Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Puerta a puerta

Autor:

Mileyda Menéndez Dávila

Tun tun. «Buenos días. Le traemos el desayuno. En un rato pasamos recogiendo la basura». Tun tun. «¿Sacaron la basura? Aquí tienen sus jabitas para poner en los cestos. ¿Limpiaron el cuarto o necesitan ayuda? ¿Necesitarán agua fría? Disculpen si demoramos: la nevera está en el otro bloque».Tun tun. «Miren sus pomos. Ah, y la merienda que ya estaba lista».

La beca del Instec no es un edificio de diseño tradicional. Sus cuartos están distribuidos en dos bloques en forma de L. Los dos extremos tienen dos pisos y en el medio hay tres, no alineados con los de los costados. Tiene cinco tramos de escaleras con diferente orientación, ancho y cantidad de pasos, y una resbalosa rampa anti barrera arquitectónica.

Para los pacientes se destinaron diez habitaciones; la seño y la doctora comparten la oncena, el doctor se ubicó en un pequeño cuarto frente al espacio habilitado como enfermería y el resto de la tripulación nos acomodamos en el extremo fuera de zona roja, aunque para entrar a él hay que atravesarla.

Tun tun. «Buenas tardes. Aquí están las cajitas del almuerzo. Enseguida traigo los frijoles. ¿Necesitan más agua? Recuerden dejar fuera los desechos y limpiar las superficies con el hipoclorito al cinco por ciento». Tun tun. «Trajimos el potaje y el refresco. ¡Ah, qué bien, sacaron los pomos! Están aprendiendo… En cuanto salga la merienda regresamos».

A veces el alimento se concentra en la cajita de cartón y un vasito plástico con el componente líquido. Otras se suma el pan con algún añadido y un refresco, en bolsitas o en vasos. Para distribuirlo salimos solos o en pareja, en dependencia de las tareas colaterales, sobre todo la limpieza de los cuartos. 

Cada tripulante reparte a su manera: Lleva de una vez el completo para dos familias y regresa a la mesa de despacho, o carga todo lo de un tipo para todos los cuartos. Igual subes y bajas varias veces haciendo malabares con la bandeja llena, consciente de que un tropezón sería inexcusable.

Tun tun. Buenas… «¡Abuelaaaa! Volvió la señora del tuntún. Vacía el pomo y ven, que trajo la comida. ¿Hoy no hay dulce? ¿Cuándo me traes más flores? Ah, mira: a mí no me gusta la leche, ¡puaj! ¿Y si mañana me das yogurt? ¿Sí? ¡qué ricooo!».

Es duro ver cuánto producto se desperdicia. Algunas personas no prueban bocado porque los nervios les quitan el apetito o no les gusta la dieta (que realmente es buena la mayor parte del tiempo). Incluso en nuestro equipo puede sobrar comida, porque los horarios de entrega son puntuales, pero las tareas son irregulares y si se juntan los envíos mientras estás en zona roja, a la vuelta lo que apeteces es el líquido, que por suerte también está frío porque el Instec destinó equipos de refrigeración para todas las áreas.

Otra razón para que el alimento no se aproveche es que se cocine para plena capacidad y haya menos huéspedes. Imposible prever si un grupo se irá antes de la próxima comida o si llegará alguien fuera de horario, y no es cosa de dejarlo en blanco hasta el desayuno.

Fuera de la zona de restriccion tambien se exigen protocolos higiénicos para manipular los alimentos. Foto: Abel Fundora.

Parece un contrasentido, pero esas personas que se aglomeran irresponsablemente en espacios públicos para obtener comida, cuando no siguen las reglas elementales de protección están contribuyendo a que cada día el virus gane más portadores y el estado destine más recursos a alimentar a mucha más gente ingresada en hospitales o en centros de aislamiento.   

Tun tun. «A ver, señora, dos cosas: Es necesario trasladarlos de cuarto para fumigar este. No se preocupen, allí tendrán ropa de cama y toallas limpias. De veras lamentamos que alguien de su familia diera positivo. Sí, señora, el resto debe permanecer otros cinco días hasta repetirles el PCR, por su seguridad y la de su familia y vecinos.

«¿Ah, ya lo sabe? Pues sí: declararon un nuevo foco en San Miguel del Padrón. Del grupo de 23 personas que entraron el lunes como contactos, 12 fueron confirmadas con el virus, todas asintomáticas. Sí, ya la ambulancia los llevó a los hospitales de destino. No, señor, los niños no van solos. Siempre un adulto le acompaña, sea o no positivo».  

Tun tun. «Buenas noches. Por favor, saque los desechos; aquí tiene más jabitas. ¿Necesita algo más? ¿Agua fría? No acumule alimentos, por favor. Sí, es una lástima no aprovecharlos ni para una cochiquera, pero es un riesgo epidemiológico. Que descansen… Mañana será otro día».

Reto del día: ¿Habrá algún algoritmo para redistribuir a las personas después de cada salida? Variables a emplear: cantidad máxima de camas por habitación, integrantes por familia, casos positivos y pendientes, edades, días de espera, tiempo de fumigación y limpieza, estados de ánimo, modales… 

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