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La Revolución Bolivariana vuelve a ganar

Multitudinario mensaje al mundo de cómo se defiende la paz, ha sido la manifestación protagonizada este 19 de abril por el pueblo venezolano, que celebró, junto a sus dirigentes, los 207 años de la Declaración de la Independencia de Venezuela y haber desmantelado, pieza a pieza, otro intento de golpe

Autor:

Alina Perera Robbio

CARACAS.— Allá quienes sigan desconfiando del alma de los pueblos. Eso han vuelto a decir al mundo más de tres millones de venezolanos que en este histórico 19 de abril se han lanzado a las calles para decir sí a su Revolución.

«¡Qué jornada tan hermosa…!», dijo a su pueblo hecho un cuerpo compacto, encrespado, sembrado de banderas y carteles, el presidente Nicolás Maduro, en una jornada, sin duda, de victoria de la paz, la democracia popular, la alegría, la vida.

Había que ver los rostros, en horas de la tarde, de seres de todas las edades colmando la Avenida Bolívar, tras haber caminado por diversas arterias de la capital hasta llegar al lugar de los grandes encuentros; allí donde, como tantas otras veces, esperaba la dirigencia de la Revolución para celebrar, de conjunto, los 207 años de la Declaración de la Independencia de Venezuela, y haber desmantelado, pieza a pieza, otro intento de golpe de estado.

«Estamos escribiendo historia de la grande en Venezuela y en América Latina», dijo el presidente al iniciar un diálogo con el pueblo del cual asomaban rostros sudados y eufóricos bajo un calor implacable.

Todos cantaron el Himno Nacional. Comenzó la interacción entre el estadista y miles que gritaban «¡El pueblo unido, jamás será vencido!». A los enemigos de la Revolución Maduro dijo: «Ellos creen que estamos jugando carrito», porque «hoy pretendieron asaltar el poder, y los volvimos a derrotar otra vez».

«¿Qué querían ellos, qué piden ellos?», aludía el Presidente a esa derecha cuyos caminos han sido quemar medios de transporte, bibliotecas y comercios. Al pueblo, como él reflexionaba, no lo engañan. Y a ese mismo pueblo llamó a tener conciencia crítica «del golpe de estado que estamos derrotando en Venezuela». Más de 30 encapuchados, terroristas, han sido identificados plenamente. A los revolucionarios, el orador los calificó, con razón, vencedores de los golpistas y de la violencia, hijos de la paz.

Han transcurrido 207 años, dijo Maduro, y el pueblo reconoce cuál es su camino. «Hoy le hemos propinado un contragolpe fundamental en el espinazo al golpe de estado, que nadie baje la guardia. Si el pueblo salió a la calle, en la calle debe mantenerse».

Dedicó palabras a la unión cívico militar como premisa para defender la paz, la soberanía y la Constitución. Evocó el año 2002, cuando los dirigentes de la Revolución eran más jóvenes e inocentes, cuando por poco matan al Comandante Chávez, cuando no se creía en la perversidad de los malos. «¡Pero eso se acabó!», dijo, porque los golpes enseñan y la historia de las revoluciones está preñada de aprendizaje.

«Tenemos que buscar fórmulas para ganar esta batalla en paz», reflexionó Nicolás Maduro, quien además expresó el deseo de que esa batalla sea ganada con votos electorales. «Yo quiero ir a elecciones pronto», afirmó el mandatario, que habló de buscar un camino pacífico para que la Revolución Bolivariana ponga en sus puestos a los conspiradores, a los asesinos y a la derecha intervencionista.

Se trata de una derecha, como él argumentó, maltrecha, que «ya tuvo oportunidad de demostrar si podía hacer algo por el país», que ha destruido la Asamblea Nacional, la cual servía para resolver muchos asuntos, que siempre estuvo en defensa de los intereses de la nación y no contra la patria.

Es una oposición que no quiere elecciones ni proceso legal alguno —analizó Maduro—, y que apuesta al caos en el país para propiciar una intervención extranjera: «Trata de hundir el país en la fosa donde se metieron ellos, por eso es tan importante lo que ha pasado hoy, por eso es tan importante continuar movilizados».

Ante anuncios de voceros de la oposición sobre convocatorias para un paro nacional indefinido, el mandatario preguntó al pueblo si este va a parar. Venezuela, enfatizó, lo que necesita es trabajo, es la unión para producir, es la armonía, la convivencia, la paz, la democracia: «Venezuela necesita amor del bueno, amor de Chávez».

Nuevamente el presidente constitucional convocó a la oposición a un diálogo. Como tantas veces hizo Hugo Chávez, Maduro abre los brazos en busca de un interlocutor decente.

«Preparémonos para grandes batallas políticas», convocó al pueblo, ante el cual recordó que el 19 de abril también marca la victoria de Playa Girón, la más importante de un pueblo frente al imperialismo en el siglo XX. Por esa razón felicitó al Comandante en Jefe Fidel Castro.

El acto, lleno de cantos, de pasiones, de bromas, de esperanzas, ha dicho al mundo, a sus cuatro puntos cardinales, que allá en lo profundo, donde palpita la voluntad de los pueblos, nadie puede llegar con desprecio, destrucción o falsas promesas. El torrente de millones, como decía Chávez invocando a un gran maestro de su patria, se sacude, aparta lo que estorba y sigue su rumbo inexorable al intento terco de la felicidad.

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