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África supera los 100 000 contagios y muestra un avance lento de la COVID-19

Actualmente los focos rojos de la pandemia se encuentran en Sudáfrica, que sobrepasa los 19 000 casos; Egipto con más de 15 000; Argelia próxima a los 8 000 y Marruecos y Nigeria con algo más de 7 000 casos cada uno. Estos cinco países aglutinan más del 56 % del total de contagios

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Juventud Rebelde

 

África superó este viernes el umbral de los 100.000 contagios de COVID-19 según el recuento oficial de sus 54 países, una cifra «pequeña» si se compara con el más de millón y medio de casos solo en Estados Unidos, los 310 000 registrados en Brasil o los 233 000 de España, reporta la agencia EFE.

Este ritmo lento de contagios sorprende cuando la población total del continente es de 1 300 millones de habitantes y en su territorio se encuentran algunos de los campos de desplazados más grandes del mundo, donde la aplicación de medidas preventivas y de distanciamiento es bastante difícil.

Uno de los argumentos que esgrimen especialistas, instituciones y medios de prensa es que muchos contagiados podrían estar pasando desapercibidos, a falta de campañas de detección masiva.

Actualmente los focos rojos de la pandemia se encuentran en Sudáfrica, que sobrepasa los 19 000 casos; Egipto con más de 15 000; Argelia próxima a los 8 000 y Marruecos y Nigeria con algo más de 7 000 casos cada uno. Estos cinco países aglutinan más del 56 % del total de contagios.

En cuanto a la tasa de letalidad, África registra unos tres muertos por cada cien contagios confirmados, siendo el norte del continente la zona más castigada con casi la mitad de las 3 101 muertes oficiales repartidas entre Egipto (696), Argelia (575) y Marruecos (197).

Para algunos expertos Africa podría haber retrasado, con la aplicación de medidas tempranas, la cresta de esta primera oleada de COVID-19, pero podría enfrentarse en un futuro a una explosión de contagios.

«No esperamos evitar la epidemia, de ninguna forma (...). Nunca hemos pensado que fuera posible. Solo buscamos aplanar la curva», explicó a principios de mes el doctor Salim Abdool Karim, responsable de la respuesta sanitaria en Sudáfrica; país que en la última semana suma casi 1 000 contagios por día.

Los contagios en África representan solo el 2 por ciento del total global de casos positivos, cuando muchos vaticinaron una catástrofe epidémica en el continente con mayores niveles de pobreza en el mundo. Esto podría deberse, según voces diversas, a la rápida actuación de sus gobiernos testigos del sufrimiento que desbordaba a Europa; a la juventud de su población -por ejemplo, la edad media de la población keniana es de 19,7 años- o al hecho de que África esté aislada del tráfico aéreo internacional en comparación con otras partes más ricas del mundo.

Pero además de estos factores, en cierta medida impredecibles, algunos países africanos se empeñan en recordarle a Europa que están más preparado a la hora de rastrear virus, como es el caso de Sudáfrica, que ha empleado contra la COVID-19 las redes existentes de trabajadores comunitarios y de atención primaria, así como los sistemas de rastreo creados para combatir el VIH en los 90, refiere la agencia EFE.

A su vez, los países de África occidental y central cuentan con una amplia experiencia en el tratamiento de epidemias de otras enfermedades infecciosas como el ébola, y desde hace años combaten con escasos recursos contra males endémicos como la malaria, la meningitis o la fiebre amarilla.

Sin embargo, es cierto que todavía faltan camas de UCI, respiradores, personal sanitario capacitado y, sobre todo, una mayor capacidad de detección: como ejemplo, el pequeño reino de Lesoto tiene que enviar sus pruebas a los laboratorios de Sudáfrica.

Pese al caso de éxito que, por el momento, supone África, las proyecciones no son tan halagüeñas. A través de su oficina regional para África, la Organización Mundial de la Salud (OMS) auguró la muerte de 190 000 africanos en 2020 y el contagio total de unos 44 millones este año.

Si bien son cifras alarmantes, la tasa de letalidad sería todavía inferior a la que están sufriendo en estos momentos algunas de las principales potencias mundiales como los EEUU, con 328 millones de habitantes y cerca de 100 000 muertos.

«Si bien es previsible que la COVID-19 no se extienda de manera tan exponencial en África como lo ha hecho en otras partes del mundo, probablemente explotará en puntos críticos de transmisión", alertó la directora regional de la OMS para África, Matshidiso Moeti, en una rueda de prensa virtual a comienzos de mayo.

Sin embargo, algunas voces desde África piden esperar a ver cómo progresa esta pandemia antes de presagiar un nuevo desastre.

«Según algunos escenarios, África es un continente vulnerable donde los muertos podrían contarse no en miles sino en millones. Insistimos en que no es algo inevitable de lo que el continente no pudiese escapar», reafirmaron a mediados de abril 50 intelectuales africanos en una carta abierta contra el «afropesimismo».

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