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Reconocen a joven maestra destacada

Una educadora de la capital recibió el premio especial del Ministro de Educación. Son 300 los profesores que cada año merecen este reconocimiento  

Autor:

Juventud Rebelde

Los niños son merecedores de todo lo bueno y positivo que pueda transmitir el ser humano, piensa Ileana. Foto: Roberto Morejón No es precisamente una maestra estirada y seria la que nos recibe, sino una joven de 34 años con apariencia mucho más juvenil; frágil, delgada y con una sensibilidad que se le notaba por encima de la ropa. 

Para encontrarla fuimos hasta el círculo infantil Los Tainitos, en el barrio capitalino de Campo Florido. Allí labora esta joven, una de las profesoras galardonadas este año con el Premio Especial del Ministro de Educación, estímulo que se otorga a los profesionales más destacados del sector.

Las caritas risueñas, llenas de satisfacción de los niños, ligadas al entusiasmo contagioso de los trabajadores del centro, cambiaron la expectativa del encuentro y mitigaron el cansancio del viaje.

Ileana Véliz Machín es una de las maestras más jóvenes entre quienes recibieron este estímulo en Ciudad de La Habana durante el presente curso escolar.

Con la dulzura que la caracteriza, se disculpó por un momento para terminar sus actividades con los niños; así tuvimos el privilegio de ver la dedicación con que trata a cada uno de los pequeños.

Para Ileana no ha pasado el tiempo, y aunque lleva 15 años en la profesión, primero como educadora y ahora como maestra de preescolar, conserva la frescura y entusiasmo de los primeros años, según nos cuenta.

«Mi amor son los niños. Ellos son como esponjas que todo lo recogen; por eso mi propósito es transmitirles valores positivos para que crezcan sanos y felices. Reconozco la individualidad de cada uno, y a la vez mantengo un estrecho vínculo con la familia, pues de ello depende la buena formación del infante».

—Entre tantos maestros, ¿cómo ganar ese reconocimiento?

—Trabajo por amor, y lo que he hecho ha sido para superarme cada vez más, para contribuir de la mejor manera a la formación de las futuras generaciones. He participado en varios concursos de nociones elementales de Matemática y Lengua Española, y fui ganadora del primer lugar a nivel de base, municipal y provincial por 11 años consecutivos, además de obtener la evaluación de Muy Bien en categoría profesional.

«Ahora estoy haciendo una Maestría en Ciencias de la Educación. Sin embargo, mi mayor regocijo fue la opinión del colectivo cuando me expresaron que ese premio lo merecía por la dedicación y consagración sostenida como trabajadora.

«La escuela representa, junto a mi familia, uno de mis grandes asideros en la vida. Jamás me desvinculo de ella».

—¿Qué pasa cuando no tienes un día bueno?

—Esa es la única forma en que desvinculo la casa del trabajo. Los problemas los dejo fuera. Cuando llego al centro y me encuentro con esas caritas que irradian tanta energía, se me olvida la causa que me afectaba. Los niños son merecedores de todo lo bueno y positivo que pueda transmitir el ser humano.

—¿Alguna vez has tenido problemas con algún padre?

—No. Las madres, al principio, siempre tenemos nuestras dudas porque nos desprendemos de nuestros hijos por primera vez, pero resulta asombroso que en poco tiempo el niño y la madre se adaptan a la nueva situación. Muchos padres nos expresan su agradecimiento por la rapidez de la adaptación.

—Ante tanto trabajo, ¿tienes apoyo familiar?

—Vivo con mi compañero y mi hija de 15 años. Él no puede ayudarme mucho por sus obligaciones como militar, y mi hija está ocupada con sus estudios. Mi padre es quien más ha podido apoyarme, No obstante, cuento con el sostén de mis compañeros y le debo mucho a mi directora, María Conde Bello. Ella ha sido para todos una amiga. Hasta tiene un álbum de la trayectoria de este círculo desde su fundación en 1989. Y cuando el centro cumplió los 15 años, celebramos una fiesta de 15 de verdad.

«También mi auxiliar Iris Leiva me ha ayudado mucho. La estrecha relación dentro de un colectivo es muy importante para que un centro marche bien. Este estímulo es también de mis colegas. Sin ellos hubiera resultado difícil lograrlo».

–¿Cómo llegaste al magisterio?

—Cuando pequeña tuve muy buenos maestros y siempre soñé que un día también podría serlo.

—¿Cómo recibiste la noticia del reconocimiento?

—Primero con asombro, y cuando reaccioné, con alegría.

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