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¿Cuánto se hubiera evitado?

El pasado 28 de agosto revelé la queja de Rolando Rondón Rivero, residente en la localidad granmense de Jiguaní, acerca de un vecino que tenía un corral de cerdos encima de una letrina de estiércol, a solo tres metros de la ventana de la sala comedor de su casa.

Refería que el 24 de julio Higiene municipal le prohibió al susodicho vecino la crianza de cerdos. Pero el mandato no se cumplía. Rolando fue a la Fiscalía, la Dirección Integral de Supervisión (DIS) y la Policía, volvió a hacerlo ante Higiene. Y cuando me escribió, no había recibido la respuesta esperada.

Esta situación es reiterativa, decía, ya que en el pasado año la Dirección Provincial de Higiene ratificó una prohibición del Centro de Higiene municipal a consecuencia del mismo problema. «¿Por qué el criador de cerdos, que vive a 50 metros del foco contaminante, puede todos los días alimentarse, descansar, recrearse y dormir respirando el aire puro; y nosotros no podemos, porque convivimos con los cerdos a tres metros, sin otra opción que la de seguir esperando que las autoridades competentes eliminen de raíz el foco?», concluía.

Responde el doctor Ciro Braulio Estrada García, director provincial de Salud en Granma, que una comisión, presidida por la directora del Centro Provincial de Higiene, Epidemiología y Microbiología, se entrevistó con Rolando y con directivos de la Unidad homóloga en el municipio, y del policlínico correspondiente. Y se evidenció que él formuló su queja el 22 de julio en el policlínico. La inspectora asignada se presentó en el lugar de los hechos el 27, y constató lo denunciado por Rolando. Por ello, dispuso retirar los cerdos en un plazo de 72 horas.

Se confirmó que, transcurrido el lapso, la especialista concurrió a verificar y comprobó que la violación se mantenía. Le impuso al vecino una multa de cien pesos por desobediencia. Pero después no se le dio seguimiento al asunto, ni se solicitó intervención de otras entidades u autoridades.

Y a raíz de lo publicado, se visitó al infractor: Ya no existían cerdos en el corral, habían sido retirados el 29 de agosto, un día después de lo publicado. Los inspectores de Higiene prohibieron definitivamente la crianza de cerdos allí, mediante documento oficial (diligencia de inspección) el 3 de septiembre. Se le informó al infractor que de violar dicha prohibición, sería remitido a los Tribunales por el delito de desobediencia.

Se dictaminó la clausura definitiva de la letrina, la cual debía rellenarse, y compactar el foso con una capa de tierra no menor a 30 centímetros. Y esa disposición será controlada por las autoridades del Gobierno, que incluye a la Dirección Municipal de Planificación Física.

«Por todo lo anterior, señala, la queja se calificó con razón, toda vez que al asunto no se le ofreció el seguimiento adecuado, lo que motivó un riguroso análisis con todas las partes. Se le aplicó un descuento del 25 por ciento del salario por un mes a la funcionaria que inicialmente brindó atención a la queja, y no fue enérgica en su actuar, cuando comprobó el incumplimiento de lo dispuesto según plazo otorgado en la vivienda del infractor».

También se le aplicó una amonestación pública ante su colectivo laboral a la jefa inmediata superior del policlínico por falta de control, y no fiscalizar la actividad de su subordinada.

Y por parte de Salud Pública se accionó y se dictaron las medidas definitivas higiénico-sanitarias para las cuales está facultada. Las restantes, como lo es la demolición de la letrina en desuso utilizada como corral, se trasladaron para su solución al Gobierno municipal.

Refiere finalmente el doctor Estrada que Rolando agradeció la respuesta, «pero mostró inconformidad, pues teme que exista demora en el cumplimiento de las acciones por las otras entidades no subordinadas a Salud, para la solución definitiva del caso», precisa.

Agradezco la respuesta, pero comprendo la duda de Rolando, dado que obra como antecedente en esta historia, desde un principio, la falta de seguimiento y de control de lo dispuesto, desde abajo hacia arriba. Y eso facilitó la impunidad del infractor.

¿Cuánto se evitaría si todas las autoridades que deben exigir a distintos niveles, estuvieran cohesionadas, a la vanguardia en un haz, enfrentando ilegalidades que resquebrajan la imagen institucional del Estado? ¿Hasta cuándo esperar la revelación pública para enfrentar un problema? ¿Hasta cuándo lo mismo con lo mismo?

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