Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

La Revolución Bolivariana se revalidó

Autor:

Marina Menéndez Quintero
La enmienda: una victoria que se impuso sobre la mentira y la tergiversación

CARACAS.- Un día después del triunfo del «Sí» en Venezuela, los mismos periódicos que hasta ayer amenazaban con la certificación de la «reelección indefinida» si ganaba la enmienda, titulaban este lunes: «Chávez gana el derecho a la postulación».

El cambio, no tan sutil como pareciera, argumenta la certeza del Presidente cuando, al dirigirse a las multitudes que acudieron a festejar al Palacio de Miraflores la noche del domingo, les reconoció: «¡Ustedes supieron derrotar la mentira!».

Si algo caracterizó la campaña previa a la votación de la enmienda fue, exactamente, la manipulación de los sectores empeñados en asegurar la partida de Chávez en 2012, impidiendo a sus bases postularlo para que optara por la reelección. Pero el pueblo se ganó ese derecho, y eliminó además las trabas para que el resto de los cargos públicos también pueda aspirar a la postulación continua.

Los resultados del domingo no solo demostraron sabiduría y resistencia frente el bombardeo mediático, que en vano intentó embotar la mente para torcer la intención. Después que cerraran las urnas, otra vez algunos medios privados de comunicación habrían blandido la falacia, «avalando» la tesis del fraude que acariciaban los sectores opositores menos consecuentes, para revertir su derrota. Eso lo impidió el voto junto a Chávez y la Revolución.

La ostensible distancia de casi diez puntos porcentuales con que los revolucionarios les rebasaron, desmontaron la trama urdida por los adversarios para cuestionar al ente electoral y, luego, convocar otra vez a la desestabilización que pretendía hacer añicos el referendo. Ello confiere aún más relevancia al 54 por ciento de votos obtenido por el «Sí» frente al 45 por ciento de la oposición.

Con Chávez a la cabeza, las fuerzas bolivarianas supieron sacar a la luz la verdad durante una campaña corta y por eso intensa, cuyos resultados revalidan al líder y otorgan nuevos bríos a la Revolución para acometer la etapa que se abre. Un período en que el proceso bolivariano debe enrumbarse hacia el socialismo al tiempo que revisa, rectifica y se reimpulsa: lo que ha dado en llamarse aquí «las tres R», vitoreadas por el mar de pueblo concentrado alrededor de Miraflores, cuando escucharon el propósito delineado en la alocución del Presidente.

Fue una victoria merecida que sus protagonistas celebraron con un júbilo salido del fondo del corazón.

Todavía este lunes algún chavista vestía la camiseta o la gorra rojas que usó en aquel encuentro, extendido hasta la madrugada en fiestas que mantuvieron llenas las grandes avenidas, una vez que concluyó la intervención del líder.

La gente había acudido espontáneamente y con una alegría desbordada por las ventanas de las casas, en los «¡Viva!» que rompieron el silencio de muchos barrios cuando Tibisay Lucena, la presidenta del Consejo Nacional Electoral, dio a conocer los resultados, amplificados en el televisor de cada vivienda.

Identificados por sus atuendos, los bolivarianos que a esa hora abordaban el Metro en dirección a Miraflores, se felicitaban. Espontáneamente también prolongaron el festejo cuando, después de reiteradas despedidas, el Chávez emocionado que los congregó, se había retirado del Balcón del Pueblo y ellos quedaron en la calle... con la música.

Se trata de la décimoquinta contienda que la Revolución libra exitosamente en las urnas. Solo que esta quitó el cerrojo al camino hacia las batallas que se avecinan.

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