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Nuevo empresario que no deja de soñar

Un joven emprendedor tunero figura entre los 35 primeros cubanos a los que el país les aprobó la creación de micro, pequeñas y medianas empresas

Autor:

Juan Morales Agüero

Las Tunas.— A pesar de que se trata de un proyecto recién nacido, Adrián Segura Tristá diserta sobre las Mipymes con la soltura de un especialista.

Con 31 años de edad, se ha preparado a fondo para asumir su nuevo rol. Es la primera persona de la provincia autorizada para echar a andar un negocio privado en el perfil de los alimentos. Y está decidido a sumirlo con responsabilidad y entrega.

—Has sido informático, trabajador por cuenta propia y ahora empresario…

—Me gradué en 2015 como ingeniero en la Universidad de Ciencias Informáticas y durante un tiempo trabajé en ese perfil. Pero un día quise emprender algo que mejorara mi economía. Así me convertí en cuentapropista y abrí una cafetería para vender hamburguesas, refrescos y dulces.

«Cuando me enteré de que el país tenía previsto autorizar en un corto plazo la apertura de micro, pequeñas y medianas empresas privadas (Mipymes), me embullé y decidí solicitar mi incorporación a ese proyecto. Enseguida me puse al tanto sobre los trámites y procedí a solicitar mi aprobación».

—¿En esas diligencias enfrentaste mucha burocracia?

—¡Ninguna! Todo fue muy rápido. Dieron un mes para estudiar y elaborar los documentos de solicitud. Lo primero fue registrarme on-line en la Plataforma de Actores Económicos, con mis datos personales y el tipo de empresa a la que me acogería, en mi caso una micro. Envié la información a través de Nauta Hogar y me dispuse a esperar respuesta.

«Para mi sorpresa, ese mismo día se comunicó conmigo un funcionario del Ministerio de Economía y Planificación (MEP). Me indicó hacerle algunos arreglos al formulario de inscripción. Era el 20 de septiembre, y el 29 me aprobaron. Fue una de las primeras 35 Mipymes aprobadas en el país».

—¿Qué has hecho luego de la aprobación de tu microempresa?

—Aprender a ser empresario. Una empresa privada opera como una estatal. Me he puesto a estudiar la Ley 116 (Código de Trabajo), la Ley 113 (Del Sistema Tributario) y el Decreto Ley 46/2021 (sobre las micro, pequeñas y medianas empresas). Mi nueva condición exige que las domine todas.

«Las Mipymes se diferencian del cuentapropismo en que con este último, como persona natural, no contrae grandes compromisos con el Estado. En cambio la empresa privada debe pagar a sus trabajadores por nóminas, garantizarles seguro social, declarar estados financieros y someterse a auditorías».

—¿Cuáles son los siguientes pasos?

—Abrir una cuenta bancaria con el capital inicial. Ya lo hice. Luego debo registrar mi miniempresa (se llama Tu Hamburquesa) ante un notario del Ministerio de Justicia. A continuación me registraré en la Cámara de Comercio y, finalmente, en la ONAT, para convertirme en contribuyente.

«En el futuro podré pedir créditos al Banco, así como importar, exportar, formar precios… Mi negocio por cuenta propia era próspero. Espero que mi microempresa lo sea también. Autorizar las Mipymes fue una decisión sabia, pues le abrió a la economía un nuevo sector con un nuevo actor».

—Eres el primer empresario acogido a las Mipymes en Las Tunas…

—Sí, orgulloso por eso. Me estaba preparando, y ahora mi propósito es no defraudar a quienes confiaron en mí. Es un reto enorme, pues de cuentapropista a empresario privado va un gran trecho. Confío en que voy a prosperar.

«A los jóvenes les recomiendo aprovechar la oportunidad que ofrecen las Mipymes para abrirse camino y pensar como país. Se necesita personas emprendedoras y dispuestas. Hace unos años esto parecía un sueño y hoy es una realidad».

—Explícame el objeto y la organización de tu microempresa.

—Será una cadena de restaurantes de comida rápida. Así está registrada en el MEP. Funcionará en dos locales avalados por la Dirección de Planificación Física. Por el momento no elaboraré comida, sino que venderé hamburguesas compradas a otros. En el futuro me gustaría «encadenarme».

«Abriré con una plantilla compuesta por dos dependientes y un administrador por cada restaurante. Esto irá poco a poco. Si todo sale bien, quizá un día pueda convertir mi negocio en una mediana empresa, con presencia en otros territorios. Pero eso se lo dejo al porvenir. Ya veremos».

—¿Qué hay de los suministros? Es un tema complicado…

—Es lo más difícil. Yo no elaboraré comida. Habrá Mipymes que se complementen entre sí, como con las panaderías, por ejemplo. Ya aprobaron una con ese perfil. O puede llegar un empresario con capital al calor de la Ley de Inversión Extranjera. No debemos dejar de soñar. Con los pies en la tierra, claro.

«Apenas me constituya legalmente como persona jurídica voy a invertir en los locales de los restaurantes para ponerlos más bonitos. Esto significa un cambio total de mentalidad, en el que la honestidad y la consagración figuran como elementos importantes, y yo los tendré siempre en cuenta».

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