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Extrema Cuba las medidas ante la amenaza de varias enfermedades

El país extrema las medidas para evitar una mayor propagación de enfermedades como la Influenza A (H1N1), la gripe estacional, el dengue y la conjuntivitis

Autores:

Mileyda Menéndez Dávila
Amaury E. del Valle
Luis Hernández Serrano
Haydée León Moya

Cuba enfrenta una situación epidemiológica complicada, por la combinación de epidemias como la Influenza A (H1N1), la gripe estacional, el dengue, enfermedades respiratorias agudas u otras como la conjuntivitis, pero el país está preparado para enfrentar esta situación, tratando de minimizar su impacto.

Con este fin se trabaja no solo en todo el sistema de salud, sino en un esfuerzo coordinado de múltiples organismos y, en especial, en extremar las medidas de precaución entre la población, la vía más segura para evitar la propagación de estas enfermedades.

Precisamente a analizar el impacto actual y las perspectivas futuras de esta situación en Cuba se dedicó la Mesa Redonda Informativa de este viernes, donde especialistas de diversos sectores ofrecieron sus valoraciones y describieron los esfuerzos que se hacen para minimizar los daños humanos.

Entre todas las epidemias, explicó el doctor Luis Estruch Rancaño, viceministro de Salud Pública a cargo de la Higiene y la Epidemiología, la más complicada es la desatada por la Influenza A (H1N1), que a nivel mundial ha registrado más de 320 000 enfermos en 188 naciones, y los muertos provocados por ella ya sobrepasan los 4 500.

En el caso de Cuba, hasta el momento se reportan 621 casos comprobados, de ellos 177 niños y 444 adultos. En los enfermos, 181 son importados y 378 autóctonos —o sea, que enfermaron sin salir del país—, y hay que lamentar la muerte de tres embarazadas, uno de los grupos de riesgo más elevado ante la mortal enfermedad.

Sobre este punto, enfatizó en que la situación con las embarazadas no es solo un problema cubano, pues por razones fisiológicas la A (H1N1) las afecta con particular intensidad, y en el mundo se reportan países con elevado número de fallecimientos de gestantes.

Actualmente en el país —dijo Estruch Rancaño— se tiene constancia de la existencia de más de 80 000 mujeres embarazadas, y los pronósticos indican que unas cinco mil pudieran padecer gripe o catarro, en el período estacional más complicado entre octubre y enero.

«Por ello lo fundamental es que ante cualquier síntoma de malestar se acuda inmediatamente al médico, pues si la Influenza A (H1N1) se detecta a tiempo y se trata a tiempo, esa vida se puede salvar».

Otros segmentos de población igualmente muy vulnerables son los niños menores de cinco años, los que padecen de algún tipo de trastorno, inmunodeficiencia, o las personas con enfermedades crónicas en fase agudizada, con los cuales se debe tener especial cuidado.

Vigilancia epidemiológica

«Es un momento muy complicado, pero tenemos que crecernos y estamos en condiciones de superarlo, sin pánico, con tranquilidad, abriendo y explotando las capacidades que tenemos, tanto para eliminar la conjuntivitis, como el dengue, la gripe estacional y la gripe A (H1N1)», aseguró el doctor Estruch durante su intervención en la Mesa Redonda.

El especialista subrayó que en todo momento se ha dado a las organizaciones internacionales de salud, como la OMS y la OPS, información oportuna sobre el progreso de la epidemia, y destacó que en el caso del dengue, la otra enfermedad que puede azotarnos más duramente, ya se logró controlar un brote en el municipio capitalino de Centro Habana, y actualmente está en fase de controlarse otro en el también capitalino de Playa, que lleva activo unos 60 días.

En el país se registran 48 casos importados, explicó el galeno, quien resaltó que hasta ahora no se ha dado ningún caso de dengue hemorrágico y no hay fallecidos por esa causa.

No obstante, dijo, sí hay infestación de mosquitos Aedes aegypti, agente transmisor del dengue, en lugares como Guantánamo, Bayamo, Camagüey, Santa Clara y Ciudad de La Habana, entre otros, por lo cual es imprescindible extremar los controles autofocales y la fumigación, en aras de, como dijo el especialista, «quitarle el salón de parto a la mosquita del Aedes».

Sobre este tema, el doctor Manuel Santín Peña, director nacional de Epidemiología del Ministerio de Salud Pública, explicó que la cantidad de enfermos con dengue es dos veces mayor a la registrada en el territorio nacional en igual lapso del año anterior.

Ese incremento se explica por la extensión de la epidemia en nuestra región geográfica, de cuya situación epidemiológica no podemos sustraernos pues constituye un riesgo permanente para nuestra Isla, argumentó el epidemiólogo.

El doctor Santín Peña resaltó el esfuerzo que ha hecho el país para evitar la introducción de casos foráneos, entre las cuales mencionó el control epidemiológico a técnicos y profesionales de salud cubanos que colaboran en el extranjero, la aplicación de censores de temperatura y declaración de sanidad en puertos y aeropuertos, entre otras disposiciones.

