Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Pedro del Toro Morell: duro como el cedro

Este abuelo de 102 años, no ha perdido ni el pelo, ni la visión y mucho menos su mente

Autores:

Yahily Hernández Porto
Sandra Martínez

CAMAGÜEY.— «Este viejo mío se tomaba unas cancháncharas de agua de cedro, que creo que es eso lo que ha hecho que él dure tanto; a Pedri no le duelen ni los callos», afirmó Julia Cruz Veloz, esposa, por más de cuatro décadas, de Pedro del Toro Morell, abuelo de 102 años de vida que no ha perdido ni el pelo, ni la visión y mucho menos su mente.

«Tiene una vitalidad, memoria y alegría envidiables», agregó la anciana de 80 primaveras cumplidas, sobre este centenario que anda y desanda las calles agramontinas, sin miedo a nada.

«Na’… Cuando creo que me dolerá algún hueso, cojo pa’ el monte con el machete en la mano y busco raíces, hierbas, y me hago mis remedios», dijo sonriendo el anciano, y añadió: «Fíjate que tuve que operarme, y dos veces después de los 80, y ni miedo le cogí a la anestesia. Esa no pudo con mi mente.

«Nací bendecido con el agua de San Pedro, según mi madre Manuela, porque el 29 de junio de 1910, al amanecer gritaba pa’ tomar leche, y desde entonces no he dejado de comer y en grandes cantidades.

«Es verdad que la gente se cree que tengo menos edad, por mi físico y por como trabajo. Ahora vendo puré de tomate, sin pena de ningún tipo, y buscándome mis pesitos, porque primero muerto que vago.

«He hecho de todo: albañilería, carpintería, cerrajería, custodio, vendedor… Arreglo lo que sea, y así no dependo de nadie. Mantengo a mi vieja, que me ha aguantado una “pila” de años.

«Nuestros tres hijos son buenos, porque nos ayudan en todo, pero no hay nada como lo de uno, y por eso yo trabajo, aunque tengo mi pensión, que me la dio Fidel; tengo casa, familia, salud y como pobre tengo de todo, aquí en la Vigía, en Joaquín de Agüero, y quien dude de lo que digo, que venga a preguntarme.

«He vivido muchos Gobiernos, pero la verdad es que la Revolución nos dio un lugar a los cubanos, porque nos hizo gente. ¡Ay de aquellos que no reconozcan las cosas buenas de este Estado: la medicina, el estudio, el respeto…!

«No hay secretos para durar tanto, pero en mi caso te diría que si hay algo que te alarga la vida es comer de todo, hacer siempre algo, trabajar, nunca pelear por gusto y eliminar de cuajo la tomadera de ron, cerveza y el cigarro, porque eso sí que te lleva al hueco.

«Dice la doctora que tengo un corazón de joven, mucho más que el de Julia, que ya tiene dos infartos, y yo le digo que no pelee tanto… ¿Pa’ qué?, si hablando la gente se entiende…

«No es malo ni difícil llegar a viejo, porque desde que nacemos vamos por ese camino. Lo importante es saber caminar por eso. Allí está el secreto para durar tanto como yo, que he dado pelea pa’ rato.

«Si pudiera cambiar algo, quitaría un poco de pastillas y mandaría a tomar más cocimientos; eliminaría a los vagos y a las familias que malcrían a sus hijos, dándoles a todo costo los gustos. Esos padres, los mayores, son los responsables de muchas de las cosas que hoy andan mal en las calles, y no los jóvenes, como otros por ahí piensan.

«Les diría a las hembras como a los varones que estudien y trabajen, que defiendan sus sueños y amores, y que nunca, pero nunca, los cambien por dinero».

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