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Una vez más el Comité de Familiares de las Víctimas de la voladura del avión cubano en Barbados le exige al presidente norteamericano Barack Obama que asuma una de las dos únicas opciones dignas que tiene en el caso del terrorista Luis Posada Carriles: que lo extradite a Venezuela, desde donde se fugó hace algunos años, o que lo encause debidamente por los cargos de terrorismo, para lo que su Gobierno tiene pruebas y documentos suficientes.
Así lo demanda el grupo en la carta que entregó este jueves en la sede de la Oficina de Intereses de Estados Unidos en La Habana, y por medio de la cual reclaman al jefe de la Casa Blanca que haga prevalecer la justicia.
El pronunciamiento tiene lugar después de que un jurado de El Paso, Texas, absolviera recientemente a Posada Carriles de los cargos que lo inculpaban solo por mentir a las autoridades de inmigración de Estados Unidos, hecho que el Comité de Familiares de las víctimas del atentado calificó de farsa judicial.
No cejaremos en el empeño de exigir que el Gobierno estadounidense honre los tratados internacionales y las resoluciones de la ONU que ha suscrito en materia de lucha contra el terrorismo, afirma el texto dado a conocer en la capital.
Al absolver de sus cargos al terrorista, la justicia norteamericana le ha dado una patente de corso al terrorismo contra Cuba, afirmó Camilo Rojo, hijo de una de las víctimas del sabotaje al avión cubano.
En respuesta a declaraciones formuladas por el abogado de Posada, Arturo Hernández, en los días de la farsa en El Paso, cuando pedía que «dejaran a su cliente en paz», Rojo les reafirmó tanto al letrado como a su defendido que «Posada Carriles no descansará ni un minuto. No lo vamos a dejar en paz, porque nosotros estaremos exigiendo justicia». Y al respecto señaló que se preparan nuevos procesos civiles contra el terrorista. «No tendrá descanso ni tregua».
Posada Carriles se ríe de las más de 5 000 víctimas del terrorismo, se ríe de todos los hombres y mujeres del mundo, se ríe de la naturaleza, del amor y la fraternidad, patentizó, emocionado, Giustino Di Celmo, padre del joven Fabio, asesinado en 1997 durante la cadena de atentados terroristas contra instalaciones turísticas cubanas que dirigieron las sucias manos de Posada Carriles.
