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Francisco en Holguín y otra misa con la fe de los cubanos

El primer Papa que visita la provincia holguinera volvió a hacer votos por el camino de bondad, amor, paz y unidad que recorre nuestro pueblo

Autor:

Enrique Milanés León

En la Santa Misa celebrada esta mañana en Holguín, primera en esa ciudad honrada con la presencia de un Papa, el Sumo Pontífice Francisco bendijo a los cubanos e hizo votos porque encuentren ayuda en su camino de bondad, de encuentro y amor.

Ante creyentes y pobladores de comunidades desde Camagüey hasta Baracoa, Francisco llamó de nuevo a los cubanos a encontrar la alegría en el servicio y los convocó a dejarse mirar por Jesús y encontrar, después de esa mirada, la Palabra y la misión.

En la eucaristía en la Plaza de la Revolución Calixto García, que contó con la asistencia del presidente Raúl Castro y de las principales autoridades católicas del país, Francisco instó a compartir la ternura y misericordia de Dios con los enfermos, los presos, los ancianos y las familias en dificultades.

«Sé que con qué esfuerzo trabaja la Iglesia en Cuba para llevar a todos la Palabra y la presencia de Cristo. Deseo dirigir ahora la mirada a la Virgen María, Virgen de la Caridad del Cobre a quien Cuba acogió en sus brazos y le abrió sus puertas para siempre», dijo en un momento el Vicario de Cristo antes de pedir que ella mantenga su mirada maternal y sus ojos misericordiosos atentos a cada uno de los cubanos, a sus hogares y familias, a las personas que pueden estar sintiendo que para ellas no hay lugar. «Que nos enseñe a mirar a los demás como Jesús nos miró a cada uno de nosotros», sostuvo.

Al hacer el rezo dominical del Padre Nuestro, Francisco pidió que Él conceda la paz y protección contra toda perturbación a los hijos de la Isla. «Concédele la paz y la unidad», afirmó antes de dar paso a la comunión, momento en cual los presentes se dieron las manos.

Al final de la Santa Misa, antes de pedir al jefe de la Iglesia Católica que bendijera a los asistentes, monseñor Emilio Aranguren Echeverría, obispo de Holguín, afirmó que las iglesias de esa diócesis han fortalecido su propia espiritualidad en cuatro pilares: el valor de lo poco, de lo pequeño, de lo anónimo y de lo gradual. Luego de exponer elementos de la identidad de la provincia y la región, Aranguren le dijo a Francisco que ya él marca también la historia de ese pueblo como Misionero de la Misericordia.

En su visita pastoral, Francisco bendecirá en la tarde a los holguineros desde la Loma de la Cruz, punto más alto que rodea la ciudad.

Para la misa, la Plaza de la Revolución holguinera fue engalanada con un frontis que simula las olas de la Bahía de Nipe, donde apareció en 1612 la imagen de la Virgen de la Caridad del Cobre, y las costas de Cayo Bariay, por donde muchos consideran llegó a la Isla en 1492 la cruz de la evangelización.

Antes del comienzo de la Santa Misa, una imagen de la Patrona de Cuba fue llevada a la plaza por cuatro hombres de Barajagua, el punto que se cree sirvió de entrada a tierra cubana de la imagen de la Virgen de la Caridad que, tras peregrinar por una ruta aun no precisada, terminó custodiada, y custodiando al pueblo cubano, en el Santuario Nacional de El Cobre, edificado en 1927.

 

 

 

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