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La escribanía de Lenin

Solo las palabras del líder revolucionario que pudieron grabarse y sus materiales escritos fueron recogidos en 55 gruesos tomos.

 

Autor:

Luis Hernández Serrano

Es curioso saber que uno de los hombres que acompañó a Lenin cuando el líder escribía su mensaje a los ciudadanos de toda Rusia, en Petrogrado, en aquel  octubre de un siglo atrás, Gleb Maximiliánovich Krzhizhanovski, comentó en charla con unos obreros moscovitas algo que el gran revolucionario le confesó: que además de erradicar la pobreza, consolidar la Revolución y construir el socialismo, su pasión mayor era hablar a los obreros y campesinos, leer y escribir.

Solo las palabras de Lenin que pudieron grabarse, y sus materiales escritos, abarcan 55 gruesos tomos de sus Obras Completas, con 9 000 documentos redactados por él. Tenía razón Gleb cuando dijo a aquellos obreros: «¡Es difícil imaginar a un hombre que haya leído y escrito mucho más que él!».

Por eso un día los obreros de esa fábrica de Moscú, por la hazaña que él dirigió —en nombre de todo el pueblo ruso— le regalaron una escribanía singular para su despacho. Fue precisamente Gleb, amigo íntimo de Lenin, quien contó la historia de ese valioso objeto, hecho de carbolita, un material aislante poco conocido al que se concedía tremenda importancia en 1920.

Los trabajadores de la fábrica de carbolita de Oréjovo-Zuero idearon hacerle ese regalo en el 8vo. Congreso de los Soviets, en el que se aprobó el Plan de Electrificación de todo el territorio de Rusia (Goelro) concebido por Lenin, para agradecerle su esfuerzo en la Revolución.

La pequeña y práctica escribanía, que simbolizaba la electrificación del país, estaba conformada por un tintero en forma de gran aislador y, a los lados, dos postes diminutos con pequeñas bombillas auténticas. Se enchufaba a la red eléctrica y las bombillas alumbraban la mesa de trabajo de Vladimir Ilich.

El autor del proyecto fue Mijail Osipov, jefe de la sección mecánica de la fábrica. El tornero Alexander Pliakov trabajó las piezas, y Vasili Luckin fundió la carbolita para la escribanía. El director de la fábrica, Vasili Lísiev, asistió como delegado al 8vo. Congreso de los Soviets y se la entregó personalmente al Jefe de la Revolución.

El episodio imperecedero parece demostrar que vivimos en un mundo de símbolos, a cien años del primer triunfo socialista de la historia humana.

 

Días que estremecieron

 

A las diez de la mañana del 25 de octubre (7 de noviembre), un miembro de la dirección bolchevique hizo público el mensaje escrito por Lenin, en nombre del Comité Militar Revolucionario (CMR):

«El Gobierno Provisional ha sido derrocado. El poder ha pasado a manos del Comité Militar Revolucionario, órgano del Soviet de Diputados, Obreros y Soldados de Petrogrado, que se encuentra a la cabeza del proletariado y de la guarnición de esta ciudad.

«La causa por la que el pueblo se ha lanzado a la lucha (proposición inmediata de una paz democrática; abolición de la gran propiedad de la tierra; control de la producción por los trabajadores y creación de un Gobierno soviético) ha triunfado definitivamente. ¡Viva la revolución de los obreros, soldados y campesinos!».

Las acciones habían comenzado al inicio de ese mismo día 25:

—A la 1 y 25 minutos de la madrugada, un destacamento de marinos, guardias rojos y soldados se apoderó de Correos Centrales. A las dos se ocupó la estación del Báltico, y los soldados del 6to. Batallón de Zapadores tomaron la estación de Nicolás. Al mismo tiempo llegó a la central eléctrica de la ciudad el Comisario del Comité Militar Revolucionario y el sindicato allí desconectó el alumbrado de los edificios gubernamentales.

-A las tres de la madrugada se ocupó la Central de Teléfonos y se desactivaron también las comunicaciones del Gobierno Provisional y del Estado Mayor de la Región Militar.

-A las tres horas y 30 minutos, el crucero Aurora echó anclas junto al puente de Nicolás y adoptó una posición de combate frente al Palacio de Invierno, sede del Gobierno Provisional. Simultáneamente entraron en acción en la capital los 8 000 marinos armados y preparados por el Comité Militar.

-A las seis de la mañana se tomaron el Banco del Estado y las redacciones de los periódicos centrales. En la mañana del 25 de octubre se había tomado casi toda la ciudad, excepto las plazas del Palacio de Invierno y la de San Isaac.

-A las 22 horas y 40 minutos, en el Palacio del Smolny, al que había llegado Lenin clandestinamente la noche anterior, se inauguró el 2do. Congreso de los Soviets de Diputados obreros y soldados de toda Rusia. Cuando ya sesionaba el encuentro, el crucero Aurora anunció con un disparo de salva el comienzo del asalto al Palacio de Invierno, último reducto del Gobierno Provisional.

-A la 1 y 50 minutos del 26 de octubre, el Gobierno Provisional de Rusia fue detenido. El ministro-presidente A. Kerenski ya había huido por la mañana del día anterior en un coche con bandera norteamericana.

-A las tres horas y diez minutos Antónov-Ovséenko comunicó al 2do. Congreso de los Soviets la toma del Palacio de Invierno y el arresto del gabinete de ministros y de los cadetes.

-En nombre de los delegados bolcheviques, A. Lunachasrki leyó un nuevo mensaje de Lenin: «¡A los obreros, soldados y campesinos!», en el que se proclamaba el paso de todo el poder a manos de los Soviets.

-Al otro día —a las dos de la madrugada del 27 de octubre— se aprobó el Decreto de la Tierra. El Congreso formó el Gobierno Obrero y Campesino: el Consejo de Comisarios del Pueblo, y nombró Presidente a Lenin.

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