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Llaman a estimular el diálogo cultural franco y activo

Por un movimiento cultural que incida en la formación de los futuros artistas, en el gusto estético de los jóvenes y ocupe los espacios vacíos, se pronunció el Buró Nacional de la UJC, al analizar su relación con la AHS y la Brigada de Instructores de Arte

Autor:

Margarita Barrios

En el debate se llamó a ser celosos a la hora de aprobar un proyecto artístico. Foto: Calixto N. Llanes Vila «La cultura tiene que estar en el sitial más alto del trabajo de la UJC, en intercambio permanente con los jóvenes realizadores», consideró Julio Martínez, primer secretario de la organización, durante un profundo análisis del Buró Nacional sobre el trabajo de la Asociación Hermanos Saíz (AHS) y la Brigada de Instructores de Arte José Martí, y el vínculo de estas con la Juventud Comunista.

El dirigente subrayó que hay un gran abanico de temas en los cuales se debe intercambiar, en diálogo franco y abierto.

Concebida desde su fundación como un espacio para promover y proteger lo más valioso del arte hecho por los jóvenes, la AHS —según reconocen los miembros del Buró— se ha visto fortalecida en los últimos años. Su participación en la toma de decisiones de la política cultural, con el ejercicio de un diálogo crítico, polémico y activo, ha hecho sentir su voz y acción en el espectro cultural del país.

Integrada actualmente por 2 331 asociados, tiene filiales en todas las provincias del país, en la Isla de la Juventud y otros 32 municipios.

Joel Queipo, miembro del Buró Nacional de la UJC, al introducir el tema significó que una de las mayores contribuciones de la AHS a la política cultural ha sido la incorporación y el reconocimiento de los proyectos alternativos emergentes, que forman parte de nuestra realidad y con los que tenemos que dialogar, porque en la riqueza y la diversidad está la fortaleza.

«La relación de la UJC y la AHS se consolida en un movimiento que apoya de manera inteligente el trabajo cultural e ideológico con los jóvenes», puntualizó.

Luis Morlote, presidente de la AHS, invitado al encuentro, aseguró que la Asociación siente la compañía de la UJC en sus proyectos, y que han ido ganando espacio para sentirse reconocidos como movimiento artístico.

«Esta AHS más unida y cohesionada puede estar presente en más espacios de creación, incidir mejor en la formación de los futuros artistas y en el gusto estético de los jóvenes. No podemos dejar espacios vacíos».

Maday Iglesias Pérez, miembro del Buró Nacional, sostiene que la AHS está en un momento muy fecundo. «Es indudable el protagonismo de los artistas jóvenes en la vida cultural de los territorios».

Al respecto, Julio Martínez dijo que la AHS y la UJC deben ser celosos a la hora de aprobar un proyecto artístico, para que este sea un baluarte de la Revolución.

En este sentido el también miembro del Buró, Hílder Torres, dijo que entre los objetivos que debe priorizar la UJC está ampliar las filas de su militancia en el sector artístico, y analizar profundamente si los cuadros que tiene la organización en ese sector están lo suficientemente bien preparados para asumir esa labor, y si son líderes en su radio de acción.

AHS en la UNEAC

Los análisis a propósito de los preparativos del Congreso de la UNEAC —donde los jóvenes contarán con una Comisión de trabajo— han puesto sobre el tapete inconformidades que inciden directamente, no solo en los creadores, sino en los receptores de la cultura.

Entre estos se encuentran la tendencia al facilismo y el mercantilismo en los circuitos de producción y difusión de la música, lo que provoca una deformación en la política de las instituciones, cuyos mecanismos, en la práctica, se revelan lentos e ineficaces para enfrentar esas tendencias.

Los medios continúan mostrando una programación musical que está lejos de los objetivos de la política cultural del país. Además, los proyectos verdaderamente alternativos tienen un limitado acceso a las disqueras, mientras que, a pesar de la creación de la Agencia Cubana del Rock, esta no cuenta aún con un trabajo sistemático.

En relación con el audiovisual se plantearon dificultades como falta de espacios para promover y dar a conocer la obra de los jóvenes realizadores; además no existe un circuito para la exposición sistemática y la protección de las artes plásticas más experimentales.

Sobre las artes escénicas, el análisis estuvo centrado en la necesidad de que las sedes teatrales organicen mejor la programación, para dar paso a los jóvenes proyectos; así como reactivar y fortalecer el papel de la crítica artístico-literaria en un panorama cultural carente de esa insustituible función reguladora.

Cultura en la escuela

Cómo llevar el mejor producto artístico a nuestros estudiantes, en medio de una batalla por elevar la cultura general integral, fue también tema de análisis del Buró Nacional de la UJC.

La Brigada de Instructores de Arte José Martí, la formación de sus miembros y el trabajo que realizan cuando llegan a un centro escolar o a la comunidad estuvo en el centro del debate .

Julio Martínez aseguró que se hace necesaria una mirada profunda acerca de lo que se forma y lo que se necesita, porque «tenemos que estar vigilantes de la imagen que se transmite a los pioneros y cómo influye la propia formación del instructor en los estudiantes».

