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Con un acta, y morosa

El pasado 18 de junio, desde Santa Clara, la joven Marbelys González Linares, egresada de Licenciatura en Ciencias de la Información, contaba aquí que realizaba en Planta Mecánica, de esa ciudad, su adiestramiento como profesional y solicitó un cambio para completar su servicio social.

Precisaba que desde febrero pasado ella fue liberada por el Director de dicha empresa, y estaba en trámite para laborar en el Consejo Electoral Municipal de Santa Clara, pero aún no había recibido respuesta. Los papeles estaban en el Grupo Empresarial de la Industria Sideromecánica (Gesime), al que pertenece esa entidad.

Pero la joven no veía resultados concretos, y preguntaba si en esta era de las tecnologías digitales es posible que un cambio de boleta de un adiestrado se aletargue sobremanera, al punto de que una entidad interesada en recibirlo tenga que esperar tanto, y ese profesional soporte que algo tan sencillo se enlentezca al punto de perder las esperanzas.

Al respecto, Yudisleidy Ortiz Geral, directora de Capital Humano de la empresa Planta Mecánica, envió el pasado 19 de noviembre a la sección Acuse de Recibo lo que esa entidad remitiera al respecto, a su órgano superior de dirección, el Gesime.

El texto más bien es el acta de una reunión celebrada el 22 de junio pasado, en la que participaron la misma Yudisleidy, otra especialista de Planta Mecánica, la representación sindical y Marbelys y su mamá. Y con el estilo de las actas:

«Al inicio de la reunión se recapitula todo el proceso, que fue de la siguiente forma: la Comisión Electoral Municipal envió la carta de aceptación de la egresada y posteriormente se firmó la carta de solicitud de liberación por parte de la empresa Planta Mecánica.

«El día 11 de marzo de 2020 se envió toda la documentación inicial al OSDE Gesime, y posteriormente, por vía telefónica, se nos informó que no contaba con la firma autorizada para estos trámites.

«Se le hizo saber a la egresada sobre esta situación y se le comunicó a la entidad que acepta para que solicitara a sus instancias superiores la carta con la firma correcta. Hasta mayo no se recibió esa documentación, y luego, a raíz de la situación epidemiológica existente en el país, estuvieron detenidas algunas tramitaciones. No fue entonces hasta el 16 de junio de 2020 que se envió la documentación correcta a Gesime.

«Se dejó claro en esta reunión que la última carta enviada sí tiene la firma autorizada que corresponde a este trámite, lo que no correspondía era el destinatario al que iba dirigida dicha carta.

«Una vez concluido este análisis la adiestrada expresó que ella no tenía conocimiento de que el proceso comenzaba a tramitarse cuando estuviera la documentación correcta, lo que justifica el porqué ella expresó en la nota publicada en Juventud Rebelde que todo comenzó en febrero, cuando en realidad no comenzó hasta que no estuvieron todos los documentos con las firmas autorizadas.

«De igual forma estuvo conforme con la explicación dada por parte de la empresa y se le explicó por qué la demora de su trámite», concluye.

Lo lamentable es la morosidad en responder —¡casi cinco meses!—, y hacerlo, de paso, con el acta de una reunión celebrada el 22 de junio. Lo correcto hubiera sido una respuesta más ágil dirigida intencionalmente a Juventud Rebelde; porque aquí fue donde se reveló la historia de la incertidumbre de Marbelys y sus criterios sobre la lentitud en los trámites.

El resultado es que ya transcurrieron casi cinco meses y aún no sabemos lo más importante, el centro de las preocupaciones de Marbelys: si ya se produjo el ansiado traslado para completar su servicio social en la Comisión Electoral Municipal de Santa Clara.

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