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En 2022 avanzaremos gradualmente en la eliminación de la inflación; no será fácil, pero tampoco imposible

Debaten en III Pleno del Comité Central del Partido Comunista de Cuba proyectos de Plan de la Economía y Presupuesto del Estado para 2022 que se presentarán en sesión ordinaria del Parlamento. Vice primer ministro y titular de Economía y Planificación, Alejandro Gil Fernández, analiza procesos inflacionarios y formas de controlarlos

Autores:

Alina Perera Robbio
René Tamayo León
Yaima Puig Meneses

Como una intervención medular, reflexiva, autocrítica, calificó el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, la intervención en el III Pleno del Comité Central, del vice primer ministro y titular de Economía y Planificación, Alejandro Gil Fernández, donde analizó el incremento de precios que hoy vive el país y las formas de revertir estas tendencias.

Estamos en condiciones de enfrentar el proceso inflacionario y en 2022 avanzar gradualmente en su eliminación, afirmó Gil Fernández. «No es fácil, pero no imposible, está en nuestras manos y lo lograremos», sentenció con total convencimiento.

Ante la contundencia de los datos ofrecidos sobre el proceso inflacionario (todos públicos, pueden encontrarse en publicaciones de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información —ONEI—), el calado del análisis y la proactiva posición del economista, el Presidente de la República le solicitó a Gil Fernández abordar el asunto con profundidad en el Octavo período de sesiones de la IX Legislatura de la Asamblea Nacional, que comienza este martes 21 de diciembre.

El Vice primer ministro presentó al III Pleno los principales aspectos del Plan de la Economía Nacional para 2022, y la ministra de Finanzas y Precios, Meisi Bolaños Weiss, adelantó los estimados del anteproyecto del Presupuesto del Estado para el año que se avecina. Ambas propuestas fueron sometidas a votación y aprobadas por el Pleno partidista para su presentación la próxima semana en el parlamento.

Y sin embargo, crecemos...

El titular del Ministerio de Economía y Planificación (MEP) inició su intervención con la evaluación del comportamiento de la economía en los últimos trimestres, los más recientes a partir de datos preliminares o estimados. Expuso que la nación vivió siete de contracción económica, pero los tres últimos son de crecimiento.

Aunque no se compensará la caída sobre el 13 por ciento del Producto Interno Bruto que se ha acumulado en parte del último bienio, 2021 cerrará con un alza estimada en el entorno del dos por ciento, recordó.

A pesar de la pandemia y el recrudecimiento del bloqueo económico, comercial y financiero del gobierno de EE.UU. contra Cuba, en 2021 se han hecho, además, profundas transformaciones económicas y sociales, subrayó.

Entre los resultados enumeró el fortalecimiento de la empresa estatal socialista, el perfeccionamiento de los actores económicos, la adopción de medidas para el incremento de las producciones agropecuarias, la implementación de la Estrategia Económica y Social, el trabajo en los barrios y en las comunidades, la atención a personas en situación de vulnerabilidad, y los avances en el Plan de Desarrollo Económico y Social hasta el 2030 a través del sistema de macroprogramas, programas y proyectos.

El 2021 fue un año tenso, pero de grandes y profundas transformaciones, sentenció Gil Fernández.

No obstante, se confrontaron varios aspectos negativos, como que más de 500 empresas estatales cerrarán el año con pérdidas y el vínculo de estas con los precios que están aplicando; la dolarización parcial de la economía en las relaciones entre las empresas y de estas con el sector no estatal; y las desviaciones del diseño de la Tarea Ordenamiento, fundamentalmente en lo referido a la inflación minorista.

Entre éxitos y tropiezos, 2022 llega a Cuba con un horizonte promisorio, el Plan de la Economía para el año que ya viene tiene entre sus objetivos priorizados: avanzar, como parte de la reanimación gradual de la economía, en el proceso de estabilización macroeconómica; en la recuperación del papel del peso cubano como centro del sistema financiero, y en la racionalidad de los precios de los productos y servicios, priorizando los que resultan más sensibles para la población.

