Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

La juventud está marcada por la urgencia

Para el Secretario General de la OIJ, el desafío que tienen los jóvenes hoy es participar, organizarse, profundizar en la conciencia de su tiempo

Autor:

Nyliam Vázquez García

Participar en el III Encuentro Juvenil Internacional de Solidaridad con los Cinco era una prioridad y por eso llegó a La Habana Alejo Ramírez, secretario general de la Organización Iberoamericana de Juventud (OIJ).

«Esta es una causa del pueblo cubano que concita la solidaridad y el interés de la comunidad internacional», escribió poco antes de pisar tierra cubana, al tiempo que hizo votos por el pronto regreso de los Cinco a casa.

Luego de participar en el evento, Ramírez compartió con JR sus reflexiones sobre algunos de los retos que tienen los jóvenes y los gobiernos, así como los escenarios en los que se mueve la OIJ, un organismo internacional de carácter gubernamental, creado para promover el diálogo y la cooperación en materia de juventud en Iberoamérica.

—En medio de las luchas que hoy protagoniza la juventud a nivel mundial, ¿qué papel juega la organización que representa?

—Tenía mucha razón José Ingenieros cuando afirmó que «juventud sin rebeldía es servilismo precoz». Las juventudes han sido protagonistas de nuestra mejor historia: San Martín tenía 34 años cuando en 1812 fundó el Regimiento de Granaderos; Bolívar apenas pasaba de la veintena cuando el juramento de Monte Sacro, y José Martí sufrió el primer encarcelamiento con menos de 20 y fundó el Partido Revolucionario Cubano con 34. El movimiento del reformismo universitario, tan importante para una concepción avanzada de la democracia y la ciudadanía, fue un símbolo de nuestra mejor juventud. Y fueron jóvenes, fundamentalmente, los que lucharon por las libertades en los años de plomo, contra las dictaduras de Nuestra América en la década de 1970.

«Hoy es nuestro deber profundizar conceptos e ideas que respondan a la conciencia de nuestro tiempo. Los derechos humanos en su dimensión concreta, el desarrollo sustentable que implica el respeto por el ecosistema, la equidad social que es igualdad de acceso a las oportunidades sin distinción de género, edad o raza, son grandes desafíos en medio de las crisis que azotan a nuestras sociedades.

«En ese sentido, como organismo internacional especializado en juventud, nuestro gran reto es promover la participación juvenil en los grandes temas y transversalizar la mirada de la juventud en todos los ámbitos del acontecer público. Ese camino involucra a la OIJ junto a los 21 países de la comunidad iberoamericana.

—¿Cuáles son las misiones, tareas y objetivos de la OIJ en este contexto?

—Nos proponemos profundizar el trabajo en torno a los derechos, consolidar los espacios institucionales, el diálogo entre los gobiernos y las organizaciones de la sociedad civil, y proyectar a la OIJ en los espacios regionales con dos metas muy marcadas: primero, promover la transversalización de la perspectiva de la juventud; y segundo, incorporar los temas de la juventud a la agenda de la integración regional.

«La crisis global puede ser una oportunidad si no se repiten errores, si los Estados asumen su rol como garantes de los derechos y si la comunidad internacional auxilia los procesos de integración; no solo en la clave económica o financiera, sino en términos sociales y culturales.

—¿Cuáles son, a su entender, los principales retos para transformar la realidad del sector juvenil en el contexto iberoamericano?

—La juventud está marcada por la urgencia: se es joven por un lapso más o menos extenso, por eso lo que no hagamos hoy, podremos hacerlo mañana, pero con otros jóvenes.

«Los primeros estudios sobre el desempleo juvenil tienen medio siglo, y en ese aspecto debemos reconocer que hay una actualidad vergonzante de esta problemática. Los desafíos del empleo y la formación en capacidades son retos ineludibles. La educación también lo es; y aunque tenemos generaciones mejor formadas que sus antecesoras, estas todavía sufren problemas por el acceso al mundo del trabajo y a la vivienda, lo que provoca una dilación de los procesos emancipatorios.

«Las trayectorias juveniles resultan azarosas y con muchas incertidumbres. Si miramos el movimiento de los “indignados” en España, su lucha, esencialmente justa, se diluye cuando no se produce el encuentro de esas reivindicaciones con la política, con las soluciones colectivas.

«Los principales retos no son de los jóvenes ni para ellos, sino de nuestras sociedades. Y pasan por el empleo, la vivienda, la educación, por abrir los canales de la participación juvenil, renovar las estructuras de los sistemas de partidos políticos y mirar el escenario de oportunidad que tiene Iberoamérica a partir de una presencia cuantitativa muy importante de las juventudes: es el llamado bono demográfico. Pero como toda oportunidad, podemos desaprovecharla también.

—¿Qué mensaje envía desde Cuba a los jóvenes en el mundo y en particular a los de Iberoamérica ?

—En la OIJ subrayamos el desafío que tienen los jóvenes de participar y organizarse: el futuro de su generación y de sus países está en sus manos y deben dar un paso adelante para asumir ese compromiso con pasión. Deben luchar por sus derechos, pero también tomar conciencia de sus responsabilidades. Y aunque como organismo trabajamos con gobiernos y no con jóvenes, nuestro fin último es brindarles a 150 millones de jóvenes iberoamericanos las condiciones para que puedan desarrollarse y tomar esas oportunidades de las que hablamos.

 

 

 

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