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España se asoma a la gloria

El «tiqui-taca» español ha dado mucho de qué hablar, aun más después del recital que Xavi, Iniesta, y compañía entonaron sobre el césped del estadio de Durban, para el disfrute de los millones de amantes del fútbol

Autor:

Raiko Martín

La paciencia es un don. Y supo esperar España el día más trascendental de su historia futbolística, y en el momento de asomarse definitivamente al balcón de la gloria construyó su mejor partido del Mundial.

No se arrugó la «Furia Roja» ante el impresionante paso de la demoledora maquinaria alemana, que tantas víctimas ilustres había dejado a su paso. Mucho menos cambió su imagen, que ya es tan reconocible como el jogo bonito de los brasileños, la «Naranja Mecánica» de los holandeses, o el monolítico estilo de los propios germanos. Pero de estos sellos ya solo quedan nostalgias.

En cambio, sigue dando de qué hablar el «tiqui-taca» español. Aún más después del recital que Xavi, Iniesta, y compañía entonaron sobre el césped del estadio de Durban, para el disfrute de los millones de amantes de la belleza de este juego.

Allí se dio la esperada batalla del medio campo, pero duró mucho menos de lo esperado, porque el balón siempre tuvo un solo dueño. No hay cosas completamente iguales en este mundo, y por mucho que se haya esforzado Joachim Löw, su mestiza Alemania no llega al molde de los españoles. Le queda la ausencia de Müller como coartada, pero ni con eso.

Ante tales circunstancias, no le quedó a Schweinsteiger y su tropa más opción que cerrar filas, y esperar el justo momento para que Klose, o en su defecto Podolski, pudieran clavar los colmillos. Pero la tarea, ahora con la velocidad de Pedrito como alternativa a los actuales lastres de Torres, se les hizo harto pesada.

Fue la inesperada apuesta de Del Bosque la que alumbró todas las rutas. Con el ariete azulgrana por un lado, Iniesta por el otro, y el «Guaje» Villa por todos, la defensa alemana —y sobre todo sus espigados centrales— se quedaron sin un objetivo definido. Y como si tuvieran poco, les quedaba tapar con una asiduidad preocupante los latigazos que, con mayor o menor fortuna, salían de las botas de Xavi Alonso.

Conservaron el tipo los alemanes durante la primera, pero ni la parada de descanso les sirvió para recomponer esa figura tan altiva y filosa con la que nos había impresionado hasta entonces. Dibujaron dos o tres escaramuzas, pero ninguna tan peligrosa como la que exigió a Casillas sus mejores prestaciones para tapar el peligroso zarpazo de Kroos. Otra intervención edificante de su ya sólido pedestal.

En el otro arco, Neuer no fue menos cuando le tocó abortar los vendavales teñidos de rojo que le llegaban desde todos los ángulos. Gracias a sus manos, el partido fue una danza hasta el imponente cabezazo de Puyol, igual de violento y más certero que el que hizo temblar Berlín y sus alrededores antes del intermedio. Después comenzó el baile, con castañuelas incluidas, que hubiera llegado al clímax si Pedro no hubiera convertido en difícil lo sencillo, cuando los alemanes ya quemaban sus últimos cartuchos con más orgullo que precisión.

Así, de la mejor manera, esta alabada y hasta ahora apagada España se alejó aún más de sus complejos de antaño, y mira con optimismo hacia Johannesburgo. Allí, ante la mirada atenta de sus admiradores, cruzará espadas el próximo domingo con la reconvertida Holanda, que bajo el mando de Bert van Marwijk invierte todo su capital en la efectividad de sus figuras.

El fútbol, después de ocho décadas de rodajes mundialistas, abre sus puertas a un reinado nunca antes visto. África le ofrece a este hermoso deporte sus mejores paisajes a una final inédita, y a la confluencia de dos filosofías diametralmente opuestas, pero con similares objetivos. Españoles y holandeses, con justo merecimiento, intentarán fundar en Sudáfrica una nueva dinastía.

Alemania

Manuel Neuer- Philipp Lahm, Per Mertesacker, Arne Friedrich, Jerome Boateng (Marcell Jansen, min. 52)- Sami Khedira (Mario Gómez, min. 81), Bastian Schweinsteiger, Piotr Trochowski (Toni Kroos, min. 62), Mesut Özil- Lucas Podolski, Miroslav Klose  DT: Joachim Löw.

España

Iker Casillas- Sergio Ramos, Carles Puyol, Gerard Piqué, Joan Capdevila- Sergio Busquets, Xavi Alonso (Carlos Marchena, min.  90+3),  Xavi, Andrés Iniesta- Pedro Rodríguez (David Silva, min. 85), David Villa (Fernando Torres, min. 81) DT: Vicente del Bosque.

Goles:   C. Puyol (min. 73)

Arbitro: Viktor Kassai (HUN)

Nota: Entre paréntesis relacionamos los cambios en cada equipo.

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