Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Musicarte no ha perdido los compases

El proyecto infantil trinitario apuesta porque sus integrantes aprovechen desde sus casas el tiempo vinculados al mundo musical

Autor:

Lisandra Gómez Guerra

SANCTI SPÍRITUS.— El ir y venir de la algarabía infantil que suele trastocar la tranquilidad de la vivienda ubicada en Real del Jigüe número 60, en la tercera villa de Cuba, se ha perdido desde hace más de un mes.

Apenas las piedras de una de las calles del corazón de esa añeja ciudad escuchan a lo lejos algunas notas musicales, que brotan del interior de la casona colonial al ritmo de la COVID-19.

«Hemos tenido que readaptar todos nuestros proyectos a esta contingencia- asegura por teléfono Liamer Lorente, Lía, una de las responsables de que en ese lugar se coseche parte del futuro cultural trinitario.

«Nos hemos adueñado de los medios alternativos (dígase WhatsApp y Facebook) para conocer cómo se preparan nuestros niñas y niños en el mundo de la música. De esa forma les ayudamos a pasar su tiempo y el nuestro».

Pero estas enseñanzas tienen sus orígenes mucho antes de que la COVID-19 encontrara tierra fecunda en Trinidad, por donde hizo su entrada pública a nuestra Isla. La formación de infantes en el mundo de la música, la danza y la proyección escénica tuvo como pretexto, en 2003, la creación del proyecto Musicarte.

«Hemos crecido no sólo en el plano artístico, sino también espiritual, ya que Lía y Pachy nos han enseñado cosas sobre la vida, la comunicación… Ellos son nuestra familia», reconoce Melissa Dueñas Ruiz, de 15 años, quien desde muy pequeña es una de las integrantes del colectivo que teje sus sueños gracias a los saberes del reconocido Dúo Cofradía.

Tanto Lía como Eusebio Ruiz, Pachy, bajo la cobija de la Oficina del Conservador de la Ciudad y el Valle de los Ingenios, apostaron porque los niños y niñas pudieran explotar sus potencialidades artísticas y enfrentar desde el arte la decadencia de valores. Así resulta la carta de presentación de ambos cuando evocan la génesis de Musicarte, uno de sus tantos proyectos, que ha recibido el abrazo de uno de los dúos vocales más atractivos del pentagrama cubano.

Tras años de intensa labor han regalado grandes alegrías: protagonizar el Festival Carrusel de Colores en la propia Ciudad Museo del Caribe, hacer la producción musical Cantarte a ti y merecer numerosos reconocimientos en varias ediciones del Festival de la Canción Infantil Cantándole al Sol, tanto a nivel provincial como nacional.

A la espera de que todo este mal tiempo desaparezca anda por estos días la trinitaria Claudia Marian Mederos Marín, de siete años, quien no ha perdido su sueño de subir al escenario habanero para alzar su voz con el tema Napoleón y sus amigos.

«Todos los días ensayo esa canción y Pachy y Lía me dicen cómo voy. Pero siempre me han enseñado que no importa ganar, sino divertirse», nos cuenta.

Musicarte ha cunado los anhelos de quienes ya dan pasos más certeros en el mundo artístico profesional, como Mélani Carrazana Alarcón, estudiante de trombón en la Escuela elemental de arte Ernesto Lecuona, de Sancti Spíritus, y Aitza Ruíz Pérez, quien ya ha compartido escenario con artistas reconocidos.

«Siguen de cerca mi evolución con el instrumento para que, cuando regrese al aula, este tiempo no haya sido perdido», expresa Mélani, quien sueña con formar parte de una orquesta sinfónica.

«En el proyecto nos insisten en que aprovechemos este período para escuchar mucha música y hacer todo lo que alimente los espíritus», agrega la otra adolescente.

De esa forma se marcan los compases del proyecto Musicarte en Trinidad, un ejemplo más de que el arte se sobrepone y nos hace crecer ante las contingencias.

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