El 2022 también será el año para estabilizar el Sistema Electroenergético Nacional (SEN); para continuar la atención priorizada a personas, hogares y comunidades en situación de vulnerabilidad; para transformar el sistema empresarial estatal, sujeto principal del modelo económico; y para descentralizar las competencias en función de una mayor autonomía en los municipios según el mandato de impulsar el desarrollo territorial.

Inflación: ese tema nuestro del día 

En un análisis sin medias tintas —crítico, pero proactivo; de saber y reconocer, pero también de hacer—, Gil Fernández ilustró que la inflación que estamos viviendo no es un «problema cubano», es un fenómeno global.

El mundo está enfrentado el peor proceso inflacionario de los últimos 30-40 años, de lo que dan cuenta todos los días los medios de comunicación y las redes sociales.

Por un lado, explicó el Vice primer ministro, la ralentización de la actividad productiva es mundial y todos los países han estado inyectado dinero a la circulación, emitiendo dinero sin respaldo productivo. Por otro, en varias naciones empieza a producirse un incremento de la demanda como parte del ajuste de la economía mundial para el período pos COVID-19.

En este contexto —añadió— era previsible que el capitalismo intentara recuperar las pérdidas acumuladas durante la pandemia, que trataría de renacer sobre sus propias cenizas, que sus empresas en pérdidas irían a recuperarlas a través del incremento de los precios. Eso es lo que está pasando.

Cuba, con su economía abierta, no escapa a las draconianas condiciones que imponen el inamovible orden económico y financiero mundial y otras falencias. El titular del MEP lo argumentaba explicando que nuestro país está insertado en ese mundo; que estamos con un bloqueo recrudecido y criminal; y que hemos dejado de ingresar en los últimos tiempos más de 3 000 millones dólares (sin incluir los daños por el bloqueo).

El enfrentamiento a la COVID-19, agregó, ha supuesto al mismo tiempo un incremento de los gastos en divisas para atender a nuestra población, porque la Revolución nunca pondrá la economía por encima de la salud de nuestra gente. Otros países lo han hecho, pero la respuesta de nuestro Gobierno a la pandemia fue priorizar la salud. Esa es la diferencia entre el socialismo y el capitalismo.

Junto a lo anterior, la nación ha tenido que enfrentar un incremento exorbitante de los precios de las importaciones y de los fletes (y muchas navieras no quieren trabajar con Cuba debido al bloqueo); ha sufrido una disminución de los rendimientos agrícolas por limitaciones con los insumos, lo que encarece los costos reales; y ha tenido que inyectar liquidez (emitir dinero sin respaldo productivo) para proteger a la población, incluido sectores como la cultura y el turismo y los trabajadores que han quedado interruptos.

Este es el escenario que hemos tenido que enfrentar, conceptuó Gil Fernández. Un escenario de inflación de costo e inflación de demanda, la tormenta perfecta para que se pudiera dar el fenómeno de la inflación que estamos viviendo (aunque no es totalmente justificado, como explicaría más adelante).

Esa es la realidad —ratificó— y nada de eso ha tenido que ver con la Tarea Ordenamiento. Debido a la agudización del bloqueo, al enfrentamiento a la COVID-19 y a la crisis económica internacional a la que esta ha conllevado, esto iba a suceder con o sin Tarea Ordenamiento. Todos estos elementos estarían presentes de cualquier manera. Eran inevitables.

Hay suficientes argumentos para llamar al orden

«La inflación es el aumento sostenido y generalizado de los precios en un período determinado de tiempo», conceptuó el Vice primer ministro y titular del MEP ante los miembros del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, que realizaron entre el 16 y el 17 de diciembre el III Pleno tras la celebración del 8vo Congreso en abril pasado

En Cuba tenemos inflación, sin embargo, no tenemos un incremento generalizado de los precios, aclaró Gil Fernández.

Explicó que en el país no han crecido los precios de la electricidad (en enero el barril de petróleo estaba sobre los 50 dólares en el mercado internacional y hoy está sobre los 70 dólares, pero ese incremento de los costos no se trasladó al consumidor cubano), no se han incrementado los precios de la tarifas en CUPET, ni el precio del gas...

