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Una joya en las arcas del deporte cubano

Próximo a cumplir 19 años, la institución sigue dando muestras de limpieza y profesionalidad. Así lo corroboró Juventud Rebelde en reciente visita a la prestigiosa entidad

Autor:

Lianet Escobar Hernández

La 23ra. edición de los Juegos Panamericanos de Winnipeg, Canadá, realizados entre el 23 de julio y el 8 de agosto de 1999, fue el antecedente de una pesadilla que trajo consigo difamaciones contra el deporte cubano y sus atletas, las cuales hablaban, entre otras ignominias, de dopaje.

Pero las enérgicas respuestas del Gobierno de la Isla, encabezado por el Comandante en Jefe Fidel Castro, no se hicieron esperar, y el empeño de las autoridades deportivas cubanas en probar los malos manejos sucedidos con las muestras de nuestros campeones, convirtieron la contrariedad en un sueño cuando el 13 de febrero de 2001 nació el Laboratorio Antidoping de Cuba.

Dirigido en sus primeros años por un artífice de esa constancia que se mostró en Winnipeg, el doctor Mario José Granda Fraga, la institución, ubicada en el municipio habanero de Boyeros,  obtuvo la acreditación por la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) en el mes de septiembre de 2003 y desde entonces han sido 16 años certificados de manera ininterrumpida.

Para el doctor Rodny Montes de Oca Porto, actual director del centro, se trata de un trabajo que requiere mucha responsabilidad, pues la acreditación no es vitalicia, sino anual, y demanda la realización de cinco rondas de exámenes al año; tres de tipo ciego (te envían un grupo de muestras para determinar qué tienen) y dos de tipo doble ciego (no hay posibilidades de saber cómo ni cuándo se mandarán las muestras para evaluarte).

No obstante, asegura el Director de la entidad que «la reputación del recinto se debe primero a la profesionalidad del equipo de trabajo y a la voluntad política del Gobierno cubano, del Inder, del Comité Olímpico de la Isla, que nos han apoyado siempre en poner los recursos cuando han hecho falta.

Para el Doctor Rodny Montes de Oca Porto lo más difícil es lidiar con las trabas que les crea el bloqueo económico de Estados Unidos a Cuba.Foto:Maykel Espinosa Rodríguez.

«En el mundo llegamos a ser 35 laboratorios y en estos momentos hay 26; de ellos, solo quedan cuatro en América: Estados Unidos, Canadá, Brasil y el nuestro, pues el de México cerró recientemente porque el Gobierno no pudo seguir asumiendo su alto costo», explicó Montes de Oca.

A río revuelto…

La realidad del país azteca no dista mucho de la que enfrenta el laboratorio antidoping antillano, pues para conservarlo sus profesionales han tenido que sortear un sinnúmero de dificultades, entre ellas el bloqueo, debido a que la mayoría del equipamiento del centro es norteamericano, así como los insumos y reactivos que se usan.

Lo vivido por el laboratorio mexicano aumentó el número de muestras que analizara en este 2019 la estancia cubana, que además, les presta servicios a más de diez países en el mundo.

«Debido a la situación de México el laboratorio cubano recibió un incremento de 1 500 muestras, lo que significan un aumento en los ingresos de aproximadamente medio millón de dólares por el concepto de pruebas doping a clientes internacionales.

«La situación nos ayuda igualmente porque la AMA nos exige un mínimo de 3 000 muestras al año para lograr la acreditación y nosotros siempre hacemos entre 3 800 o 4 200, aunque en este 2019 tenemos el propósito de evaluar 5 000, lo que sería un récord para el laboratorio», señaló el directivo.

No resulta un secreto que en la actualidad es un lujo tener un laboratorio antidoping, pompa que solo pueden darse países en su mayoría europeos, algunos de Asia y Sudáfrica, única nación del llamado continente negro que cuenta con uno.

Muchos, como en el caso de la tierra donde cantan los mariachis, han cerrado porque gastan más de lo que ingresan, aunque, asegura el doctor Montes de Oca, «lo mismo sucede con nosotros, solo que en nuestro caso, realizamos un promedio de mil muestras gratis a los atletas, lo que representa un ahorro considerable al país que, en caso de no contar con ese servicio, tendría que realizar y pagar por esas pruebas en otras naciones».

Manos jóvenes, pero capaces

El laboratorio antidoping de La Habana se nutre particularmente de profesionales, en su mayoría, licenciados y técnicos en ciencias farmacéuticas y químicas.

Un claustro de 40 trabajadores conforma el colectivo y es común encontrar entre ellos caras jóvenes como la de la especialista Sheila Brown, recién salida de la Universidad capitalina, graduada en Química y para quien es una satisfacción estar empleando sus conocimientos en este lugar.

«Uno siempre sueña con poder aplicar lo que estudió en su centro laboral. Me siento contenta, porque comparto con un colectivo de trabajo muy agradable y vivo orgullosa a la vez, porque con lo que hacemos aquí ayudamos no solo a los atletas, sino también al deporte cubano y mundial», apuntó la joven de 25 años.

Su compañera de labores, Lesyanis Alcina manifiesta por su parte que «aunque es estresante el trabajo que realizamos debido a la alta responsabilidad que tenemos en nuestras manos, siempre es gratificante sentirse útil», resaltó. 

Muchos jóvenes forman parte del claustro de trabajadores del laboratorio.Foto:Maykel Espinosa Rodríguez.

La faena de los especialistas del centro no se limita únicamente al trabajo diario dentro de la instalación, pues participan igualmente en eventos internacionales, por ejemplo, en las Olimpiadas de Río de Janeiro 2016, en los Panamericanos de Río 2007, entre otros certámenes, y en estos momentos existe la posibilidad de realizar los análisis de las muestras de los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Panamá en 2022.

Uno de los logros de los especialistas que luchan contra el dopaje dentro del deporte en Cuba, ha sido el de contribuir a que los atletas antillanos tengan conocimientos y acceso a la lista de más de 400 sustancias prohibidas que existen, en su mayoría medicamentos. 

Por otro lado, el hecho de que los deportistas cubanos sean analizados constantemente por otros laboratorios, sobre todo en eventos múltiples, y que no se hayan dado casos de dopaje, incluso, cuando las federaciones internacionales han llevado muestras de cubanos a otros laboratorios, demuestra con creces la transparencia y profesionalidad de un colectivo próximo a cumplir sus primeras dos décadas de vida.

¿Cómo se realizan las pruebas?

Se reciben muestras de orina y de sangre. A las de orina se les hacen diferentes procesos químicos para analizar fundamentalmente los grupos farmacológicos, o sea, se determina mediante un análisis diurético, estimulante y de esteroides anabólicos y betabloqueadores y se van separando por diferentes vías. Una muestra se divide entre seis y diez  submuestras, pues se toman alícuotas y cada una toma un camino diferente.

En el caso de la sangre hay dos modalidades, una donde se determina la hormona del crecimiento, y lo último que se está implementando a nivel global es el pasaporte biológico del atleta, que no es más que graficar en el tiempo los resultados del análisis sanguíneo, que consta de dos módulos, uno esteroidal y otro hemotológico, un análisis donde se le miden 11 parámetros a la sangre, entre ellos la hemoglobina.

 

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