Luego de un seguimiento minucioso, el Órgano de Investigación Criminal de Villa Clara procesa un delito de tráfico de divisas que abarca tres provincias: Villa Clara, Sancti Spíritus y Las Tunas.
El esquema, según publica el sitio web Razones de Cuba, funcionaba así: dos financistas en Estados Unidos y España captaban remesas de cubanos en esos países y, con el dinero de estas, financiaban las importaciones de actores no estatales. Estos pagaban en Cuba, tanto en moneda nacional como en dólares, a un organizador y sus mensajeros; y ese dinero se empleaba para llevar las remesas a los familiares destinatarios en las tres provincias.
Los modos de operar incluían operaciones de compensación financiera en el exterior, reteniendo el efectivo en divisas en favor de terceros —formas de gestión no estatal— para enfrentar compras y pagar a proveedores, elemento que complejiza y agrava la conducta delictiva.
La lógica económica del sistema favorecía principalmente a quienes operaban desde el exterior, que no solo obtenían un margen de ganancias a partir de las remesas, sino también entre un seis y un ocho por ciento de comisión por las importaciones de los actores no estatales, precisó el teniente coronel Yisnel Rivero Crespo, jefe del Departamento de Delitos Económicos del Órgano de Instrucción del Ministerio del Interior.
Según las investigaciones, el organizador de Villa Clara realizaba estas actividades desde el año 2023, y manejaba un flujo de entre 20 y 30 millones de pesos semanales.
Rivero Crespo precisó que cinco personas relacionadas directamente con estas operaciones fueron detenidas hace alrededor de una semana, y hasta el momento han sido identificadas al menos cuatro formas de gestión no estatal involucradas en la importación con financistas.
En Pinar del Río y La Habana, las autoridades del Ministerio del Interior también investigan hechos similares. Este modelo delictivo se basa en la compra y venta de grandes cantidades de divisas que circulan dentro del país. Aquí se empleaba un circuito interno diseñado para inflar precios y obtener retornos rápidos.
Estos tres expedientes se suman a cerca de un centenar de investigaciones en curso relacionadas con flujos de cientos de millones de pesos movidos cada semana al margen del sistema financiero cubano.
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