Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Jóvenes comprometidos por el bien común

Palabras pronunciadas por la dirigente juvenil Ailyn Álvarez García, en el acto de reafirmación revolucionaria, en la explanada de La Piragua, en La Habana

 

 

Autor:

Juventud Rebelde

Querido Raúl Castro Ruz:

Querido Primer Secretario del Comité Central del Partido, Miguel Díaz-Canel Bermúdez:

Querido pueblo de la capital en representación de toda Cuba:

 

No sería posible listar en estos breves minutos, todas las razones que tenemos hoy los jóvenes revolucionarios para tomar la palabra; no es poco, ni superficial lo que defendemos en Cuba, lo que se quiere destruir aquí y borrar ahora, va mucho más allá de los intereses, gustos o motivaciones de unos u otros, el plan es más terrible y siniestro, se quiere acabar con la Revolución que tanto ha hecho por todos y tanta dignidad ha sostenido al precio de sacrificios enormes.

La intención es clara, la maldad sale a flote y una avalancha de odios e intereses mezquinos pretende transformar nuestras calles en escenarios de violencia, destrucción y muerte, quieren arrebatarnos la paz que tanto nos distingue; la solidaridad que nos llena de orgullo y esa vocación cubana de sentirnos hermanos, más allá de las diferencias, las carencias y las adversidades.

¿Qué sería de nuestro futuro o el futuro de nuestros hijos en un escenario así? Algunos, en medio de una feroz campaña mediática, atrapados en la desinformación o movidos por cálculos egoístas, que solo contemplan el interés personal, se apresuran a condenar la respuesta revolucionaria, mientras guardan vergonzoso silencio sobre el bloqueo, un genocidio evidente y colectivo, rechazado por la comunidad internacional año tras año.

¿Qué se pretende, que entreguemos las calles, que pongamos la soberanía sobre la mesa como premio a los que tantos años llevan intentando rendirnos por todas las vías posibles, que demos la bienvenida al neoliberalismo, que traería para Cuba una realidad muy distinta a la que algunos suponen?

La solución de nuestros problemas no podrá estar nunca en manos ajenas, no somos ingenuos, ni tontos, no es posible concebir que se quiera el bien para Cuba y a la vez se pretenda asfixiarla, no es creíble que se hable de manifestaciones pacíficas y a la vez se lancen piedras, se incendie y se amenace de muerte a todos los revolucionarios.

Nadie está feliz con nuestras limitaciones, nadie mira con agrado las carencias, los apagones, la enfermedad, la falta de medicamentos ¿pero es el desorden, la agresividad, la injerencia, la invasión militar y el odio lo que nos sacará adelante? Todos sabemos que no, solo trabajando en paz, con la armonía y la unidad serán posibles mejores tiempos.

Nuestros enemigos de siempre se frotan las manos, su plan por tantos años diseñado necesita para triunfar la aprobación de los que nos odian, la complicidad solapada de los que piensan más en sí que en su patria y el silencio de los que prefieren mirar hacia otra parte.

Les urge una Cuba distinta a la real y por eso fabrican otra en las redes sociales, manipulando, mintiendo, tratando de confundir y de intimidar con amenazas y groseras ofensas, ignorando que no se puede asustar ni hacer temblar a un pueblo que ha decidido defenderse hasta las últimas consecuencias.

La patria es de todos, con sus jóvenes comprometidos en el bien común y no permitiremos que sea entregada, dividida y puesta en manos de intereses  ajenos. Hay mucho que hacer, mucho que arreglar, mucho que cambiar y todo eso sería más fácil sin la hostilidad y las limitaciones del bloqueo, sin las mentiras, sin el doble rasero y los chantajes políticos. Nuestros problemas tenemos que resolverlos nosotros, el diálogo nunca faltará, el respeto entre todos debe primar, sin olvidar que los principios nunca serán negociados.

En esos empeños que salvarán la patria, pueden contar con los jóvenes, los estudiantes, los pioneros, los que hacen un arte comprometido con la Revolución y la paz, los que se han sumado a repartir salud y vida por toda Cuba, los que siembran, educan y construyen, como también pueden contar con nosotros para seguir defendiendo la Revolución en todos los espacios y todos los escenarios.

Nuestro país ha batallado por su independencia frente a los intentos de anexarnos, tragarnos, devorarnos y como nos decía Fidel en agosto de 1995: ni esta generación ni las que vengan detrás, ni los jóvenes de hoy ni los que vengan mañana renunciarán a esta gloriosa lucha, no solo por la independencia y la libertad, sino también por la igualdad y la justicia. ¡No renunciará jamás nuestro pueblo a esas aspiraciones!

 

¡Hasta la victoria siempre!

¡Patria o muerte!

¡Venceremos!

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