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Cumple 20 años escuela de cine de San Antonio de los Baños

Ayer, 15 de diciembre, la Escuela Internacional de Cine y TV de San Antonio de Los Baños cumplió 20 años de fundada

Autor:

Juventud Rebelde

Alberto Ponce, egresado de la EICTV, fue quien editó Crónica de una fuga Cada edición del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano para los estudiantes de la Escuela Internacional de Cine y TV de San Antonio de los Baños es también una fiesta, por cuanto esos días —incluidos en su plan de estudios— representan una posibilidad para la confrontación. Solo que esta vez revistió una connotación especial ya que ayer, día 15, se cumplieron 20 años de aquel diciembre de 1986 en que, durante el VIII Festival, se inaugurara este «buque insignia del realismo mágico», como la calificó algún periodista.

La EICTV estuvo presente en el certamen que la vio nacer y dar sus primeros pasos, desde numerosos puntos de vista. Como tributo a los «cineteleastas» egresados, la dirección del Festival decidió conformar el Jurado del Coral de Ópera Prima con tres de ellos: Wolney Oliveira (Brasil), Juan Carlos Cremata (Cuba), y Marcos Loayza (Bolivia).

En la sección oficial en concurso, por ejemplo, de la enorme cantidad de graduados «eicetevianos», figuraron el argentino Alberto Ponce, editor de Crónica de una fuga, de Israel Adrián Caetano, y de Tiempo de valientes, realizada por Damián Szifrón (en Panorama Latinoamericano); dos egresados cubanos figuraron en los créditos de La edad de la peseta, el fotógrafo Luis Najmías y el guionista Arturo Infante, de quien fueron seleccionados también en la categoría de cortos de ficción: Flash Forward y Gozar, comer, partir.

Entre los 126 guiones inéditos que optaron por el Coral, aparecieron tres escritos también por profesionales entrenados en San Antonio de los Baños: El barco, de Osvaldo Daicich y Gustavo Intieri (Argentina); Ilusiones ópticas, firmado por Alicia Scherzon y Cristián Jiménez (Chile) y Peter Pan Kids, de Arturo Sotto (Cuba).

Para celebrar la efeméride del 15 de diciembre de 1986, se conformó un plan de actividades, que se inició el

8 de diciembre con la develación de una tarja en el parque central de San Antonio, considerado el poblado más filmado del mundo. Al día siguiente, en la sede de la Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano, fue el homenaje del Festival de La Habana a la Escuela.

El Salón Taganana del Hotel Nacional de Cuba, acogió, como todos los años, la conferencia sobre el presente y las perspectivas de la EICTV. En esta ocasión se presentaron los libros Memorias y El arte nunca duerme, compilación de textos y testimonios de personalidades vinculadas al devenir de la Escuela. La jornada dejó inaugurada también una exposición conmemorativa de estas dos décadas de algo que, como señalara Julio García-Espinosa, uno de sus fundadores y su actual director, «no es solo un proyecto docente, es también un proyecto de vida. En ella estudiamos mientras nos descubrimos. No es una escuela que minimice la técnica pero no es una escuela tecnocrática, es una escuela que propicia el desarrollo del talento, que se pretende como fábrica de energía creadora.»

Fernando Birri, uno de sus fundadores y su primer director, a quien correspondió el privilegio de escribir y leer en el acto inaugural el acta de nacimiento de la Escuela, presentó en la sala Glauber Rocha de la Fundación, en la legendaria Quinta Santa Bárbara, Za 05: Lo viejo y lo nuevo, su más reciente obra.

El acto central de la celebración se realizó el día 14 en la mañana, en el espacio central de la Escuela que, presidido por Fidel, acogió 20 años atrás a constructores, cineastas invitados y a los alumnos de la primera generación, y que ahora lleva el nombre de Plaza Zavattini como tributo al guionista de Ladrón de bicicletas.

Aquella tarde de 1986, vestido con el overol azul que uniformaba a los de «la Escuela», como pronto comenzó a llamárseles, Birri expresó que como «resultado de necesidades, experiencias y reflexiones críticas y autocríticas durante 30 años del Nuevo Cine Latinoamericano, esta escuela, antes de nacer, cupo en un sobre ambulante (...): allí encerrábamos tres figuras, un círculo rojo, un cuadrado azul y un triángulo amarillo, que hoy superpuestos, son el logo de esta escuela-atípica porque, entendida en la síntesis de este logo y no obstante su nombre, esta escuela no es una escuela escolástica, sino antiescolástica: central productiva de energía creativa para imágenes audiovisuales. (Una fábrica del ojo y la oreja, un laboratorio del ojo y la oreja, un parque de atracciones del ojo y la oreja)».

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