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El tortuoso camino de un expediente

Pablo Oreste Hechavarría (edificio 12. apto. 10, reparto Ateneos, Santiago de Cuba) no entiende la larga demora que ha sufrido en el proceso de traspaso de la categoría de propietario arrendatario a propietario de su vivienda; desde que el 3 de junio de 2019 entregara sus documentos en la Dirección de la Vivienda del Distrito 3 de esa ciudad, la que radicó el Expediente 218/19; y le orientó que, una vez visitado por los inspectores de la Vivienda y Planificación Física, en menos de 60 días ya estaría su propiedad.

«Las visitas transcurrieron en tiempo menor de dos semanas por el técnico de Planificación Física, afirma. Desde entonces he visitado en busca de información la Dirección de la Vivienda del Distrito 3; y he contactado a los de Planificación Física del Distrito, así como a los niveles municipales y provinciales de ambas entidades.

«Cito respuestas en cada gestión por mí realizada. Marisela, de Vivienda: Lo entregué a Planificación Física; ve a ver a Donairis, la jefa de Planificación Física del Distrito 3. Y Donairis, buscó en un libro y me informó: Su expediente fue entregado a Vivienda el 3 de septiembre de 2019. De nuevo Marisela, de Vivienda del Distrito 3: Tiene que ir a ver si está en el municipio o en la Dirección Provincial de la Vivienda o Planificación Física».

Después de tanto ir y venir sin respuestas, Pablo Oreste se personó ante Leudis, el director de la Vivienda del Distrito 3. Esta vez volvió con Donairis. Buscaron en el libro y esta se responsabilizó con verificar. Le ofreció  su número de móvil. Y luego de verificar le informó que ella había tomado los datos en su memoria, los había impreso con su dinero, y los había dejado en la mesa de la Dirección Provincial de Planificación Física. Que ya debía esperar que firmaran y lo enviaran a la Vivienda.

Pablo Oreste contactó por teléfono con Pablo Ramos, técnico de Planificación Física que había hecho el dictamen en su casa, y dejó su número para información. Este le dijo que estaba en el buró listo para firmar; que ya no lo debía volver a llamar, y tan pronto lo firmara él mismo lo llevaría a la Vivienda.

Pasó el tiempo y Pablo Oreste vio a Marisela en la Vivienda del Distrito 3, quien le comunicó que ya ella no tenía que ver con ese expediente hasta que no lo llevaran a su buró u oficina. Él le preguntó que quién sería el responsable de esto: que si los expedientes viajaban solos, y dónde estaría la seguridad.

«Sin prestarme atención, afirma, se volvió de espaldas y pasó a otra oficina. Traté de localizar a Leudis. Me citó para el viernes próximo. Fui, y al llegar él salía. Me dijo que ya era tarde y no me podía atender. Por mi descontento, redacté muchas cartas, desde Vivienda y Planificación Física del Distrito 3 hasta los niveles municipal y provincial, incluyendo la Gobernadora, Poder Popular, Partido Provincial y Fiscalía».

Al no tener respuestas, él se personó donde entregó cada carta, y le informaron que las respuestas podían demorar de tres a seis meses. Fue citado a Atención a la Población en Vivienda del Distrito 3 en diciembre de 2020, y le informaron que ya su expediente estaba con el jurídico y que para enero o febrero de 2021 ya estaría resuelto.

Comenzaron las visitas de diferentes niveles. En enero de 2021 Yuleidis, técnica de la Vivienda del Distrito 3 fue a su casa y dejó su número de teléfono. Él la llamó en dos ocasiones y en la última estaba de vacaciones. Fue el 7 de abril de 2021 al Departamento Jurídico de la Vivienda ante la jefa, Minerva, quien le mostró un libro informándole que el expediente estaba en el Consejo de la Administración Municipal (CAM) desde el 8 de febrero de 2021. Y que tan pronto llegara a sus manos sería finalizado.

Él esperó, hasta que lo comunicó a la delegada del Poder Popular, quien supo por Idalmis, la secretaria del CAM, que ese expediente no había entrado allí. Al saberlo, Pablo Oreste volvió a la Vivienda del Distrito 3, y vio al Director, quien le expresó que él debía agradecer, porque en definitiva eso era un favor que le hacía el Estado.

«Le dije que no era ningún favor, que era una ley que amparaba. Me dijo que si sabía de leyes, entonces me defendiera solo, que él se iría. Y le contesté que si quería se podía ir que yo llevaría mis quejas a cuantas instancias fueran necesarias. Y aquí estoy nuevamente para solicitar en cuantas instancias llegue esta solicitud en forma de queja», concluye.

 

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