el tarjetón que tienen, esos pacientes deben recibir 30 bolsas al mes. Pero en este 2018, a la farmacia donde compra ella, las bolsas han venido cuatro veces, y a razón de diez para cada uno. «¿Y los demás días que usamos?», pregunta ella.

Sergio I. Chávez Domínguez (Edificio 739, apartamento 4,  Zona 23, Alamar, La Habana) manifiesta que en este 2018, solo en mayo ha podido adquirir en la farmacia que le corresponde, las imprescindibles bolsas de colostomía «para nuestra ya castigada vida».

Y precisa que «eran de la peor calidad que pueda existir: transpiran toda la fetidez de las heces fecales; es como si no tuvieras nada puesto, con la única diferencia de que las heces no caen al suelo». Cuando se usa ese tipo de bolsas, explica, el paciente tiene que autoaislarse, por el mal olor que le acompaña.

Sergio cuenta que llamó por teléfono al Departamento Comercial de la Empresa Mayorista de Medicamentos. Y quien lleva el control de ese producto tan necesario, la única respuesta que pudo darle es que no hay bolsas, y cuando se dirijen a la Empresa de Suministros Médicos (Ensume), allí les dicen que no hay bolsas.

«Eso ya lo sabemos, plantea Sergio, porque de hecho lo estamos sufriendo en carne propia. Pero, ¿qué resolvemos con esa respuesta tan conformista y tan falta de solidaridad con los que sufrimos este padecimiento. ¿Acaso puedo evacuar mis heces fecales en esa respuesta? Ya no hay qué ponerse, no hay nada que inventar». Y sentencia que la defecación no se puede posponer hasta que se garanticen las bolsas necesarias.

María Alicia Serra Santana (Tulipán entre 39 y Loma, edificio Minaz, Nuevo Vedado, La Habana) refiere que a partir de mayo pasado en la farmacia a la que está adscrita no se ha vuelto a estabilizar la entrega de las mismas.

«Vienen un mes, después al siguiente no vienen. E incluso han faltado hasta dos meses, situación esta que se ha manifestado así en todos los municipios de La Habana. ¿Usted no cree que hay cosas que se deben priorizar? ¿Por qué por parte del Ministerio de Salud Pública no hay respuesta ante tan delicada situación?», plantea María Alicia.

Esas persona que viven con la molestia y el engorro de una colostomía merecen una información integral y transparente de cuál es la situación con las bolsas en el país, qué causas la condicionan y cuándo se estabilizará el producto.

Agradecidos

El doctor Carlos Borges Peralta (calle 57 no. 804, Nueva Gerona, Isla de la Juventud) cuenta que en vacaciones se le extravió su tarjeta magnética de colaborador y la dio por perdida definitivamente.

Para su sorpresa le llegó un mensaje vía celular de Pedro y de Arley Lima Pérez (calle Peatonal 51, Perico, Matanzas): habían encontrado la tarjeta y querían hacérsela llegar.

«No conozco a estas personas, dice, pero sí son ejemplo de honradez y honestidad. Hechos como estos no pueden quedar en el anonimato. Gracias a Pedro y a Arley», concluye.

Y Rogel Rafael Simo (Carretera vieja 68, Condado, Trinidad) agradece a las trabajadoras del punto de Cubacel de Carretera central en Sancti Spíritus, pues hace más de año y medio a él le habían robado el móvil; y gracias al excelente trabajo de esas personas pudo recuperarlo y enviar este mensaje de gratitud a Acuse.

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