Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

En cada obra hay mucho de la vida del escritor

El joven narrador y poeta se cataloga como muy quisquilloso a la hora de escribir

Autor:

Hugo García

MATANZAS.— Los hijos del invierno es un libro de cuentos que habla de la Cuba de hoy, del ser humano en el mundo actual, de las inquietudes de cualquier hombre, como el miedo a la muerte, al amor, al terrorismo, a no hacer nada con su vida y convertirse en un objeto dentro de un engranaje que te consume…

Solo 500 ejemplares salieron a la luz en la pasada Feria Internacional del Libro bajo el sello Aldabón, de la Asociación Hermanos Saíz (AHS) en esta provincia, y fueron muy bien recibidos por el público en la Atenas de Cuba.

«Cuenta con mucha ficción, pero en cada obra también hay mucho de la vida del escritor. Es inevitable… En Los hijos del invierno hay mucho de mis lecturas, de cómo veo el mundo y cómo pienso», valora a este diario Luis Enrique Mirambert del Valle.

 «La literatura me ha ayudado a encontrar la belleza y la solidaridad», opina este joven matancero que escribe de noche y dedica muchas horas a la lectura.

Dice que le gusta disfrutar de diversos deportes y practicar artes marciales. Y la música también, aunque confiesa que no sabe tocar ni las claves. 

En Unión de Reyes vive con su mamá y tiene un niño de cinco años de edad. Sueña con ser locutor de radio y le interesa el cine. Estudia el tercer año (curso por encuentros) de la Licenciatura en Comunicación Social, en la Universidad de Matanzas, y labora como operador de la central eléctrica de paneles solares en el municipio de Cárdenas. 

«En este libro hay una mirada fuerte a lo que sucede en el mundo en la actualidad, con metáforas de la decadencia y de las rupturas de los lazos del hombre con sus memorias.

«Oriento mis textos hacia el humanismo, con una visión áspera, pero pretendo que el ser humano crezca en medio de la parte más oscura de sus vidas», reflexiona.

En su casa hubo siempre muchos libros, estantes repletos, porque sus padres y su hermano leían bastante. Era inevitable que se acercara a la literatura en un ambiente como ese.

«El único requisito indispensable para un escritor es que lea mucho más de lo que escribe», comenta.

Los hijos del invierno es un libro de cuentos que habla de la Cuba de hoy, del ser humano en el mundo actual.Foto:Tomada de Youtube.com

 «Todo empezó en mi adolescencia, con muchas inquietudes y necesidad de expresarme de alguna forma, y la literatura era lo que tenía a la mano; por eso escribía poemas luego de acercarme a la obra de Juan Ramón Jiménez y de Martí.

«La escritora Maylán Álvarez me orientó bastante en relación con qué debía leer y sobre el mundo de la literatura en particular. Cuando tenía 18 años me publicaron unos poemas en las Iluminaciones de la revista Matanzas, y entonces empecé a conocer el mundo literario de esta ciudad. En 2011 entré al decimotercer curso de narrativa del Centro de Formación Literaria Onelio Jorge Cardoso. He acumulado muchas lecturas y ahora escribo una novela y varios poemarios.

«La narrativa me es más fácil que la poesía, porque esta última la pienso más. No me gusta lo fácil o banal, ni meterme en ese juego de espejos y apariencias de la cultura consumista y falsa.

«Es imposible ser un escritor apolítico, pero estoy en contra de usar la política para ascender peldaños; solo la aceptaría si se hiciera sinceramente y desde un pensamiento que se quiera defender», insiste.

—¿Te sientes auténticamente cubano?

—Después de 28 años de vivir en Cuba me siento cada día más cubano, aunque estoy en contra de los nacionalismos extremos. Soy muy martiano y recuerdo siempre que Patria es humanidad; uno tiene que partir de su casa y su país, creando raíces.

«Amo mucho a Cuba y si soy un crítico en algún momento, si tengo una visión recia sobre el país, es precisamente porque quiero a mi tierra y lo que pase en la Isla me duele. Por eso no debemos hacer concesiones con lo mal hecho, por eso el principal deber de un escritor es manifestarlo, no solaparse por miedo, ni usar los problemas de la sociedad para vender».

—¿Principal desafío de un joven escritor?

—Posicionarse; que los libros no solo se publiquen, sino que se lean. Son momentos de las redes sociales y la velocidad de comunicación en internet, casi siempre efímera y orientada a lo visual. Combatir esa tendencia con un libro es complicado.

«El otro reto es crecer como artista y leer mucho aprovechando la informatización. Ahora tenemos más fácil acceso a la sabiduría que 30 años atrás, por todas las opciones online y digitales».

 

 

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