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A la cima de la Patria

En el año del aniversario 25 de la Asociación Hermanos Saíz, igual número de sus miembros revivieron una tradición: ascender al Pico Turquino y visitar sitios de relevancia histórica

 

Autor:

José Luis Estrada Betancourt

En el año del aniversario 25 de la Asociación Hermanos Saíz (AHS), igual número de miembros de la organización de la vanguardia de los jóvenes escritores y artistas cubanos revivieron una tradición: ascender al Pico Turquino y visitar sitios de relevancia histórica. Ocurrió entre el 12 y el 15 de agosto, y los protagonistas fueron creadores destacados de cada territorio de la Isla.

«Hacía casi una década que, por una u otra razón, los asociados no vencíamos los 1 974 metros que señalan la mayor elevación de Cuba, para rendir homenaje a quienes finalmente conquistaron el triunfo, justo en los días en que los cubanos celebramos el cumpleaños de Fidel, y recordamos a Luis y Sergio Saíz Montes de Oca, quienes entregaron sus vidas a la causa de la libertad. Ahora nos sentimos orgullosos de recibir en nuestra provincia una representación de jóvenes artistas de todo el país, y de llevar adelante esta acción que nos reencuentra con la Historia y constituye una hermosa tradición que los fundadores de la AHS llevaron a cabo durante años en cada agosto», comentó Dayron Fonseca, presidente de la filial de la Asociación de Granma, mientras esperaba la llegada de colegas de todo el archipiélago a la céntrica Casa del Joven Creador, situada en el popular bulevar bayamés.

Donde nació la libertad

No podía ser de otra manera. Sin apenas haber dormido y sin reparar en el cansancio de la noche de viaje en que todo fueron canciones y poemas, los 25 artistas partieron hacia el sitio donde el Padre de la Patria, en gesto singular de nuestra Historia, dejó libre a sus esclavos y proclamó la igualdad entre los hombres: La Demajagua.

La campana, orgullo de Manzanillo y testigo de tantos acontecimientos trascendentales, volvía a repicar con fuerza en la memoria de los presentes, mientras César Martín García, el historiador que por tanto tiempo ha cuidado ese baluarte de nuestra identidad, contaba episodios relacionados con Carlos Manuel de Céspedes, el lugar y sus símbolos.

Sentados en torno a piezas de la maquinaria que antaño diera vida al ingenio, todos escucharon absortos la anécdota de cuando Santiago Álvarez le pidiera a Fidel, durante la inauguración del Parque Nacional, el 10 de octubre de 1968, que volviera a hacer sonar la campana que fue testigo del inicio de la guerra por la independencia de Cuba. Víctor, nieto del prestigioso cineasta, integrante de la juvenil comitiva, y el primero de ella en reparar en la asombrosa cercanía del mar, conoció, como el resto de sus compañeros, la respuesta cariñosa y firme del líder de la Revolución, quien afirmó que esa campana no tendría que volver a sonar en Cuba, donde nunca más habría  esclavos.

El nuevo día

El retorno a la Ciudad Monumento solo sucedió después de haber compartido con los jóvenes artistas manzanilleros en su sede, la recién estrenada Casa del Joven Creador, que acoge la célula de la organización en ese municipio, y que hoy es escenario privilegiado de presentaciones e intercambios, referente del trabajo cultural de la AHS.

Era ya la noche del 12 de agosto, y como en toda la nación, los noveles artistas esperaron junto a sus colegas bayameses la llegada del nuevo día. A la música, el teatro, la literatura, y en presencia de autoridades del territorio, se unió el estreno en tierras orientales del documental Por qué luchamos, de los realizadores Lourdes Stusser y Dany González Lucena: homenaje a Fidel y los hermanos Saíz, que conmovió a los presentes.

Ese sol del mundo moral

Escasas horas después, cuando apenas se vislumbraba el alba, los 25 jóvenes se dirigieron hacia Dos Ríos a rendir tributo al más universal de los cubanos. El Himno de Bayamo brotó de sus voces ante el impacto que provocó el monumental obelisco de forma piramidal de diez metros de alto, que recuerda el sitio donde cayera el Apóstol.

Entonces, en la voz de Jaime Gómez Triana, vicepresidente de la AHS, adquirieron dimensión especial aquellas palabras de Cintio Vitier: «La bala que lo mató en Dos Ríos pareció decir otra vez: no: basta de ilusiones, la historia es otra cosa, y continuaron las batallas, pero el radiante sol de mayo, frente al cual cayó en combate según lo había anunciado (yo soy bueno, y como bueno,/ Moriré de cara al sol), era, exactamente, el que los nahuas llamaron Sol del Centro: “ese sol del mundo moral” que ya no dejaría de vigilar nunca, como “una pupila insomne”, sobre la Isla».

En silencio, como quien repasa una idea, recita un verso o recuerda una enseñanza martiana, se despidieron de la solemne explanada, pensando tal vez en la coincidencia, privilegio histórico, de visitar el lugar donde cayera un grande de la historia de Cuba, justo el día en que otro grande cumplía sus 85 años. Llevando cada uno consigo al Martí de Dos Ríos, se encaminaron entonces a conquistar el Turquino, donde otro Martí, o quizá el mismo, en la cima de la Isla, los aguardaba.

Subir lomas...

De Bartolomé Masó a Santo Domingo. Del Alto del Naranjo al Pico Mella. Por senderos difíciles y angostos ascendieron hasta la Aguada de Joaquín, conociendo sitios históricos, vislumbrando a lo lejos, y gracias a la explicación de los guías, el lugar donde Fidel tuvo su Comandancia, y el sitio desde donde Violeta Casal decía cada noche: «Aquí Radio Rebelde»; lomas que fueron también trincheras y abrigo de justicieros barbudos, por donde se les vio más de una vez andar y desandar a Raúl, al Che, a Almeida...; parajes desde donde se comenzó a construir la utopía.

Venciendo el cansancio y poniendo a prueba la solidaridad, la hermandad que, al decir del Maestro, nace de subir lomas, ganaron, finalmente, con una resistencia casi sobrenatural, el Pico Turquino. Al pie del busto de Martí que corona su cima, y convencidos de que la Asociación Hermanos Saíz no deberá abandonar estos senderos, de nuevo se escuchó el Himno, que 25 voces emocionadas de toda Cuba coreaban, mientras orgullosos contemplaron la Patria.

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