Tampoco se han elevado los precios de las telecomunicaciones (más bien bajan). No se ha elevado el precio de la canasta familiar normada. Y no hablemos de los servicios de Salud, Educación y otros que fueron, son y seguirán siendo gratuitos.

Además de todo eso, tenemos un conjunto de bienes y servicios que impactan en la familia que se ha decidido mantener sus precios, porque benefician a todos los cubanos por igual. En el país, entonces, se mantienen topados precios estatales, por lo que tienen una inflación igual a cero, señaló más adelante Gil Fernández.

En Cuba —reiteró el Vice primer ministro— «no hay un incremento generalizado de los precios»; lo que estamos viviendo es un «incremento irracional de un grupo de precios por indisciplinas, motivaciones y factores que tenemos que enfrentar y corregir.

Tenemos suficientes argumentos para llamar al orden, para controlar determinados procesos que están asociados a personas inescrupulosas, a personas que intentan hacerse ricas a costa de las necesidades del pueblo.

Gil Fernández también denunció campañas difamatorias (torpes, tendenciosas, falsas) como la que habla de que en el país hay una inflación del 6 900 por ciento, una manipulación de un ejemplo que se puso en su momento para explicar cuál sería la devaluación del peso cubano si el sector estatal se encadenara con el no estatal a partir de algunos supuestos.

La inflación en Cuba en 2021, informó, cerrará por encima del 70 por ciento, pero sobre el 44 por ciento corresponde al mes de enero en comparación con el mes de diciembre de 2020, debido a la Tarea Ordenamiento. Fue un proceso lógico por la devaluación de la moneda, pero que estuvo acompañado por un incremento sustancial de los salarios en el sector estatal, las pensiones y las prestaciones de la asistencia social.

La inflación en 2021 estará por encima de lo diseñado en la Tarea Ordenamiento. Esto afecta —reconoció Gil Fernández— parte de la capacidad de compra del salario (a lo que se suman, para empeorar, el desabastecimiento, y la especulación y el acaparamiento por parte de personas inescrupulosas denunciadas por Gil Fernández en el Pleno)

Resumiendo, el Vice primer ministro reiteró —palabras más, palabras menos— que el país está enfrentando una inflación que sin dudas está afectando mucho la capacidad de compra del salario y de otros ingresos de la población. Enfrentar esta situación, sin embargo, «no es ni fácil, ni imposible».

El titular del MEP argumentó también sobre dos sugerencias que se hacen para poner coto a los procesos inflacionarios, pero que evidentemente ni él ni la dirección del país comparten.

Se habla, por ejemplo, de que se suban los salarios. Sobre esto acotó que hacerlo sin incrementar la oferta es contraproducente, porque destruiría en poco tiempo la nueva capacidad de compra de las personas por tal subida. Lo primero es que hay que incrementar la oferta, puntualizó sin ambages.

Sobre otra sugerencia, la relativa a topar precios en todos los mercados, incluido los de oferta y demanda, señaló que este es un camino ya recorrido, y que siempre se debilita. Es muy difícil controlar el cumplimiento de decisiones de este tipo.

Cuál es la solución que tenemos que dar. Es política, discusión política, respondió Gil Fernández. Hay que discutir con los productores, con los intermediarios, y los otros actores que intervienen en la cadena de valor, convocando a la conciencia, a la solidaridad.

«Ese es el trabajo que corresponde a una sociedad socialista, que lo da todo a favor del pueblo», conceptuó.

Solucionar la inflación va por la vía del incremento de la oferta, que tiene a su vez dos caminos: o más importaciones (y no tenemos divisas para hacerlo) o más producción nacional.

«Más producción nacional es el camino», subrayó Gil Fernández. Ese es el camino en que estamos, agregaría luego reseñando las medidas para estimular la producción nacional y que se han ido implementando durante 2021.

«Llamar a la conciencia y a la solidaridad», esa es la vía, reafirmó Gil Fernández. La sociedad cubana, la Revolución, tienen la fortaleza para enfrentar con todos los argumentos este complejo escenario, sentenció finalmente.

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