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A.M: Una pareja de amigos de 23 años se pelearon por diversos problemas, pero es imposible que dejen de quererse tan pronto. Ella dice que él no le gusta igual, pero en las relaciones sexuales todo va muy bien. «No está mintiendo», afirma él con seguridad. Luego de pelearse tuvieron relaciones y todo fue sensacional. ¿Cómo es posible que ya no le guste tanto y a la hora del sexo la pasemos tan bien? Me parece que es contradictorio. Por favor ayúdeme con esto lo más pronto posible. Se lo voy a agradecer de corazón. Si tengo que hacer algo más, dígame.
Por el modo en que formulas la pregunta parece que tu amigo eres tú mismo. De ser así, llama la atención que te resulte difícil implicarte en el problema porque un comportamiento similar en otros ámbitos de la vida pudiera tener efectos no gratos para ti y sería un asunto digno de análisis.
No somos nosotros los más indicados para adivinar lo que le sucede, sino ella misma. Tal vez debas precisar a qué se refiere cuando dice que no le gustas tanto. ¿Qué es lo que dejó de gustarle? Por otra parte, quizá ambos tengan que descubrir la causa por la cual hubo ese cambio en ella luego de los problemas confrontados. ¿Qué sucedió? ¿Por qué dejaste de gustarle o por qué te dice eso? ¿En qué sentido los problemas persisten para ella? ¿Por qué te interesas tanto si ya no están juntos?
El disfrute del acto amoroso podría interpretarse como una señal de que sí le gustas aunque no lo reconozca. Pero quizá ella no funciona con una lógica tan simple. El placer sexual no siempre es suficiente. La mujer suele demandar más.
Paradójica y afortunadamente, el cambio en ella convierte la relación en un enigma personal que valdría la pena intentar responder. La palabra puede ser la mejor aliada en un caso como este. Quizá después de dialogar, escucharla y escucharte a ti mismo, puedas entender el punto contradictorio.
Las contradicciones también son parte de la vida. Es en nuestra fantasía donde todo encaja a pedir de boca.