En este sentido puntualizó que es muy bajo el por ciento de la vanguardia artística vinculado al claustro de las escuelas de instructores de arte, lo cual se convierte en un reclamo de los estudiantes.

Niurka Duménigo, directora de la Casa Editora Abril, significó que los jóvenes instructores tienen una realidad difícil cuando llegan a la escuela, a la comunidad, para desarrollar su trabajo.

«La influencia de la seudocultura puede imperar, y ellos deben llevar un producto diferente, lo cual requiere incluso que pongan en juego todos sus recursos pedagógicos.

«Deben velar porque, en cada escuela, se cante bien el Himno Nacional, que el matutino cuente con una buena propuesta, que los murales tengan una estética adecuada.

«Sin embargo a veces llegas al centro escolar y no es así. En el acto de fin de curso, por ejemplo, nos vamos por el “desfile de modas”, o se prefiere montar otro tipo de coreografía antes que un baile popular cubano».

En este sentido Lisette Ametller, presidenta de la Brigada José Martí, afirmó que no es falta de formación ética, ni artística, pues en las escuelas de instructores de arte reciben una sólida educación estética, con 7 000 horas de clases.

Claro que todavía falta por hacer, pues no estamos exentos de las influencias culturales mercantilistas, que son las que más se difunden por los medios.

Luego de significar que ya se preparan para el II Festival Nacional de Instructores de Arte, el cual esperan tenga una gran incidencia en la base, Lisette precisó que esos jóvenes maestros de la cultura no están presentes solo en las escuelas, sino en más de 900 Consejos Populares.

Para el miembro del Buró Nacional de la UJC Roilán Rodríguez, la posibilidad de contar con la AHS y la Brigada José Martí es una fortaleza de la UJC, sin embargo asegura que la incidencia de esos jóvenes artistas en la comunidad podría ser mayor si las 70 casas de cultura que están cerradas abrieran sus puertas a proyectos culturales novedosos.

«La FEU tiene un movimiento artístico fuerte, y también organiza con mayores posibilidades actividades culturales diversas, sin embargo la Federación de Estudiantes de la Enseñanza Media (FEEM) está más desprovista.

«Es una organización que agrupa a medio millón de jóvenes, muchos de ellos en escuelas internas. Están en edades complejas, donde la desinformación y los productos de la globalización cultural inciden mayormente si no se tiene una orientación adecuada».

Atender a los futuros campeones

Hay que incrementar y hacer mejor el trabajo de la UJC con los jóvenes deportistas, con los que hoy traen lauros a nuestro país y con la cantera que se forma en el sistema de escuelas deportivas.

Esa fue la convicción del Buró Nacional luego de analizar los pormenores de su trabajo en las Escuelas de Iniciación Deportiva Escolar (EIDE) y en las Escuelas Superiores de Perfeccionamiento Deportivo (ESPA).

Joel Queipo destacó que el estudiante de deportes tiene varias figuras que inciden directamente en su formación, sobre todo el entrenador. Por ello, el trabajo político-ideológico es más diverso.

Lázara Mercedes López Acea, miembro del Secretariado del Comité Central del Partido, quien participó en el debate, apuntó que la relación docente-entrenador es fundamental, y precisó que estos jóvenes, a veces «muy metidos» en sus entrenamientos, requieren de un trabajo educativo fuerte, porque la disciplina y la formación de valores es indispensable para quienes representarán a la nación en futuras competiciones internacionales.

Para Julio Martínez no es solo imprescindible el trabajo con el equipo de alto rendimiento, y con el estudiante de alguna disciplina, sino que el deporte debe ser más utilizado como forma de recreación sana.

«Hemos dado pasos concretos con la cultura, sin embargo con el deporte no ha sido así. A veces nos escudamos en la falta de instalaciones o implementos, y está claro que hay disciplinas que pueden practicarse sin grandes recursos.

«El deporte es incluso más popular que algunas manifestaciones artísticas, y su posibilidad de aglutinar a grandes masas de jóvenes es también mayor», apuntó.

«No se ve en las calles, en los parques esa cultura de hacer deportes», acotó. «Hay que potenciar las olimpiadas pioneriles, los juegos universitarios y de la FEEM, y también incentivar el deporte en los colectivos laborales y en las comunidades. Hay áreas deportivas enyerbadas en las escuelas o que no se utilizan, eso es inconcebible».

En tal sentido Lázara Mercedes precisó que hoy los centros escolares —en especial los especializados en deportes— no están tan desprovistos de implementos deportivos como en otros tiempos. «Quizá no tienen toda la calidad a la que aspiramos, pero contamos con ellos».

En el análisis se enfatizó que la delegación que representará a nuestro país en los Juegos Olímpicos de Beijing 2008 tiene un promedio de edad de 24,3 años, y el 90 por ciento de ellos son militantes de la UJC.

En este sentido el Buró Nacional expresó su compromiso de desarrollar, entre otras acciones, encuentros sistemáticos con la delegación, así como realizar un movimiento político para atender a estos atletas, sus entrenadores y familiares en todos los municipios del país.

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