Todas estas medidas, así como las destinadas a combatir la epidemia de Influenza A (H1N1), se han coordinado por parte de un grupo de Trabajo Nacional que integra a diversas instituciones y es coordinado por el Estado Mayor Nacional de la Defensa Civil, explicó el coronel José Betancourt Lavastida, jefe de su Departamento de Gestión para la Reducción de Riesgos.

Ciencia en función

El enorme potencial científico de que dispone Cuba se ha puesto en función de salirle al paso a las mortales epidemias, como se evidenció con la intervención de la doctora Guadalupe Guzmán Tirado, jefa del Laboratorio de Virología del Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí.

La médico intervino para explicar cómo en un lapso muy breve, ante la amenaza de la Influenza A (H1N1), el país implementó el diagnóstico de 22 virus respiratorios, lo cual ha sido un apoyo fundamental a la vigilancia de las enfermedades.

Al respecto destacó que especialistas cubanos diseñaron y pusieron en práctica un nuevo método molecular específico para el diagnóstico de la Influenza A (H1N1), un virus que ha ido desplazando a otras infecciones estacionarias y que como tiene la capacidad de ir cambiando rápidamente es imprescindible monitorear sus cambios genéticos.

Para ello, agregó, se cuenta con toda la metodología y tecnología para detectar la aparición de alguna cepa del virus resistente al tratamiento que se aplica.

A su vez se ha instrumentado un sistema en el laboratorio de referencia del IPK para analizar, con rapidez y eficiencia, las muestras microbiológicas de todas las personas que lo requieran en cualquier sitio de la geografía cubana, lo cual ha permitido hasta la fecha procesar 3 881 muestras y hacer unas 30 000 determinaciones.

También el sistema de salud cubano se ha activado ante las actuales circunstancias, como subrayó el doctor José Ángel Portal, viceministro del MINSAP para la Asistencia Médica, al asegurar que Cuba cuenta con los recursos humanos y los medicamentos necesarios para enfrentar la situación epidemiológica actual, especialmente la gripe A (H1N1).

El país produce y tiene las existencias necesarias del antiviral Tamiflú, el cual se ha demostrado que es el más efectivo en las primeras 48 horas de la enfermedad, de ahí la importancia de incrementar las medidas de detección y vigilancia activa en el sistema primario de salud, sobre todo en los grupos vulnerables.

Este medicamento, por supuesto, no puede ser de libre administración, por lo cual solo está disponible en las farmacias de centros asistenciales y se expende bajo prescripción facultativa.

En el caso del sistema de atención al paciente grave, ya está completamente activado, afirmó su director nacional, el doctor Albadio Pérez, quien subrayó que hay 2 500 camas disponibles y pudieran crearse más capacidades si hiciera falta.

Las ambulancias del Sistema Integral de Urgencias Médicas (SIUM) están listas para mover a las personas que así lo requieran, y el personal médico ha recibido actualización para el manejo de estos casos.

Educar para no parar de educar

También los Ministerios de Educación (MINED) y Educación Superior (MES) priorizan en estos momentos la educación sanitaria entre sus más de dos millones de educandos, como una forma de hacer llegar un mensaje de autocuidado, disciplina y responsabilidad a todas las familias, acotó la doctora Irene Rivero, viceministra del MINED.

Las principales medidas preventivas se divulgan en los 12 000 centros educacionales del país y se crean condiciones para  el pesquisaje de casos sospechosos y el lavado frecuente de las manos, precisó.

Asimismo, la vicetitular del MINED exhortó a mantener la necesaria sistematicidad en las labores de higienización interna y externa de cada centro, y llamó la atención sobre el apoyo de los padres para evitar que vayan a las escuelas los niños con síntomas respiratorios, fiebre o conjuntivitis.

En cuanto a las ausencias, la doctora Rivero recordó que el Ministerio del Trabajo y Seguridad Social ampara mediante su Resolución 90 a quienes faltan a sus centros por estar enfermos o al cuidado de los menores, y a su vez se ha orientado hacer los ajustes que requiera cada centro educacional, ya sea interno o externo, de modo que todos sus estudiantes puedan presentarse en forma a sus exámenes y no se perjudique su evaluación integral.

Prevenir la clave

Si bien la Influenza A (H1N1) se comporta como un cuadro gripal con síntomas respiratorios a veces leves, también se presenta con síntomas graves que pueden provocar la muerte, entre ellos la fiebre igual o mayor a 38 grados, secreción o congestión nasal, expectoración, dolor de cabeza, muscular y en las articulaciones, escalofríos, nauseas y vómitos, así como dificultad para respirar.

En los niños puede manifestarse con fiebre alta, faringitis, laringitis y neumonía, mientras en recién nacidos la fiebre elevada puede ser la única señal.

Todos estos síntomas, recalcó el doctor José Ángel Portal, no se presentan por igual en todas las personas, por lo tanto alguien puede portar la enfermedad y no presentar uno de esos indicios, e incluso transmitirla desde un día antes de sentir los primeros malestares.

Por ello, más allá de las condiciones médicas creadas para combatir las epidemias, la mejor forma de derrotarlas es prevenirlas, y en ello la actuación social, pero también la responsabilidad individual, serán claves.

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