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Paulatinamente, se restituye el servicio eléctrico en Venezuela. El Gobierno del presidente Nicolás Maduro trabaja con prontitud y este viernes se suspendieron las actividades escolares y laborales, a fin de facilitar las labores de restitución del servicio, cortado por un sabotaje el jueves en el sistema de generación de Guri.
En sectores de Caracas ya se ha restablecido el fluido y esperan en las próximas horas, restituirlo en todo el territorio venezolano.
En las redes sociales, la oposición extrema acompañó con mensajes catastróficos el nuevo zarpazo, para intentar doblegar la resistencia del pueblo venezolano y enturbiar la gobernabilidad del país con el caos y la anarquía. Quieren de todas todas un «cambio de régimen», que no les ha fructificado a pesar de las muchas y variadas acciones criminales made in USA, o mejor aún, made in Florida, pues una de las firmas fundamentales de los planes es la de un senador de ese estado, en apareamiento con el apocalíptico equipo trumpiano que dicta actualmente la política exterior de EE. UU.
Lo peor es que no pocos de esos tuiteros malintencionados pedían desaforadamente «intervención militar ya».
Jorge Rodríguez, ministro de Comunicación de Venezuela, recordaba que el miércoles, ese legislador ultraconservador miamense había afirmado que Venezuela estaba «a pocos días de la escasez más grave de alimentos y combustible». Y «qué casualidad que menos de tres minutos después de que se diera el sabotaje criminal, técnico, contra nuestro sistema de generación en Guri, aparece el dueño de los lacayos, el señor Marco Rubio, publicando un tuit donde dice “se queda sin suministro eléctrico Venezuela”», agregaba Rodríguez.
También se precisa subrayar que cuando el pichón de golpista entró a Venezuela el lunes, convocó a que los militares desertaran a su lado, habló de «insistir en este proceso de transición», de «movilizaciones», de «acciones» y de «claras instrucciones». «Sin precisar detalles», comentaban los medios internacionales que le siguen los malos pasos.
Es obvio que el estrago terrorista en el área de generación y transmisión de la central hidroeléctrica de Guri es una de las cartas con que cuentan para soliviantar a la ciudadanía; pero también es evidente que al amanecer de este viernes 8 de marzo la reacción de los venezolanos no era la apetecida por Washington y sus acólitos del patio.
Calma en las calles, por donde miles de personas iban a sus destinos de manera normal. Tal actitud de resistencia ante los obstáculos que les imponen despejaba una incógnita para quienes pretenden ensombrecer el panorama: el autoproclamado «presidente interino» podrá tener seguidores entre los sifrinos del este caraqueño y otras partes, pero tampoco en esta ocasión logró el levantamiento popular a que aspira, ni quebrar la lealtad de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana.
En Twitter, el ministro de Defensa Vladimir Padrino L., @vladimirpadrino, mediante un video, daba a conocer: «He salido a las calles de Caracas a acompañar al pueblo en medio de esta agresión a la paz nacional; he observado su comportamiento cívico y paciente a la espera del retorno a la normalidad. Venceremos!!».
Esa convicción de que «Nada ni nadie podrá vencer al pueblo de Bolívar y Chávez. ¡Máxima unidad de los patriotas!», la expresaba el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, quien afirmaba en tuits: «Admiro al pueblo venezolano que resiste con gallardía este nuevo ataque de los enemigos de la Patria» (…) «la guerra eléctrica anunciada y dirigida por el imperialismo estadounidense en contra de nuestro pueblo será derrotada».
También en las redes sociales, en respuesta a los calamitosos recordatorios de las penurias que el bloqueo a la economía y el robo de recursos en el exterior están provocándole al pueblo, los tuiteros iban reportando que ya tenían luz en barrios caraqueños y mirandinos como Alta Vista, Altagracia, Avenida Victoria, Catia, Caricuao, California Norte, El Hatillo, El Marqués, El Paraíso, Los Ruices, Los Símbolos, La Vega, Montalbán, Propatria, San Bernardino y Santa Mónica.
Igualmente, se restablecía el servicio en ciudades de otros estados del país: Tucupido, Valle de la Pascua, San Juan de los Morros en el estado de Guárico; Puerto La Cruz (estado de Anzoátegui), Puerto Ordaz y Ciudad Bolívar en el estado de Bolívar; Maturín, estado de Monagas, y otras.
Contra el hermano pueblo venezolano continúa una escalada de agresiones que, a la vez que pretenden desangrar a la economía y bloquearla completamente, apuntan a dañar su calidad de vida para resquebrajar la resistencia.
Otra coincidencia para este viernes 8 de marzo, la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) —esa misma que acosa hace decenas de años a Cuba con la política similar del bloqueo económico, comercial y financiero— extendió el plazo para que inversores extranjeros puedan clausurar sus relaciones comerciales con la empresa estatal de petróleo de Venezuela, PDVSA. Lo habían programado para el 28 de abril y ahora será para el 10 de mayo.
¿Acaso tampoco les está yendo bien en ese terreno, cuando extienden el término de vencimiento? No podemos dejar a un lado que algunas de las más importantes refinerías de Estados Unidos, principalmente las ubicadas en Texas y Luisiana, emplean el crudo pesado venezolano, y solo en los diez primeros meses de 2018 habían importado desde Venezuela 150 millones de barriles de petróleo.
¿Qué harán ahora cuando en las sanciones impuestas el pasado 28 de enero contra Petróleos de Venezuela S.A., se robaron Citgo y los centros distribuidores de gasolina de Venezuela en Estados Unidos? Entre los castigos anunciados por John Bolton, asesor de seguridad nacional de Donald Trump, apenas cuatro días después de que el sirviente se autoproclamara, estaba también el congelamiento de 7 000 millones de dólares en activos de PDVSA, además de la pérdida estimada de 11 000 millones dólares de sus exportaciones durante los próximos años, cifras de las que se vanagloriaba el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin.
Los golpes sucios contra Venezuela vienen desde todos lados. Sin embargo, además de quedar expuesto lo criminal del modus operandi de la derecha local y su contubernio prostituido con el imperio, también se ha visto su debilidad.
Todo parece indicar que el pueblo bolivariano y chavista sigue alerta y en unidad.
